Gualberto Velichco en la casa de uno de sus hijos, en Solymar

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Luis Cubilla le cobró una vieja deuda en Nacional y se retiró con 32 años; la vida de Gualberto Velichco

El exgolero defendió a Nacional, a la selección y al Sporting de Barranquilla en la década de 1980
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09 de julio de 2022 a las 05:01

Gualberto Velichco defendió el arco de Nacional durante seis temporadas. Integró el Equipo de las Estrellas de 1983. Jugó el clásico final del Campeonato Uruguayo de 1986 y cuando vio a Juan Ramón Carrasco sólo frente a Eduardo Pereyra, miró el placar del Estadio y dijo, ‘ya lo ganamos’. No imaginó el desenlace. Una pubalgia lo dejó afuera de la posibilidad de integrar el plantel mundialista de México 1986.

Luego jugó tres años en el Sporting de Barranquilla, durante la expansión de los carteles de las drogas y entre amenazas de bombas en los aviones. A los 32 años regresó a Uruguay y se recluyó en el campo. Cambió el fútbol por un emprendimiento apícola. Hoy, a los 64 años, entrena a niños y juveniles en Tacuarembó, mientras sus hijos que estudian en Montevideo tienen que responder habitualmente una pregunta: “¿Sos algo de aquel golero que atajó en Nacional?”.

El Ruso o Gringo Velichco, nació en Paysandú y de niño vivió en Estación Porvenir, un paraje ubicado a 20 kilómetros de la capital sanducera. Comenzó a jugar al baby fútbol en Unión Porvenir y a los 13 años se incorporó al Boca de Sacra, un equipo de la B, donde llegó a integrar el plantel de mayores a pesar de la corta edad. Permaneció tres o cuatro años en “los de la aceitera” (así los conocen), donde también supo jugar de número 5 para “rellenar” el cuadro cuando faltaban jugadores.

Velichco en una formación de Nacional

Defendió a la selección juvenil sanducera y enfrentó a la de Artigas, que contaba con figuras de la talla de Venancio Ramós y Mario Saralegui. “Tenían un equipazo y contra ellos perdimos las semifinales del Litoral”, recordó Velichco.

Luego continuó en Wanderers de Paysandú y en la selección mayor de ese departamento. En 1981 se incorporó a Nacional, equipo que había ganado la Copa Libertadores e Intercontinental el año anterior, pero antes tuvo un pasaje por Peñarol, una historia poco conocida de su trayectoria.

El entrenador de los aurinegros era Luis Cubilla y tras probarlo le dijo que iba a quedar en los aurinegros, pero la situación tuvo un giro inesperado.

El arquero titular Jorge Fossati se fue ese año a Independiente y Fernando Álvez ocupó su lugar en el arco aurinegro. Faltaba un golero suplente.

“Cubilla me dijo que iba a quedar. Que me fuera a Paysandú el fin de semana y que volviera, pero que me iba a meter en otro equipo. Me quería representar. Yo no entendía nada. Era un gurí que andaba con boleadoras en el campo. Le dije al Bocha (Gerardo) Satriano, que era mi amigo y tenía experiencia en el fútbol profesional, que me averiguara cómo era eso. Pero la verdad es que me asusté, entonces volví a Paysandú y después me fui a trabajar a Punta del Este” contó.

Llegada a Nacional

Luego de ese episodio, Velichco tuvo la revancha en el fútbol profesional de Montevideo. Tras su actuación en la selección sanducera, con la que fue campeón del Litoral en la temporada 1980/1981, lo contrató Nacional, entonces dirigidó por Juan Martín Mugica.

Increíblemente, años después el destino volvió a juntarlo con Cubilla, quien llegó en 1985 como entrenador de los tricolores.

El técnico no se había olvidado del incidente que tuvieron en Peñarol y tomó una decisión que lo sorprendió: lo bajó a Tercera división, con insulto incluido.

“Un día lo enfrenté y le dije que nos conocíamos, que cada uno sabía cómo actuaba. Le recordé que yo tenía contrato con Nacional y que no me iba a correr. ‘Me tendrás colgado, pero no me voy a ir. A la semana de esa charla empecé a jugar”, recordó el exgolero.

Si bien tuvieron ese enfrentamiento, Velichco expresó: “Con Mario Saralegui, con el que éramos concuñados, siempre coincidimos que uno de los mejores técnicos que tuvimos fue Cubilla. El Negro era completo, hablaba con los jueces, con los rivales”, señaló.

Gualberto Velichco

En 1983 Nacional armó un equipo con la esperanza de ganar la Copa Libertadores de ese año, ya que Peñarol la había logrado el anterior. Llegaron al tricolor el argentino Migual Ángel Brindisi, Carlos Berrueta, Carlos Aguilera, Antonio Alzamendi y Juan Eduardo Ferrari. Se le llamó “Equipo de las Estrellas”.

Velicho era uno de los goleros del plantel albo. “El equipo no se amalgamó. Eran muchos nenes bravos”, recordó. También indicó que durante esos años Nacional viajaba bastante al exterior para jugar amistosos en Centroamérica y en Europa, buscando ingresos económicos.

