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Mattos, Cosse, la celebración productiva y otro modo de tipificar productos
Fernando Mattos, ministro de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), definió a la Expo Melilla como “una gran celebración productiva”, que tras dos años de ausencia en el calendario de actividades exhibe “el despliegue del sector agropecuario, con un foco en el sector granjero, en pleno Montevideo rural y al lado de lo que es un gran paso para el desarrollo productivo y comercial de la granja, que es la Unidad Agroalimentaria Metropolitana (UAM)”.
El jerarca dedicó buena parte de su discurso en el acto inaugural de la undécima Expo Melilla a hilvanar reflexiones relacionadas con el momento que se vive, que lo definió como “singular”, como un momento “complejo, difícil de comprender, de interpretar”.
Explicó que luego de 77 años se desarrolla el conflicto armado de mayor envergadura en el corazón de Europa, “con tanto daño en vidas humanas y consecuencias en la seguridad alimentaria, en los costos de producción, en los costos de los alimentos (…), una amenaza para toda la humanidad respecto al riesgo de estar enfrentados a un incremento de la pobreza y de las hambrunas en el mundo”.
Eso, puntualizó, se añade a los impactos de la pandemia mundial por covid. Mattos precisó que se puede celebrando la Expo Melilla “juntos” porque “tuvimos la responsabilidad y el acierto de enfrentar como sociedad una pandemia que sigue teniendo sus efectos en la salud y la vida de toda la humanidad”.
Presiones inflacionarias
Luego de aludir a presiones inflacionarias que generó la pandemia, teniendo como marco una demanda que superó largamente la capacidad de oferta, citó otros factores adversos: problemas climáticos en varias regiones del mundo y problemas logísticos dada la crisis marítima mundial. Y a eso se le sumó hace un mes la guerra.
Ese combo, explicó, ambientó dos caras, una positiva dados que los precios de los comodities venían creciendo y eso se exacerbó, con beneficios para países agropecuarios como Uruguay, pero otra negativa por la presión inflacionaria que impacta en todo el mundo.
Mattos, sobre eso, explicó la actitud del gobierno nacional que, preocupado, ha ido tomando medidas en forma gradual, con cautela, para que no se traslade el encarecimiento mundial de productos de consumo básico, de la canasta familiar, a la población de menores ingresos, de la mano de acuerdos de precios o incluso renuncias fiscales.
También resaltó la gradualidad en el aumento del precio de los combustibles, sin seguir las recomendaciones de mayores aumentos desde la Ursea.
Volviendo a hablar de la Expo Melilla, el ministro felicitó a la Asociación Rural del Uruguay (ARU) por el retorno de la actividad, por el despliegue de tecnologías.
Por último, dijo: “La volatilidad de los precios de las materias primas es muy alta, no sabemos cómo se recompone esta situación, pero más allá de los efectos de la guerra somos optimistas de que la continuidad de la tracción de la demanda por las producciones que genera el Uruguay va a seguir impulsando a esto que vemos aquí, a un optimismo, a una inversión, a apostar a la tecnología, a mejorar nuestros índices de productividad que redundarán en mayor riqueza, en mayor empleo y en mayor actividad económica”.
Tipificar desde otro lado
Carolina Cosse, intendenta de Montevideo, en su discurso en el acto inaugural de la Expo Melilla destacó que a nivel mundial “se vive la revolución en el mundo del trabajo más grande y profunda de la historia de la humanidad”, una revolución que sucede en el mundo del trabajo, de la ciencia y de la tecnología y que “no respeta fronteras ni rubros de producción”.
Agregó que una muestra de eso la constituye la Expo Melilla, “donde hay verdaderamente una demostración de la mecanización de la producción más primaria”.
Luego que hablara Gonzalo Valdés Requena, presidente de la ARU –gremial organizadora de la exposición que comenzó este jueves 31 y se extenderá hasta el domingo 3 de abril–, previo a la exposición del ministro de Ganadería, comentó que esa mecanización “aporta a la productividad, a la baja de costos y a la mejora de la producción”, pero “también impone desafíos en lo que tiene que ver con la pérdida de puestos de trabajo y de tipos de trabajo (…), impone un gran desafío de reconversión”.
Además de remarcar que esa realidad amerita un análisis en la cadena de valor que debe realizarse “aguas abajo” y también “aguas arriba”, mencionó que la UAM, ubicada a pocos metros del predio de la ARU en el medio rural de Montevideo, “es un desafío que dialoga con esa mecanización en la base de la producción, es un primer ordenamiento de una forma de vender”.
Aludiendo a desafíos que vienen, y a propósito del agregado de valor, señaló “el ingreso con más potencia al comercio electrónico” y “la tipificación de productos preparados”, pero no tipificando la oferta, “no lo que yo produzco, sino lo que quiere la demanda, parándome desde otro lugar”.
Después subrayó que hay zonas del mercado de consumo pidiendo más calidad y saber lo que consume, algo que está pasando en Uruguay y en todo el mundo.
Cosse indicó que “con tecnología, con el saber hacer en nuestro sistema de educación, en la universidad, con nuestros profesionales, podemos potenciar a todo el sector en aras de la colocación de productos con mayor valor agregado, como lo pide el mundo y sectores de Uruguay”.
Por último, observando el predio de exposiciones a su alrededor, la intendenta dijo: “Lo que veo acá es esperanza y lo que puedo comprometer es toda nuestra energía para trabajar en la UAM en ese sentido, en el sentido de ayudar a los productores, a los comercializadores a agregar valor, parados desde la demanda, que es un desafío enorme; cuenten con nosotros”.
