Nacional se llevó un golpe inesperado. Desesperado, perdiendo el humor conforme pasaban los minutos, el tricolor fue sorprendido en la hora por el último de la tabla de posiciones, Boston River.
No fue una derrota más. Fue un resultado que sacudió los cimientos. Porque el equipo quedó expuesto en el Clausura y a un solo punto de su eterno rival Peñarol en la tabla Anual. Pero lo más relevante es que la derrota pega en la semana previa al clásico.
Y por ahí pasa el tema, saber cómo repercute la derrota en el equipo que conduce técnicamente Alexander Medina. Referí presenta los problemas que puede presentar el tricolor de cara al clásico del sábado donde juega el año.
Los zagueros centrales de Nacional no se destacan por su velocidad sino que dejan la sensación de jugar a carpeta en el medio local. El problema lo tuvieron cuando los encararon. A esto se suma la lesión de Alexis Rolín que, con una contractura de posterior de su pierna izquierda, está en duda para el clásico. En caso de no jugar su lugar sería ocupado por Erramuspe que no conformó contra Boston River.
El sector central de Nacional bajó su rendimiento. El doble cinco conformado por Santiago Romero y Cristian Oliva, era uno de los puntos fuertes del equipo. Ahora lucen desordenados. Boston le manejó la pelota. Romero suele sacar la lanza y tirarse arriba dejando espacios en la zona central que pueden ser aprovechados por el rival.
Los problemas de Nacional cuando le tapan las bandas quedaron evidenciados en el partido con Boston River. El elenco de Apud le puso hombres para cubrir la subida de Zunino por derecha y Espino por izquierda lo que obligó al tricolor a reiterarse en pelotas frontales que suelen facilitar la tarea defensiva.
A nadie escapa que Nacional es un equipo que genera las situaciones de gol. El hecho es que no concreta. El técnico Alexander Medina dejó en claro que se marran muchas acciones concretas por errores de definición, pelotas que pegan en los palos o intervención del golero rival. “Es una situación para atender, para ocuparnos, lo importante es generarlas pero es verdad, si sacás un porcentaje de lo que generamos y lo que convertimos es bajo, bajo”, declaró Medina.
Un detalle que no pasa desapercibido es que, conforme el paso de los minutos y en caso de no encontrar el resultado, Nacional pierde el humor y se focaliza en cosas que lo sacan del partido. Le pasó con Defensor en el Franzini y el domingo con Boston River. Desde el banco arranca el tema con Medina y su colaborador protestando más de la cuenta contra los árbitros.
Cuando Medina se decidió a realizar el último cambio en el partido con Boston River miró al banco y se vio envuelto en un problema. Estaban: Luis Aguiar que aporta claridad y desnivela de tiro libre, Seba Fernández con su olfato de gol, y la calidad y frescura del juvenil Ocampo, más el recientemente incorporado Pierre Webó. Estaba claro que la gente quería el ingreso de Webó. Y así ocurrió. El tema es que su ingreso mandó a Bergessio a un costado porque el africano ocupó el centro de la ofensiva.
Medina afirmó que se inclinó por Webó por su juego aéreo.
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