Su debut internacional con Nacional fue por la Copa Libertadores de 1984, durante un partido contra El Nacional de Ecuador en el estadio Atahualpa de Quito. “Se armó una trifulca entre los jugadores, corrieron al Niño Sosa y quedé yo en el arco. Las peleas en los partidos de Copa eran habituales en esa época”, recordó.

El titular tricolor era José Luis Sosa, quien fue expulsado a los 87 minutos y lo reemplazó Velichco. El encuentro terminó 3-1 a favor de los ecuatorianos, pero ninguno de los goles se lo hicieron al debutante.

Vivió momentos lindos en Nacional, con muchos partidos internacionales, aunque “no había el glamour de ahora. Era más corazón e ir para adelante”.

Contó que solucionar los contratos con los dirigentes era complicado: “Yo me sentaba a arreglar el contrato con los 11 dirigentes y había que manejarse. Te tenían a cuento, volvé mañana, vení pasado mañana. Tenías que estar pendiente de rendir en las prácticas, en los partidos y después ir de frente y negociar vos mismo tus contratos. Era una situación muy estresante”.

Gualberto Velichco en la actualidad

Ahora, los futbolistas “tienen una persona que habla por ellos y es distinto”.

El año 1987 empezó para Nacional de la misma forma que terminó: mal. El día de Reyes perdió la final del Campeonato Uruguayo 1986 frente a Peñarol, jugada luego de una decisión insólita por parte de los dirigentes.

Nosotros estábamos calientes con los directivos porque teníamos que jugar otro partido aunque habíamos terminado primeros. Hicieron un convenio entre ellos porque Peñarol empezó más tarde por problemas económicos y no teníamos cómo no jugar” recordó Velichco. Debido a que Peñarol perdió los puntos de su primer partido por ausencia, acordó con Nacional que si el tricolor terminaba el campeonato primero con una diferencia de hasta dos puntos, jugarían un partido decisivo. Y así ocurrió. Esa final la ganó Peñarol por penales, aunque sobre el final Carrasco falló un gol increíble.

“Cuando Juan recibió el pelotazo y arrancó rumbo al arco solo, miré el placar del Estadio para ver cuánto faltaba. Ya se había cumplido la hora y dije, ‘esto está liquidado’. Nunca pensé que lo podía errar”.

El exgolero contó que Juan Ramón, a quien siempre se lo tildó de polémico, era “terrible persona para los compañeros; capaz que para los dirigentes no. Para afuera es excéntrico. Compartí varios años con él. Tenía experiencia y la volcaba al equipo. Eso sí, iba de punta con los dirigentes y eso no les gustaba”.

Recordó una anécdota de un partido amistoso jugado en Mallorca, contra el Cruzeiro: “Hubo un tiro libre a favor de Nacional, a siete u ocho metros de la mitad de la cancha. Le pegó un taponazo y la metió en el ángulo, pero el juez lo anuló, dijo que no valía. Entonces la acomodó otra vez y le pegó al revés, hacia mi arco. Yo que lo conocía, intuí que iba a hacer eso y empecé a retroceder. Entonces la agarré al borde del área. Tiempo después hablamos con el Vasco Ostolaza sobre esa jugada”.

Copa Kirin 1985

En diciembre de 1987, Nacional perdió 1-0 contra Defensor en el Franzini. El gol lo marcó Gerardo Miranda y coronó al violeta campeón uruguayo por segunda vez.

“Por lejos fue el mejor gol que me hicieron. Miranda le enganchó a Juan (Carrasco) que pasó de largo y la metió en un tornillo. De los goles que me acuerdo, el mejor. A veces lo veo y no llegaba ni estando ahí”, expresó.

Contó, además: “Hace poco Miranda se encontró con uno de mis hijos y me mandó saludos. También me mandó decir que no le guarde rencor por ese gol”.

Pubalgia y adiós ilusión

La primera vez que lo convocaron a la selección uruguaya fue para un amistoso contra Inglaterra en el Centenario, que la celeste ganó 2-0, en 1984. Luego viajó a Japón, Colombia y Perú. Antes del Mundial de México 1986 se lesionó.

Sufrí una pubalgia antes del Mundial. No sé si iba, pero estaba en la mira del entrenador (Omar Borrás). Incluso estuve en el partido despedida que se hizo en el Estadio Centenario frente a Polonia. El Flaco Rodolfo y Fernando Alvez estaban cantados que iban a ser citados. Faltaba un tercero donde podía entrar yo, pero finalmente fue Celso Otero”.

De ese tiempo de selección, Velichco tiene presente una situación que vivió en un hotel de París: “En vez de llaves para la  habitación nos dieron una tarjeta. Era un sistema que no se conocía en Uruguay. No sabía cómo hacer, estaba parado frente a la puerta sin poder entrar y justo pasó el Polilla Da Silva y preguntó qué no pasaba que no entraba. ‘Esta porquería no anda’. Y me explicó cómo funcionaba. El sabía porque venía de España y ya conocía. Ahí pagué el derecho de piso”, dijo.

