Quienes concurran durante estos días a los sitios en los que se suelen abastecer de frutas encontrarán precios muy bajos en algunos rubros, pero a la vez otros muy elevados, lo que deriva de cómo el clima mayormente seco en este verano ha impactado en los diversos sistemas productivos, con perjuicios en algunos rubros y beneficios en los que proceden de zonas donde llovió de buena manera.
Por un lado, destacó a El Observador Daniel Rodríguez, director de la cadena SanFreskito, se puede adquirir sandía a $ 12 el kilo y en algunos lugares incluso se la adquiere por menos de $ 10, como también es posible comprar dos melones por $ 50 o algo menos, todo ello de buena calidad.
Por otro, mencionó a modo de ejemplo de rubros con valores altos, un kilo de durazno o de pelones difícilmente baje de los $ 120 y en algunos lugares puede llegar a $ 150.
En todo ello ha sido determinante un cierre de diciembre e inicio de enero con muy pocas lluvias. Incluso las del miércoles de la semana pasada, de buen volumen, no fueron suficientes y en algunos casos lejos estuvieron de permitir que el suelo recupere el nivel de humedad adecuado y tampoco permitió recuperar el nivel de las reservas de agua.
Erick Rolando, presidente de la Confederación Granjera del Uruguay, informó durante esos días a El Observador que esta sequía que golpea a las quintas en el sur del país, de donde procede la mayor parte de las frutas y hortalizas que llegan al Mercado Modelo a esta altura del año, incide en el atraso de la producción y, cuando se puede cosechar, en la obtención de frutas de menor calibre, con buena calidad, pero con muchos menos kilos por hectárea con un notorio perjuicio para el granjero.
En el caso de la manzana, una de las frutas más consumidas, las que han llegado de la nueva zafra no tienen la calidad ideal, incluso se oxidan rápidamente. Eso, se espera, se solucionará cuando el mercado comience a ser abastecido por la variedad Royal Gala.
En la pera también sucede lo mismo, se atrasó la producción, al igual que en el caso de la uva para consumo fresco, la de la variedad Moscatel.
“La fruta buena vale”, graficó Rodríguez, quien destacó que en muchos casos ya se recurrió a importar y en otros habrá que hacerlo, dado el atraso en el abasto de la producción local en determinados rubros. Es claro que lo que se importa llega al consumidor a un precio por encima del que habría en condiciones normales.
Otro factor que incide, puntualizó el comerciante, es el valor del dólar, más elevado que lo que pasaba hace un año, con lo cual importar rubros como banana o kiwi no es tan sencillo si se quiere que el precio sea accesible. Hoy la banana ecuatoriana, de buena calidad, está en unos $ 79 el kilo, pero en algunas grandes superficies puede superar los $ 100, tratándose de la fruta más consumida en el país, donde no hay producción.
Un caso aparte es el del limón, que tiene un uso gastronómico importante en Uruguay. Hay poco y eso se refleja en valores que se van disparando y se aproximan ya a los $ 100 el kilo en algunos lugares.
Rodríguez comentó, finalmente, que “una menor actividad turística generó menos demanda desde el este del país en este verano; si la demanda hubiese sido normal los precios estarían por las nubes”.
A continuación, el reporte de inicio de semana con los precios de referencia (valores mayoristas) en el Mercado Modelo:
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