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Mauricio Larriera: “Ser segundo en Peñarol es un fracaso”

El técnico aurinegro, Mauricio Larriera, quien debuta este sábado en el banco de Peñarol ante Cerro, admitió que el Cebolla seguirá siendo el capitán, que lo sorprendió el nivel de Gargano y le gusta la desfachatez de Torres
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16 de enero de 2021 a las 05:01

Mauricio Larriera debuta este sábado como técnico de Peñarol. En esta charla con Referí, admitió que el Cebolla Rodríguez seguirá siendo el capitán  “porque lo tiene ganado por referente”, le gusta “la desfachatez” de Facundo Torres, lo sorprendió el nivel de Gargano y desgrana lo que vio de Nacional en la final del Intermedio ante Wanderers.

¿Cómo lleva el tema del covid-19 en el plantel?

Complica. Primero, por los temores desde el punto de vista humano porque la salud es fundamental, y después, complica desde lo deportivo porque hay poco tiempo de trabajo, ya viene el campeonato y nos encontramos con estas cosas. No queremos estigmatizar a los muchachos porque le pasa a cualquiera.

¿Qué es lo que busca en el jugador de Peñarol?

Tratar de alinearme a lo que siente el futbolista y alinearme sobre todo a lo que es la historia y a los futbolistas referentes. Llegué con la idea de transmitir tranquilidad y armonía. En estos tiempos de incertidumbre, transmitir certezas y desde el punto de vista deportivo, ojalá que pueda aportar herramientas que los emocione. Como dijo Del Bosque, que el futbolista trate de incorporar lo que uno le proponga y que lo haga suyo, porque todos los entrenadores buscamos ganar. Quisiera llegarle al futbolista desde algún lugar que lo motive aún más.

"A Gargano lo vi muy bien, a Cristian (Rodríguez) también, pero Walter me sorprendió bastante porque no había participado de los últimos partidos y yo le quiero sacar cargas en los entrenamientos y él pide más. Me puso muy contento y satisfecho de la forma en que lo veo a Gargano porque es un jugador muy importante, otro referente"

Su mamá le pintaba de chico el número 9 de Morena en la camiseta. ¿Cómo reaccionó cuando usted le contó que iba a ser el técnico de Peñarol?

Fue todo un proceso en el que no conté nada. Siempre fui muy escéptico con esta posibilidad. Había quedado con la charla con Bengoechea que iba a ser el probable director deportivo –porque dependía de una elección–, me tenía como una referencia para ser entrenador, y mi mamá no sabía nada. En ningún momento salí a hablar. Es más, ni mis hijas sabían, solo mi señora y yo, de la charla, nada más. Era solo una charla. Todo tomó forma cuando me citaron al Palacio Peñarol y eso fue tres días antes de asumir. Sinceramente, hasta ese momento, me consideraba que estaba en carrera, pero nada más. Tampoco me puse ansioso. Con mi mamá fueron muchas emociones encontradas. Perdí a mi hermano hace un año y medio y eso nos golpeó muchísimo. Entonces, mi madre, entre eso y  la pandemia, todo le genera temor. Y en este caso, le generó emoción. Me recordó ese día cuando los Reyes me regalaron la camiseta de Morena, del Potrillo, y ella, que fue la que me hizo hincha de Peñarol, me pintaba el número 9.

¿Cómo se ensambla Darío (Rodríguez) en el cuerpo técnico?

Cuando salí de Wanderers, liberé a mis compañeros. Yo quedé a la espera del próximo desafío. Cuando surgió esta charla, lo primero que pensé era armar un cuerpo técnico para Peñarol con ciertas características. Hablé con el profe Alejandro Martínez que había estado conmigo en otros equipos, y Darío se había preparado para este puesto y trabajó con el Polilla Da Silva, y busqué una persona identificada con el club. Recabé datos y le dije a Bengoechea que yo llegaría a Peñarol con Darío como segundo entrenador. Conversé con Darío la tarde en la que había quedado a la espera del nombramiento. Fue una charla, muy linda, tenía muy buenas referencias y fue una buena elección, primero porque es un gran profesional y además, es un referente. Estoy muy satisfecho con la elección

¿El Cebolla seguirá siendo el capitán?

Sí, lo tiene ganado como referente. Estuvimos conversando antes del primer entrenamiento. Salvo que pase algo muy grave, conmigo va a mantener la preferencia de ser el capitán.

¿Lo tranquilizan los contratos firmados con Torres, Trindade y Kagelmacher?

Sí, claro. No digo que fue una exigencia, pero fue una solicitud que le hice a la dirigencia y lo hablamos con Bengoechea, de mantener al plantel lo más completo posible. Mantener el plantel en un cambio de entrenador es muy importante. Es un plantel rico en características y ni hablar lo que será este campeonato con una densidad importante de partidos. Habrá que gestionar los minutos de cada futbolista, rotarlos, y encima de eso, lo que pasó ahora con el covid-19. La única certeza que tenemos es la incertidumbre respecto a la pandemia.

“Contra Wanderers, a Nacional lo vi bien, compacto, mereció ganar en los 90 minutos; lo veo que mantiene una idea y eso es muy importante y tiene en Jorge (Giordano) a un muy buen entrenador; va a ser un rival duro”

Gargano volvió muy bien. ¿En algún momento puede jugar con el Cebolla de doble 5?

Sí, yo no descarto nada. Puede jugar allí, con tres volantes, habrá que ver, gestionar las características de los futbolistas y las bajas. A Gargano lo vi muy bien, a Cristian (Rodríguez) también, pero Walter me sorprendió bastante porque no había participado de los últimos partidos y yo le quiero sacar cargas en los entrenamientos y él pide más. Me puso muy contento y satisfecho de la forma en que lo veo a Gargano porque es un jugador muy importante, otro referente.