Hugo De León, con el que disputó algunos partidos amistosos, fue uno de los mejores futbolistas con los que jugó, pero destacó particularmente a otro: “El argentino Brindisi era terrible jugador, me pedía que le diera la pelota a un metro del pie y él se revolvía. Nunca la perdía”.

También subrayó la clase de Arsenio Luzardo y de otros futbolistas más veteranos con los que coincidió: “Con Víctor Espárrago aprendí mucho. También tuve compañeros más veteranos, como Cascarilla Morales, Ancheta, Cacho Blanco. El Flaco Rodríguez hablaba conmigo y me enseñaba”.

Experiencia colombiana

A principios de 1988 Velichco fue contratado por Sporting de Barranquilla, equipo que el año anterior había ascendido a la Primera división colombiana.

“Fue una buena experiencia, se pagaba muy bien. El campeonato era muy competitivo porque había jugadores como Gareca, Ischia, Falcioni, Higuita, Valderrama, el chileno Letelier, además de muchos uruguayos”.

Permaneció tres temporadas, hasta que se volvió a Uruguay cuando el problema de los carteles de las drogas comenzó a crecer: “A mi por suerte nunca me hicieron nada, pero no era fácil. A veces subías a un avión en Barraquilla y nos hacían descender porque había amenaza de bomba. Todo eso te comía la cabeza. Mi familia se volvió antes que yo”.

Velichco jugó tres años en Sporting de Barranquilla

En el mismo equipo jugaron los uruguayos Jorge Villar, Edinson de la Iglesia y William Gutiérrez: “Los primeros dos clásicos contra el Junior los ganamos. El Metropolitano se llenaba. Es increíble lo que ama al fútbol el barranquillero. Todo el día hablando en la calle. Nuestro equipo no tenía muchos hinchas, pero debido a la campaña que hicimos llenábamos 3/4 del estadio”.

En 1991 regresó a Uruguay y le costó encontrar equipo, entonces tomó la decisión de colgar los guantes: “Estaba difícil, era un momento complicado del fútbol uruguayo. Entonces dejé el fútbol. Me fui al campo. Me llamaron de España y de Chile, pero ya había decidido quedarme acá. Recomendé a dos amigos para que fueran”.

Permaneció tres o cuatro meses en Montevideo y se fue a administrar una estancia. En Ansina, una localidad situada a 60 kilómetros de Tacuarembó, continúa viviendo. Allí también tiene un emprendimiento apícola.

En los últimos años estuvo vinculado al fútbol del departamento. Entrenó goleros juveniles del club Tacuarembó y hace varios años dirige a una categoría de niños: “Me gusta trabajar más con los gurises que con los adultos, que ahora están para el celular y acomodarse el pelito”, expresó.

Una década
En 1981 se incorporó a Nacional después de jugar en la selección de Paysandú. Defendió a los tricolores hasta el año 1987. En 1985 defendió a la selección uruguaya en la Copa Kirin y en otros amistosos. En 1988 se  incorporó al Sporting de Barranquilla. Luego de tres temporadas en ese equipo, dejó el fútbol. Tenía 32 años y se dedicó a tareas de campo.
El aurinegro Sporting de Barranquilla
El Sporting de Barranquilla fue campeón de la Segunda división colombiana en 1987. Desde 1988 a 1991 jugó en Primera con la presencia de Gualberto Velichco como golero y otros jugadores uruguayos. Según contó el sanducero, era una especie de filial del América de Cali y por tanto, dependía del cartel de Cali. Su camiseta era amarilla y negra, similar a la de Peñarol. “El primer año el presidente del club me dio los pasajes y me pidió que le llevara unos equipos que había mandado hacer en Uruguay; viajé con cuatro equipos completos de Peñarol para Barraquilla”.  Después de 1991 la ficha del club fue comprada por el Real Cartagena y desapareció.
El fútbol de la década de 1980
Velichco recordó que en la época en que fue profesional el dinero no abundaba en el fútbol. “Había pocos emprendimientos para futbolistas. Era garra y corazón. Tampoco había mucha información. Si no era por la radio o por lo que publicaban los diarios, se conocía poco sobre el fútbol”. A raíz de que la globalización no había alcanzado los niveles actuales, tampoco se conocía tanto sobre los rivales: “Antes uno atajaba más por intuición, que alguno te dijera ‘patea de tal forma’ o había que ir a las canchas. Ahora el golero puede ver 500 penales pateados por el mismo jugador, si quiere”, expresó el exfutbolista sanducero.
El apellido llama la atención
“Mi gurisa estudia en el IPA y hace poco el profesor le preguntó qué era del que fue arquero de Nacional. Después, mi gurí chico fue al Americano y el médico lo atendió durante cinco minutos, después pasó 25 minutos hablando de mi, que me vio jugar; aunque le aclaró que él era hincha de Peñarol”, contó Velichco.
 

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