Después de siete años de dedicación al beach volley, Mauricio Vieyto decidió cambiar el rumbo de su carrera deportiva. Se puso a jugar sala y se lanzó en una aventura europea para jugar en Chipre. El jueves viajó nuevamente al país mediterráneo a preparar su segunda temporada. A los 24 años, este punta receptor de 1,91 metros sigue creciendo a otro nivel, algo que buscan cada vez más jugadores nacionales.
Vieyto lleva el vóleibol en el ADN. Sus padres jugaban en Juan Ferreira y desde niño se recuerda correteando en el club atrás de la pelota.
También tuvo un breve pasaje futbolero donde pintaba para zaguero con buena presencia física. Jugó al baby fútbol en Zona 3 de Carrasco Norte, integró la selección interbalnearia y el último año de baby lo hizo en Córcega. Ahí lo vieron de Peñarol y lo llevaron a la Sexta División. "Estuve un par de meses pero había muchos gurises, no me motivó mucho el ambiente y dejé. Justo mis padres retomaron el vóleibol y me fui con ellos", contó a Referí.
A los 15 años formó dupla con Marco Cairus y se pasó al beach volley. Clasificaron a los Juegos Olímpicos de la Juventud de Nanjing 2014, fueron medalla de plata en los Juegos Odesur de Cochabamba 2018, le ganaron a Argentina, en Rosario, la medalla de oro de los Juegos Odesur de Playa en 2019 y conquistaron la etapa de Lima del Circuito Sudamericano también en 2019.
Tras una muy buena actuación en los Juegos Panamericanos de Lima 2019, imprevistamente, Vieyto dejó la playa y se pasó a jugar al sala, cuando tenía por delante la Continental Cup para buscar la clasificación a los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020.
"En el playa había mucho problema en la interna. Estaba más pendiente de los problemas que había que de los entrenamientos con Marcos y me hacía mal. Para estar así preferí no seguir más, ya no estaba siendo bueno para mí", dijo.
Así se dio a mediados de 2020 su llegada a Enosis Neon Paralimni de Chipre. Paralimni es una ciudad turística ubicada en la parte griega del país a donde llegan miles de turistas al año para disfrutar una de las mejores playas de Europa, Nissi Beach.
"En invierno queda desierta, súper tranquila. El club me dio auto, casa, almuerzo y cena. Solo tenia que gastar en desayunos y meriendas. El idioma es complicado porque se habla griego, pero con el inglés me las rebusqué", admitió.
"El nivel de la liga es muy buena. Una vez vino un dirigente a decirme que fui el primer uruguayo en disputar esta liga. Me costó la adaptación porque en el beach no se puede recibir el saque de arriba, con la yema de los dedos, hay que hacerlo de abajo. Pero lo fui trabajando y mejorando. En el club quedaron muy contentos conmigo", expresó.
Prueba de eso fue que le renovaron el contrato por una temporada más. "En la pasada liga fuimos quintos y segundos en la copa. Somos dos brasileños y un griego como extranjeros".
Además de Vieyto, el otro uruguayo que juega en Europa es Renzo Cairus, quien renovó recientemente con Palma Voley donde jugará su octava temporada consecutiva.
En la temporada 2020-2021, Uruguay tuvo a tres uruguayas jugando en Europa.
Una fue Sofía Neves, quien defendió a Kairos de Portugal.
"La temporada en Portugal la culminamos quintas en la tabla general; llegamos a entrar en los playoffs pero debido a un par de lesiones que tuvimos en el equipo quedamos en esa posición. Después de la Copa Europea quedamos afuera en cuartos de final contra un rival de Turquía e hicimos historia para el club, ya que nunca había llegado un equipo a esas instancias", comentó a Referí.
Neves analiza por estas horas ofertas para volver a jugar en Europa.
Camila Bausero, por su parte, defendió a Star Voley Bisceglia en el ascenso de Italia donde llegó a ser la mejor jugadora de una fecha.
"Mi experiencia en Italia fue increíble, deportivamente fue solo crecimiento, ver otro nivel y tener una dedicación exclusiva. En lo personal hice un cambio radical en mi vida de una semana a la otra y me adapté súper bien, disfruté, aprendí, me adecué a una sociedad distinta sumamente rápido y sola", expresó.
"Como todas las experiencias de los que vamos para afuera, creo que tiene un componente extra que es sumamente importante para todo el vóleibol y es que de a poco muchos de nosotros nos vamos animando a salir y al haber sido una experiencia tan buena, espero que sume en dar el salto a tantos otros y otras jugadoras", agregó la jugadora de Náutico quien tuvo un pasaje por Gimnasia y Esgrima La Plata.
Bausero, quien estudia fisioterapia, quiere adelantar sus estudios en este semestre para luego intentar retornar a Italia.
La sanducera Noel Ruba jugó la temporada 2020-2021 en Leixoes de Portugal.
Lucas Méndez, jugador de Nacional, se fue a fines del año pasado a Defensores de Banfield en Argentina, pero el torneo quedó truco por la pandemia de covid-19. Ahora está esperando retornar para jugar la temporada 2021-2022.
"Aproveché estando acá me que quedaban las últimas materias de facultad para recibirme de fisioterapeuta y ya estoy para irme", explicó.
Su compañero de equipo en los tricolores, Joaquín Carámbula, se irá en setiembre a CDE Parla Voley Interia, equipo que milita en la primera división nacional masculina (la tercera categoría de España) en lo que será su primera experiencia en el exterior.
Por último, Meline Giménez, de Náutico, se irá a jugar a Belfort, de la tercera división del vóleibol de Francia.
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