Los Saltimbanquis vuelven para ganar

Diecisiete murgas serán parte del concurso oficial de Carnaval este año, que se iniciará el 29 de enero y concluirá al inicio de marzo. Pero sin dudas, la mayor expectativa la genera el regreso a la cancha de un gigante después de 20 años: los Saltimbanquis.

En un rincón del Museo del Carnaval, sede de los ensayos, Nelson Ferro –director responsable de la agrupación junto a Enrique Espert– analiza el retorno. "Hoy no ganás con el nombre, ni con los premios que lograste, hay pila de títulos históricos y selecciones que fracasaron y acá tenemos claro desde el arranque que somos una murga grande que vuelve para ganar en base a talento, laburo y sacrificio. Estamos convencidos de que la única llave para el éxito es un espectáculo completo, sólido, de alto nivel".

Puntualiza, de inmediato, que la murga "no puede salir a otra cosa que no sea a ganar" y que "no existe otra meta" más allá de que el partido se juega en la cancha.

En el Museo, Espert no deja de ver cómo el director escénico y coral Diego Berardi hace entonar una y mil veces un fragmento del saludo 2018. "Después de tantos años es una satisfacción que esta murga salga, son momentos difíciles, nos parecía muy complicado después de tantos años juntarlos, pero se pudo reunir a un gran plantel", cuenta al mismo tiempo. Espert es uno de los hijos del fundador de los Saltimbanquis, Domingo Espert.

"Estamos trabajando duro, ensayando mucho, la murga debe salir bien en todo, estamos avanzando en el repertorio y hay confianza en llegar muy bien. Saltimbanquis nunca se cayó de un quinto puesto, siempre definió, dando espectáculos lindos y eso hay que defenderlo ahora", expresa.

A propósito de la mochila que la murga carga desde que se supo su regreso, Espert admitió que, estableciendo un paralelismo con otra pasión de los uruguayos, es como le sucede siempre a Brasil: nunca le va a alcanzar ser el segundo en un Mundial de Fútbol.

"Nosotros, los componentes, la hinchada, todos la queremos ver ganar y la murga se armó para eso, con respeto a todos, es lo que saldrá a hacer en base a un espectáculo de jerarquía", señala.

Ferro es muy conocido como empresario futbolístico. No obstante, sus vínculos con el carnaval son de larga data. "De niño viví frente a la casa de don Domingo Espert, de ahí mi relación con la familia. A los tres años iba a los ensayos de los Saltimbanquis, la murga de mi vida". Su tablado preferido era el Unión Ciclista, en el corazón de la Curva de Maroñas. Y si bien es hincha de la murga que hoy dirige, siente especial cariño por Patos Cabreros, otro histórico título que lo tuvo como director responsable y con el que ganó el primer premio en 2015.

"Pude concretar ese sueño de estar al frente de los Saltimbanquis. ¡Lo digo y se me eriza la piel! Es una responsabilidad enorme y más allá del trabajo que da es una enorme satisfacción", comentó.

Ferro recordó que iban ya varios carnavales en los que, dada su amistad con la familia Espert, les hablaba del regreso de la murga, "pero por las responsabilidades de Enrique –presidente de Daecpu– siempre había un freno, costaba que saliera". Este año finalmente se dio. "Nos embarcamos juntos con Eddie, un hermano de la vida, y cuando lamentablemente en forma inesperada falleció, enseguida Enrique me dio el espaldarazo. También sentí el apoyo de Eduardo Espert, así que estoy cómodo defendiendo a un título tan arraigado en el carnaval".

Ferro tiene tres hijos. Santiago es preparador físico, Ignacio trabaja con él en el fútbol y da una mano en la murga, igual que el más chico, Stefano, de 18 años. "Toda la vida estuvo en casa escuchando saludos, cuplés y retiradas de Saltimbanquis pero nunca la pudo ver y ahora, humildemente, le voy a dar ese gusto".

La murga está ensayando desde el 3 de julio y, reiterando un elemento característico suyo, el espectáculo no tendrá nombre. "Eso lo vamos a mantener, como vamos a mantener el canto claro y fuerte de La Unión, una vestimenta como siempre con volumen, brillo y altura. Verán una murga bien maquillada y con una presencia distinguida sobre el tablado", adelantó.

La murga ideal "es la que canta mucho, baila, que está bien vestida y maquillada, que critica mucho, que hace reír, es la murga que está bien en cada uno de los rubros", añadió Espert.

Un aspecto que reconforta, citó Espert, es el cariño que mantienen los Saltimbanquis. "La hinchada está intacta, la de toda la vida, los veteranos, pero también hay hinchas nuevos, gente joven, chiquilines y eso nos tiene muy felices".

Ferro señaló que hay "locura" con esta murga y ansiedad por verla de parte del público. "Se generó un sentimiento de pertenencia precioso. El día que fuimos al Teatro de Verano a la prueba de admisión fueron 5.500 personas a ver 15 minutos. Estamos muy agradecidos".

Sobre el contenido de este retorno, Ferro indicó que el espectáculo criticará "sin reparos" porque "Saltimbanquis siempre lo hizo y lo hará". Al consultar a Espert si en el texto habrá cuestionamientos a actitudes de gente amiga suya, como el presidente Tabaré Vázquez, exclamó: "¡Por favor!". "La murga tiene que criticar y la amistad no cambia por eso", dijo.

"Estoy acá por accidente. Como saben, falleció mi hermano (Eddie), Ferro es un monstruo, ha invertido mucho, trabajó duro y yo agarré para dar una mano, por lo que implica este apellido para la murga... ¡si habrá historias con los Saltimbanquis! Ahora le vamos a sumar una historia más".

Los Saltimbanquis vuelven y la meta es irse con la copa de campeón bajo el brazo, entonando en su retirada: Y en la noche estrellada / un saltimbanqui va enamorando a la barriada / llevando ramos de alegrías perfumadas / Saltimbanqui soy y a mi corazón / lo dejo en mi barrio que es La Unión.

Componentes: director escénico y coral: Diego Berardi; cuerda de primos: Claudio Rojo, Diego Bello, Daniel Lorenzón, Agustín Pitaluga, Damián Dewayli y Marcelo Luzardo; sobreprimos: Ricardo Villalba y Nicolás Ríos; segundos: Carlos Barrios, Leonardo García y Martín Melgarejo; bajos: Eden Iturrioz y Fabricio Ramírez; batería: Favio Adinolfi (bombo), Gerardo Cánepa (platillos) y Raúl García (redoblante); puesta en escena y dirección artística: Fredy González; letras: Eduardo Rigaud, Fabricio Esperanza y Marcel Keroglian; diseño y realización de vestuario y maquillaje: Rosario Viñoly; coordinador: Pablo Eyheragaray; y logística y redes sociales: Atilio Silva.

Nelson Ferro adelantó que Diego Bello será una suerte de director artístico que a modo de hilo conductor del show desafiará a la añeja murga a que, por ejemplo, no solo cante claro y fuerte, sino que también tenga una moderna puesta en escena. Habrá una presentación y una despedida acordes al nivel de creaciones de otras décadas. "La despedida, sin nombrarlos, homenajea a Eddie Espert y a Carlos Modernell, que se juntaron en el cielo, se fueron pero acá los tenemos muy presentes".