En un momento en que había gente alrededor porque estaba montada una feria, el policía vio que dos asaltantes encapuchados trataban de robar un puesto de
verduras e intervino para detenerlos. Y en ese instante comenzaron los disparos, hasta que uno de los delincuentes cayó al suelo y dejó allí una escopeta de caño recortado. Para entonces, Rodríguez ya había muerto.
El policía declaró a Gómez que disparó tres veces, lo que fue constatado con las pericias que se aplicaron a su arma de reglamento. "Pero él dice que no disparó en dirección a la víctima", dijo Gómez a El Observador.
De momento, el funcionario continúa emplazado (es decir, libre, pero a disposición de la Justicia), y el fiscal sigue a la espera de otras pericias. Además, solicitará más declaraciones ya que "falta información de todo tipo".
También falta la ubicación de los delincuentes, y las esperanzas de Gómez se basan en la posibilidad de que el hombre que trastabilló mientras se enfrentaba a tiros con el policía esté herido y sea localizado en algún centro asistencial.