Una falencia que tuvo este equipo en 2020 fue carecer de gol.

Peñarol hizo muy buenos partidos, pero se lo empataban o lo perdían, En su área le convertían fácil. Este es un plantel que tiene gol en todas las líneas. Todos los de ofensiva, los segundas líneas, y en defensa también, sobre todo, de pelota parada. Estamos trabajando para tener más convencimiento y más determinación a la hora de llegar al área. Porque el equipo ataca mucho, yo lo analizaba y sin embargo, le faltaba eficacia. A veces es difícil trabajar contra eso, que no sea la confianza.

¿Quién fue el jugador que más le gustó de Peñarol el año pasado?

Me sorprendió Jesús Trindade porque lo había tenido y me sorprendió más aún porque no es fácil ponerse la camiseta de un equipo grande, y además, por la posición en la que jugó. Hizo buenos partidos cuando el equipo no rendía colectivamente. Después el caso de Kagelmacher que fue de menos a más y terminó siendo una figura importante. Me gustaron mucho los laterales. A Piquerez lo había tenido en Defensor en 2015 y lo vi muy crecido y con muy buena determinación. Y hubo dos casos que rompieron todo: los goles de Terans, un muy buen jugador y la aparición de Facundo Torres, que es de esos futbolistas que me gustan en mi paladar, desfachatado, con gambeta, guapo, explosivo, veloz. Fue una aparición muy buena. Quizás en otro escalón, Álvarez Martínez también.

¿Se puede decir que Saralegui le dejó una base?

Con los últimos dos partidos de Mario, yo me sentí identificado con lo que vi de Peñarol y hay una base por el estilo. Lo que colocó en cancha en esos partidos, se acerca mucho a lo que yo pretendo: el sistema, el estilo de juego, el vértigo que le daban en ataque. Esto se fue formando desde la llegada de Diego Forlán que fue quien conformó el plantel, luego Mario hizo un retoque con un par de incorporaciones y la base fue tomando forma al final. La base la dejaron los dos entrenadores.

¿Le preocupa la gran seguidilla de partidos que habrá?

Me ocupa. Ahora sí me preocupa por las ausencias que vamos a tener por el covid-19. Porque es un trabajo de ingeniería muy fina, de joyería diría yo, para gestionar minutos con futbolistas más grandes.

“Quisiera llegarle al futbolista de Peñarol desde algún lugar que lo motive más aún”

En muy pocos días se viene un clásico.

Tenemos cuatro partidos durísimos porque el calendario pega fuerte, más allá de que Cerro está en una posición muy complicada, los equipos que luchan por la supervivencia suelen ser durísimos. Cerro suele ser durísimo y en su cancha, más. Después vienen Defensor, Danubio y el clásico. Ahí viene la ocupación y la preocupación si siguen apareciendo casos de covid-19. Es un desafío tratar que el equipo tenga un buen rendimiento y sobre todo, que gane con partidos tan seguidos.

¿Tiene ventajas el rival por tener a un técnico ensamblado?

No sé. La ventaja desde el punto de vista deportivo está en que el entrenador ya hace un trabajo muy preciso, profundo desde las formativas desde el lugar que ocupaba, la secretaría técnica. Después tomó el equipo, le cambió un poco la cara, la forma de juego y lo que puede tener ventaja es en tener el equipo más ensamblado. Jorge (Giordano) es un muy buen entrenador. Cuando hay clásicos, no es un tema de ventajas, porque más allá de lo técnico-táctico, tenemos jugadores de estirpe que son referentes, ganadores y que están hechos para los clásicos. Por ese lado podemos empardar y superar al rival.

¿Cómo vio a Nacional que logró el título ante Wanderers?

Como he visto a todos los equipos en estos días. Son partidos muy complicados por las circunstancias que vivimos todos los equipos con preparación diferente. Igual lo vi compacto, bien. Si no fuera por Nacho De Arruabarrena que sigue pasando un gran momento, quizás el partido lo hubiese ganado Nacional en los 90 minutos. Lo veo que mantiene una idea y eso es muy importante. Una idea bien compacta que ya venía mostrando. Al final se desdibujó porque perdió el clásico y quedó fuera de la copa, pero a nivel local va a ser un rival duro, más allá de que tiene muchos juveniles.

"El año pasado hubo dos casos que rompieron todo: los goles de Terans, un muy buen jugador y la aparición de Facundo Torres, que es de esos futbolistas que me gustan en mi paladar, desfachatado, con gambeta, guapo, explosivo, veloz. Fue una aparición muy buena"

Más allá de la presión que siempre existe en dirigir a Peñarol, ¿tendrá una presión extra por tener que ganar el Clausura?

Para llegar a un equipo con la historia de Peñarol, hay que ganar. No hay dos objetivos. Acá el objetivo es ganar todas las competencias. No siento una presión extra. Voy a hacer todo lo posible de lo que mi capacidad me permita para salir campeón. La presión interna es muy importante, de querer tener éxito en este equipo, porque el campeón es uno solo. Sí estamos en un plan de emergencia y esa emergencia es ganar el Clausura, forzar finales y ganarlas. Es la presión que tiene Peñarol de ser campeón. Ser segundo es un fracaso y asumo que es así. Después se hará un análisis y balance de todo, porque hay formas de ganar. Es la primera vez que tengo ese desafío, el de ser campeón. Si lo acepté, es porque creo que lo podemos lograr. Ojalá que la pandemia no nos ponga muchos palos en la rueda porque son muchos partidos.

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