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Mercosur: Lacalle ratificó rumbo y volvió a recibir espaldarazo de Brasil y reprimenda de Argentina

Previo a la cumbre, el gobierno brasilero transmitió a las autoridades uruguayas que lo respaldaría en sus planteos; el gobierno considera que ese aval de Bolsonaro es respaldo suficiente para avanzar en conversaciones con países ajenos al bloque
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09 de julio de 2021 a las 05:01

En el Mercosur de los consensos, incluso la transmisión por streaming de una reunión a distancia puede ser objeto de disputas, chicanas y fallas técnicas.

Un día después de que Uruguay anunciara a sus socios que dejará de esperar por un consenso para salir a negociar acuerdos comerciales con terceros, el traspaso de la presidencia pro témpore de Argentina a Brasil supuso una nueva instancia entre los mandatarios del bloque, que no hicieron más que ratificar las diferencias y alineamientos internos. 

Los roces comenzaron incluso antes de la propia cumbre, dado que el gobierno de Alberto Fernández, anfitrión de la ceremonia, decidió transmitir únicamente el inicio con su intervención de apertura, lo que obligó a Brasil y Uruguay a divulgar por sus propios medios los discursos de sus presidentes. 

Como en la anterior cumbre de marzo, en la que Lacalle Pou dijo que el Mercosur no podía ser “un lastre”, Uruguay recibió cuestionamientos por parte de Argentina y un espaldarazo del Brasil de Bolsonaro, principal aliado en su cruzada liberalizadora. 

Mientras que el presidente uruguayo defendió la decisión de buscar su propio camino sin romper con el Mercosur –argumentó que la búsqueda de acuerdos bilaterales “respeta el ordenamiento jurídico vigente” del bloque–, Fernández llamó a “honrar los tratados fundacionales” que imponen el consenso como regla básica, Bolsonaro criticó el instrumento del veto y dijo que solo consolida "visiones arcaicas".

El presidente argentino Alberto Fernández entregó la presidencia pro témpore del Mercosur a Brasil

Los discursos de Fernández y Bolsonaro, que nunca se reunieron en persona, mostraron a las claras el cambio de énfasis que tendrá la agenda del Mercosur en el segundo semestre del año, lo que abre –a juicio del gobierno uruguayo– una “ventana de oportunidad” para avanzar en el anhelo de flexibilización y en la negociación de acuerdos bilaterales. 

Previo a la cumbre de este jueves, el gobierno brasileño volvió a transmitir a las autoridades uruguayas que lo respaldaría en sus planteos, según dijeron a El Observador fuentes del Poder Ejecutivo. En el gobierno uruguayo consideran que ese aval de la administración Bolsonaro –sea explícito o implícito– es respaldo suficiente para avanzar en conversaciones con países ajenos al bloque. Las autoridades uruguayas entienden que ese alineamiento con Brasilia allana el camino para que esos países que quieran negociar con Uruguay no teman por represalias en el mayor mercado de América Latina. 

Con China como principal norte de las negociaciones, desde Brasil incluso dieron señales de mayor apertura a que Uruguay negocie de forma bilateral un Tratado de Libre Comercio (TLC) con el gigante asiático, informó el semanario Búsqueda. Según dijeron a El Observador fuentes diplomáticas, en instancias anteriores el gobierno de Bolsonaro se había mostrado reacio a dar luz verde a esas tratativas, pero en las últimas conversaciones la puerta quedó “entreabierta”.

De Fernández a Bolsonaro

En su discurso de apertura, el presidente saliente del Mercosur, Fernández defendió la gestión de Argentina al mando de la presidencia pro témpore, pero por sobre todo aprovechó para deslizar un mensaje a Lacalle Pou por el anuncio de Uruguay solo 24 horas atrás. 

"Nuestra posición es clara: el camino es negociar juntos con terceros países o bloques (...) Nadie se salva solo", afirmó.

El presidente argentino llamó a respetar el Tratado de Asunción, por el cual se fundó el Mercosur, y que dispone "el establecimiento de un arancel externo común y la adopción de una política comercial común con relación a terceros Estados o agrupaciones de Estados y la coordinación de posiciones en foros económico comerciales regionales e internacionales".

