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Montevideo, en riesgo de perder el 10% de la superficie: ¿en qué parte?
Cuando los hoy bebés montevideanos sean adultos mayores —dentro de unos 80 años—, es probable que haya desaparecido la playa de Pocitos y de Malvín. Para entonces hay enormes chances de que quede bajo agua el alrededor de la cárcel de Santiago Vázquez, unas 40 escuelas, la refinería de Ancap, y también el centenario Hotel Carrasco, ícono de la arquitectura ecléctico-historicista y que alojó en sus habitaciones a figuras como Albert Einstein y Federico García Lorca. Porque la capital de Uruguay, Montevideo, estará, en una parte, sumergida.
Salvo que haya un revés —no solo en el calentamiento global, sino también en las acciones de los humanos— el mar uruguayo crecerá entre 42 y 58 centímetros hacia 2100. Y, si se concreta el escenario más extremo que proyecta el Ministerio de Ambiente, Montevideo perderá el 10% de su superficie actual —justo donde habita buena parte de la población capitalina—.
Un informe de la plataforma Amenaza Roboto, especializada en periodismo tecnológico y científico, da cuenta que el impacto del cambio climático supone para los uruguayos un ultimátum más cercano de lo que se imagina. Científicos y periodistas analizaron las bases de datos públicas disponibles y concluyeron que, según el uso de combustible fósil en el futuro cercano, la temperatura media anual ascenderá entre 1,5 y 5,5 ºC, las lluvias acumuladas subirán 25% durante otoño y verano, habrá más olas de calor, más vientos extremos y cambiará la infraestructura de la capital.
No se trata de una mirada apocalíptica ni “asusta viejas”, sino la tendencia y la incidencia. “La intervención humana degrada mucho más el ambiente y expone aún más a las poblaciones vulnerables que la variación del mar de un milímetro por año", dijo para el informe Silvia Marcomini, doctora en Geología de la Universidad de Buenos Aires y especializada en el estudio costero. En ese sentido, la científica explicó que “los tomadores de decisión usan el cambio climático para no hacer otras cosas”, en vez de tomar acciones y encabezar políticas públicas de mitigación.
Ya ahora, en 2022, la infraestructura parece estar hablando de este impacto. El sistema de drenaje no da abasto ante inundaciones como las ocurridas en las inmediaciones de la estación de ferrocarriles. En Malvín, este año, los autos y volquetas de basura fueron arrastradas por la corriente.
La coordinadora del Plan Nacional de Adaptación para la Zona Costera, la oceanógrafa Mónica Gómez, reconoció en una presentación ministerial que “la mitad de todo lo que está construido en la costa será afectado hacia finales de siglo XXI". Y esa afectación no será por igual en toda la población.
El bolsillo
En el área del Arroyo Pantano, Pajas Blancas y alrededores habitaban en 2011 —fecha del último censo poblacional— unas 2.000 personas “susceptibles a daños directos causados por eventos extremos”. Según el mismo censo, en esa zona al menos el 40% tiene una necesidad básica insatisfecha.
La línea azul del siguiente mapa muestra la costa actual en esa zona de la capital. El sombreado blanco es la superficie inundable y el rojo es zona de asentamientos irregulares.
“No es lo mismo que impacte una inundación en una casa precaria, construida con material de desecho, que va a destruir posiblemente la vivienda, a que impacte sobre un edificio en la rambla de Pocitos o una casa de buenas condiciones en Carrasco": así lo entiende Laura Marrero, consultora del PNUD referente de género en la Dirección Nacional de Cambio Climático.
En las cercanías de la cárcel de Santiago Vázquez, donde al 25 de noviembre estaban alojados 4.284 presos, según las cifras que el Instituto Nacional de Rehabilitación le ofreció a El Observador, también habrá inundaciones y correrá riesgo la policlínica de la zona que atiende a personas de asentamientos y barrios de bajos recursos.
En el otro extremo de la ciudad, en Carrasco, también el riesgo de que el crecimiento del mar aqueje la infraestructura es grande. Más allá de la afectación de la playa y la rambla (incluyendo el hotel centenario), es probable que el drenaje sufra el impacto.
El local de las escuelas públicas Mahatma Gandhi (222 niños y niñas) y Benito Juárez (226 niños y niñas) y el jardín 282 (140 niños y niñas), en Punta Gorda, están en zona inundable. Allí también desaparecerán los clubes náuticos de la costa y los restaurantes.
La Organización Meteorológica Mundial calculó que el crecimiento del nivel del mar a escala global fue de 4,4 milímetros por año entre 2013 y 2022. Eso significaría para una ciudad como Montevideo una pronta pérdida de parte de la rambla, el emblemático paseo costero de más de 20 kilómetros, que fue postulado a patrimonio de la humanidad y a la que el cantautor Joan Manuel Serrat se declaró un enamorado.
Como parte de esa afectación de la rambla, quedará impactado el puerto de Montevideo, en especial en donde ahora se están terminando las obras para la exportación de la materia de la segunda planta de UPM, y también se verá comprometida la refinería petrolera de La Teja.
El profesor titular de Analítica de datos en la Escuela de Comunicación de Universidad ORT, Gabriel Farías, presentará estos y otros resultados de la investigación este martes a las 11.30 horas en la facultad de la calle Uruguay 1185.
