El Comité Ejecutivo de la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) tratará este miércoles cuál será su postura sobre el proyecto de hacer la Copa del Mundo cada dos años que lleva adelante la FIFA, que, tras una ola de reacciones hostiles, este jueves consultará a sus 211 federaciones, con la esperanza de contar con su apoyo frente al fútbol europeo.
¿Qué postura tomará la AUF? El Ejecutivo es afín a tomar una posición en línea con la de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol), que se opone al cronograma que plantee la FIFA.
Así lo indicó a Referí el vicepresidente de AUF, Gastón Tealdi, quien consideró que Uruguay “debería ser de plegarse a la posición de la Conmebol y negarse al Mundial cada dos años”.
“Hoy por hoy, ya vimos lo que nos pasó con la pandemia, que tenemos el calendario hiper apretado”, argumentó.
“Los recursos principales que tienen las federaciones e inclusive la nuestra son los derechos de TV de las Eliminatorias. Y hacer un Mundial cada dos años implicaría que de alguna manera se reduzca el potencial de recaudación por derechos de TV”, agregó.
Tealdi también señaló que el mercado internacional “ya viene sintiendo los efectos de la pandemia”. “Creo que un Mundial cada dos años sería generar un decrecimiento en lo que es el producto Mundial, y también dificultades entre el calendario de Conmebol, de FIFA, de las federaciones miembros y federaciones locales, que harían bastante complicado para todas las federaciones llevarlo a cabo”.
“Por eso, adelanto, en mi opinión, que la votación sería negativa por parte de la AUF”, señaló el vice de AUF, que explicó que la FIFA hará un "congreso no resolutivo" en el que se trate el punto de su proyecto sobre el mundial bienal.
La consulta de FIFA de este jueves oficialmente se trata de un primer intercambio "en torno a los calendarios internacionales femenino y masculino" más allá de 2024, para los que el organismo rector del fútbol mundial asegura que todos los escenarios están abiertos.
Pero, desde hace algunas semanas, la FIFA aboga activamente por la idea de un Mundial bianual, más que cada cuatro años, soñado desde 1999 por su antiguo presidente Sepp Blatter, y relanzado en marzo por su director de desarrollo, el francés Arsène Wenger, ex DT de Arsenal de Inglaterra.
El tema, inflamable dada su influencia en todos los equilibrios deportivos y económicos - entre clubes y selecciones, ligas y competiciones internacionales - ha suscitado una ola de críticas del fútbol europeo, pero también de representantes de campeonatos de todo el mundo, jugadores y aficionados.
Wenger aboga por una fase final cada año, alternando Mundial y torneos continentales como la Eurocopa o Copa América, y agrupando los clasificatorios en el mes de octubre, o en octubre y marzo.
En un sistema en la que cada federación dispone de una voz en al seno del Congreso de la FIFA, sin importar su tamaño, la perspectiva de mayores ingresos puede seducir a votantes africanos, asiáticos u oceánicos, que sacan del maná del Mundial gran parte de sus recursos.
Pero la FIFA también ha sabido moverse en otros ámbitos: primero convocando en Doha a una serie de antiguos jugadores y entrenadores, 'leyendas' remuneradas como embajadores, para elogiar con una sola voz este proyecto.
El organismo mundial también desveló a mediados de setiembre un estudio en línea con respuestas de 15.000 personas "con interés en el fútbol", mostrando una ligera mayoría (55%) favorable a un Mundial más frecuente que su actual ritmo cuatrienal.
Frente a esta constelación favorable a la FIFA, se ha formado en unas semanas un frente opuesto liderado por las confederaciones europeas y sudamericanas, UEFA y Conmebol, así como por representantes de ligas mundiales y clubes europeos.
Todos denunciaron la ausencia de una concertación real, ya que un Mundial cada dos años trastocaría su propio calendario, obligando a los clubes a liberar a sus internacionales todavía más tiempo que ahora.
Además de la salud "física y mental" de los jugadores, ya puesta a prueba con la concatenación de competiciones, alegaron también la competencia a los torneos femenino y juveniles, que perderían en visibilidad y en recursos.
Por último, la mayoría estimaron que el atractivo del Mundial es precisamente su poca frecuencia, y que tener uno cada dos años "diluiría" su valor en lugar de aumentar los ingresos del fútbol mundial - y por ende, su capacidad de redistribución.
Varias decenas de asociaciones nacionales de aficionados, de Argentina a Indonesia, pasando por Mali y toda Europa, también subrayaron la dificultad material de acudir a una competición grande cada año.
Con las líneas de frente establecidas, nadie sabe cómo la FIFA tomará en cuenta estas oposiciones: su presidente Gianni Infantino quiere una decisión antes de fin de año y podría conformarse con una votación de sus federaciones.
Además, la poderosa Asociación Europea de Clubes (ECA) exigió la semana pasada "negociaciones detalladas" con la FIFA y una "aprobación conjunta de calendario internacional", reivindicando así un derecho de veto.
La asociación, presidida por el presidente del PSG, Nasser Al-Khelaifi, se refirió por ahora al acuerdo que rige las relaciones con la FIFA y que debe renegociarse para el periodo posterior a 2024.
Junto a esta convención, los 247 clubes representados por la ECA disponen cada uno de un medio de presión: son los empleadores de la mayor parte de los internacionales que juegan las grandes fases finales, y pueden recurrir a la justicia la obligación de ponerlos a disposición
Con base en AFP
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