"Creemos en el consenso, que es la columna vertebral constitutiva del Mercosur, y así lo dicen sus estatutos. Consenso es respetar la ley de nuestro bloque, su ADN fundante, su razón de ser. Creemos que no podemos resignar este principio (...) Somos todos parte de Estados de derecho y el respeto a la ley es una regla, y menos podemos olvidar esas reglas en un contexto global de gran incertidumbre y de disputas comerciales que se viven en el mundo entero", argumentó Fernández.

Luego agradeció a todos y antes de que Bolsonaro tomara la palabra, la Casa Rosada dio por terminada la transmisión.

El discurso del presidente brasileño resonó mediante los medios oficiales de su gobierno, que transmitieron una breve y contundente intervención a favor de la flexibilización de las reglas de juego y en contra de "la regla del consenso" y las "visiones arcaicas" sobre integración regional.

Previo a la cumbre, el equipo de Bolsonaro le transmitió al gobierno uruguayo que lo respaldaría en sus planteos

"El uso de la regla del consenso como instrumento de veto y el apego a visiones arcaicas de tipo defensivo tendrán por único efecto consolidar el sentimiento de escepticismo y de dudas sobre el verdadero potencial dinamizador del Mercosur", afirmó Bolsonaro, quien luego cuestionó los resultados de la gestión argentina.

"El semestre que se cierra dejó de corresponder a las expectativas y las necesidades de modernización del Mercosur. Deberíamos haber presentado resultados concretos en dos temas: la revisión del Arancel Externo Común y la adopción de flexibilidades para negociar acuerdos comerciales con otros países (...) Durante nuestra presidencia de turno, que se inicia hoy, seguiremos trabajando por el rescate de los valores originales del bloque, asociados a la apertura y a la búsqueda de una mayor integración de nuestras economías en las cadenas regionales e internacionales de valor", prosiguió.

"No podemos dejar que el Mercosur siga siendo visto como sinónimo de ineficiencia, de desperdicio de oportunidades y de restricciones comerciales. Brasil prioriza la modernización de la agenda económica y persistiremos en ese camino durante el ejercicio de la Presidencia Pro Témpore", concluyó el mandatario, para sonrisa de las autoridades uruguayas.

Luego de Bolsonaro fue el turno del paraguayo Mario Abdo. Su gobierno fue el único que no transmitió en vivo la intervención presidencial, en la que planteó la necesidad de buscar los avances y la modernización del bloque dentro de las reglas de consenso. 

Lacalle Pou, el último de los cuatro en hablar, defendió la decisión de Uruguay bajo el argumento de que negociar con terceros “no significa vulnerar la regla del consenso” y que a la vez “respeta ordenamiento jurídico vigente” en el Mercosur.

El presidente uruguayo dijo que el Mercosur es una “zona de libre comercio y unión aduanera imperfectos”, una forma de insinuar –como ya han advertido expertos en inserción internacional– que en los hechos el bloque ha sufrido diversas perforaciones, y que se debe "sincerar" el incumplimiento tácito de los postulados del Tratado de Asunción. "El Uruguay pretende avanzar en acuerdos con otros países y esto no significa vulnerar ni violentar la regla del consenso. El mundo ya va muy rápido y se está entrelazado comercialmente, el mundo ya va muy rápido", agregó Lacalle.

Según el presidente, Uruguay tiene "vocación de integración" y reivindicó su "pertenencia al bloque" pero con "vocación aperturista".

"El mundo avanza hacia allá, está claro, y el mundo no nos va a esperar. Por eso, amigos presidentes, con tranquilidad y con un concepto mercosuriano, les queremos decir como ya fue informado ayer, que hacia allá va el Uruguay y ojalá que vayamos todos juntos, pero lo que está claro es que allá vamos", concluyó.

La transmisión en vivo de la página de Presidencia, que se tuvo que improvisar tras la decisión de Argentina, estuvo exenta de audio por problemas técnicos y debió darse de baja. Minutos después se subió el discurso completo en los sitios oficiales. 

La ceremonia luego culminó con el traspaso de mando de Argentina a Brasil. A pocas horas de cruzarse en la final de la Copa América, Bolsonaro no pudo evitar la referencia futbolera. “Quiero decirle especialmente al presidente de Argentina que la única rivalidad entre nosotros va a pasar el sábado en el Maracaná. Y voy a adelantar el resultado: 5 a 0. Levanto la mano y digo 5 a 0. Pero pasado esto, preciado Fernández, sepa que siempre vamos a querer lo mejor para Argentina, Uruguay y Paraguay”, dijo sonriente el presidente brasilero.

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