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Lula cerró una jornada de apoyos con una gigantesca marcha antibolsonarista en San Pablo
Miles de manifestantes convocados por los movimientos sociales marcharon el lunes por la noche por la Avenida Paulista de San Pablo para repudiar el ataque de los golpista bolsonaristas a Brasilia.
La agencia AFP reseñó que se exhibían carteles con mensajes como "Estamos con Lula y por la democracia", "Respeto al voto popular" o "Prisión para los golpistas".
El acto fue convocado por los frentes Pueblo sin Miedo, Brasil Popular, el Movimiento de los Trabajadores de la Calle (MTST) y la Coalición Negra por los Derechos. Pero también marcharon identificados los hinchas organizados de los principales equipos de fútbol de la ciudad, Corintians, Palmeiras, Santos y San Pablo.
"Ni amnistía ni perdón; queremos a Bolsonaro en la cárcel", fue uno de los canticos más repetidos, mientras la columna caminaba hacia la plaza Roosevelt.
El diputado federal Guilherme Boulos (PSOL) habló en el acto y se dirigió directamente al gobernador Tarcísio de Freitas, del partido de filiación bolsonarista Republicanos: "No intentes, ni se te pase por la cabeza imitar a Ibaneis aquí en San Pablo””, remarcó.
La referencia fue a Ibaneis Rocha, el gobernador de Brasilia separado de su cargo por el Supremo Tribunal de Justicia durante 90 días. Está sospechado de haber alentado el ataque bolsonarista a través de su secretario de Seguridad, Anderson Torres, ex ministro del gabinete de Bolsonaro, a quien desplazó ante la violencia de la irrupción.
La multitudinaria marcha en San Pablo fue un cierre de jornada en que el mandatario brasileño, Lula da Silva, recibió contundentes muestras de respaldo a su investidura frente al reclamo de golpe militar de los bolsonaristas radicalizados.
Por la mañana, Lula firmó una declaración con las autoridades de los Tres Poderes y luego marchó franqueado por la titular del Tribunal Supremo, Rosa Weber, y gobernadores, desde el Palacio del Planalto hasta la sede judicial, vandalizada por los golpistas.
Luego recibió a 23 gobernadores que respondieron a su convocatoria en Brasilia, mientras que otros cuatro estados enviaron representantes. “Todos los discursos de la reunión fueron en defensa de la democracia y en repudio a los ataques del domingo”, resaltó el sitio G1.
Lula remarcó que “no permitiremos que la democracia se nos escape de las manos” y planteó dudas sobre la fidelidad militar y policial.
Para esa hora, varios campamentos montados por radicales bolsonaristas frente a cuarteles del Ejército pidiendo un golpe de estado militar ya estaban desmantelados, siguiendo la orden del juez supremo Alexandre de Moraes.
El acampe principal, ubicado frente al cuartel general del Ejército en Brasilia, fue el primero en desmantelarse y 1200 participantes fueron detenidos y conducidos a la academia de policía local desde donde subieron videos a las redes sociales.
Ricardo Cappelli, a cargo de la seguridad de Brasilia tras la intervención federal del distrito, lo definió como “cuartel general” de los fascistas y aseguró que "no se permitirá el regreso de los manifestantes" al área.
Por la noche, mientras los manifestantes desfilaban por Sao Paulo, el ex presidente Jair Bolsonaro, anunció por tuit que había sido dado de alta del hospital de Orlando donde se había internado horas antes por sus frecuentes dolores abdominales, secuelas de un ataque a cuchilladas que sufrió en la campaña electoral del 2018.
"El cuadro médico que presenta es de suboclusión intestinal, y probablemente no debería ser necesaria la cirugía", explicó al caer la tarde su cirujano, Antonio Luiz Macedo, según la agencia de noticias ANSA.
