Después de un leve crecimiento del PIB agropecuario durante 2022, que el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) ubicó en 0,8%, jerarcas de dicha Secretaría de Estado anunciaron que para 2023 proyectan un crecimiento de ese indicador, estimado al cierre de este año en un 2,9%.
Pese a que se espera que "la ganadería traccione hacia abajo y la agricultura de verano también", por una baja en el stock ganadero y la incidencia que pueda tener el déficit hídrico sobre los cultivos, el crecimiento se verá protagonizado principalmente por el sector forestal y, básicamente, la influencia de la nueva planta de UPM y las exportaciones del rubro, explicó a El Observador Ángela Cortelezzi, técnica del Área de Indicadores Sectoriales y Estudios Económicos de la Oficina de Programación y Política Agropecuaria (Opypa).
"Este fue un buen año para el sector", reflexionó la técnica, quien agregó: "Esperamos que el valor agregado del sector agropecuario muestre un crecimiento, lo vamos a ver en las cuentas nacionales de marzo de 2023".
Las estimaciones de Opypa, presentadas este martes junto con el anuario de la oficina, se hicieron con base en datos del Banco Central del Uruguay (BCU).
Cortelezzi destacó la mejora de los indicadores productivos que hubo en el primer semestre de 2022 en el sector ganadero, en el que aumentó la producción en peso vivo, pese a que hubo un descenso en el stock.
En el segundo semestre del año se vio una caída en la producción en peso vivo en el sector ganadero, indicó, lo que se dio por una creciente tasa de faena, que por un lado aportó altos niveles de exportación, pero por otro lado dejó "una afectación de los stocks".
Según mencionó, además, la agricultura de verano también mostró muy buenos indicadores, con rindes "mejores de los que esperábamos", y la zafra de invierno tuvo récords en área de siembra y también en algunos rendimientos.
Mencionó que la zafra 2022/23 de cultivos de invierno "pareciera que va a tener rendimientos mejores a los que esperábamos, porque al parecer el déficit hídrico no afectaría tanto".
La profesional expuso los datos en una conferencia de prensa en la que dejó claro que el leve crecimiento proyectado para el final de este año se generó en un contexto internacional condicionado por la presencia de la pandemia de covid y las medidas de protección de algunos países, la desaceleración económica de China (uno de los principales clientes de Uruguay) y por los impactos que la guerra tras la invasión de Rusia a Ucrania tuvieron en los mercados.
Según mencionó, el aumento de las tasas de interés también afectaron los mercados, así como la baja en los precios de los commodities y la evolución del dólar, que en Uruguay termina el año descendiendo.
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