Integrantes de AC (J.Samuelle); La Mojigata (Instagram de la murga); VDLU (J.Samuelle); MQP (J.Samuelle) y Cayó la Cabra (Instagram de la murga, por Romina di Bartolomeo)

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Murga y feminismo: qué dicen las 13 mujeres que este año participan en el concurso

Las mujeres en las murgas continúan siendo una minoría muy reducida pese al impulso del movimiento feminista; pese a que ahora muchos hombres hablan de sus derechos en el fondo no las dejan cantar
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23 de febrero de 2019 a las 05:01

“Son impulsivas, nuevas, entran por la ventana al género más machista del mundo, que se ha desarrollado por un siglo solo entre hombres, con alguna mujer como excepción que confirmaba la regla”, así describe Raúl Castro en su libro Tintabrava a las mujeres que hicieron de la Falta y Resto una murga paritaria. De esta manera uno de los murguistas con más años en carnaval se refiere a los últimos tiempos de la murga como “el capítulo que viene a resignificar todo”. Habla del feminismo.

La esencia de la murga siempre se posicionó del lado de los más desfavorecidos; con su discurso buscó denunciar las injusticias y cantarle al pueblo, desde el pueblo. Sin embargo el pueblo y su pluralidad de voces no están representados en carnaval. De 20 murgas que participan en el concurso oficial este año, siete tienen integrantes mujeres. De casi 350 murguistas en total, solo 13 son mujeres. Desde 2012 las murgas con un plantel 100% femenino no logran pasar la prueba de admisión. Ni Cero Bola –la última en participar– ni La bolilla que faltaba lograron obtener primeros puestos en el concurso.

Por otro lado, los roles que ocupan las mujeres que sí pudieron pisar el escenario del Teatro de Verano Ramón Collazo suelen casi siempre ocupar el lugar de sobreprimas (rol vocal más agudo de la armonía murguera). Integrar la batería es casi una anomalía (de 60 murguistas que están en esos puestos, solo 1 es mujer) y escribir las letras todavía es cosa de hombres.  Los hombres escriben y cantan ahora discursos que defienden la lucha feminista, mientras que las mujeres cosen sus trajes, los maquillan  o los miran desde abajo.

De todas formas, las murgas evolucionan y los diferentes actores que pueden hacer oír su voz visualizan la necesidad de repensar el espacio que ocupa hoy la mujer. Aunque hoy continúa siendo un género machista, donde espectadores y artistas valoran más la voz masculina, cada vez son más las mujeres y hombres que persiguen un carnaval más equitativo.

Ana Carriquirry, Laura Almada, María Mujica, Laura Ganz, Victoria Gómez, Carolina Gómez, Leticia Tzitzios, María José Gardiol, Ximena Kornecki, Luz Viera, Maite Erro, Maira Sepúlveda y Virginia Gervasio son las 13 murguistas que pisan noche a noche cada tablado y compiten en el concurso. En diálogo con El Observador, hablaron del espacio que ocupan y del que no ocupan muchas otras, coincidieron en que la integración de más mujeres no depende de cuotas forzadas sino de la necesidad de pluralizar las voces. A continuación, las preguntas que respondieron las 13. Al ser contestadas mayoritariamente por escrito se respetaron las elecciones de lenguaje de cada una.

1. Este año ingresaron al concurso oficial 345 murguistas y solo 13 son mujeres. ¿Qué lectura se hace de esto?
2. ¿En algún momento cuestionó su entrada a la murga por ser mujer?
3. ¿Qué le falta al carnaval para evolucionar en materia de igualdad de género?
4. ¿Siente que se mueve en un ambiente machista? ¿El trato que recibe es distinto al de un hombre?

 

Laura Ganz- La Mojigata (Batería)

1. Refleja el machismo que existe en todas las esferas. Ser mujer sigue siendo estar predeterminada a cumplir ciertos roles familiares que impiden ser protagonistas en la cultura, los deportes y los lugares de poder y de decisiones.

2. Me costó tomar la decisión porque tocar batería de murga no resultaba ser una opción, no había ninguna mujer tocando. Siempre me encantó pero fue un impulso de mi madre que de sorpresa me regaló un bombo para mi cumpleaños de 17. Creo que si no hubiese sido por eso vería el carnaval desde abajo.

3. El carnaval avanza y retrocede en materia de igualdad de género. Los números lo dicen, seguimos muy lejos. Lo diferente es que ahora resulta políticamente incorrecto hacer ciertos chistes machistas o decir ciertas cosas. Pero el discurso sigue siendo escrito y cantado por hombres. Hasta las murgas que se creen las más progresistas y cantan contra el machismo son estructuralmente machistas, porque si un componente se va, no se da la posibilidad de reemplazarlo por una mujer.

4. Al ser una en 60 tocadores de batería de murga, muchas mujeres me saludan de una manera muy especial en los tablados. Una señora mayor me dijo una vez “Disfrutalo mucho vos que podés, como me hubiese encantado a mi”

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

Lau, Pitu, Anita y Lali en el ojo de @theromarioss ❤️💪🏼 #SinNosotrasNoHayCarnaval

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Laura Almada- La Mojigata (Sobreprima)

1. Es un género muy machista. De hecho, mucha gente opina que el coro de  murga debe estar integrado solo por hombres para "sonar" a murga. Hay ejemplos bien concretos de murgas de mujeres que han quedado fuera de carnaval porque el jurado entendió que no sonaban "bien". Es un antecedente muy triste.  Lo más rico de todo es apostar a un carnaval que sea bien diverso, donde –más allá de que pueda sonar distinto a lo tradicionalmente "aceptado"– primen los buenos espectáculos. Las formas van evolucionando y los cambios vienen igual, aunque algunos se resistan.

2. El hecho de estar en murga joven hizo más fácil la presencia de mujeres en el coro y el ingreso a carnaval fue un trámite para el grupo –más allá de que algunos viejos carnavaleros sugirieran "Está buenísimo lo que hacen: saquen a las minas y salgan en carnaval"–.

3. Cada vez es menos raro ver mujeres en murgas. Un compañero de la murga tiene un hijito de 3 años, el otro día viendo una murga en la tele preguntó: “¿Dónde está la nena de esa murga?”. El papá le explicó que no todas las murgas tienen mujeres y para el niño eso era incomprensible. No tengo claro si pasa por modificar el reglamento del concurso o si es un cambio cultural que se va ir dando de a poco más allá del reglamento. Hacerlo visible y poner el tema sobre el tapete es un paso grande.

4. Se siente el ambiente machista, más allá de que la Moji no lo sea. Más de una vez nos hicieron sentir que la murga canta mal "por culpa de las mujeres" (otros carnavaleros, público e incluso periodistas). Y hay murgas que son mundos muy distintos al nuestro y por ejemplo, no dejan subir a mujeres en el bondi en el que viaja la murga a los tablados porque ese es un ambiente "reservado" solo para varones.  Pero por suerte nunca me sentí incómoda, más allá de algún enojo puntual.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

¡Hoy domingo 27 te esperamos a las 23:40 en el Monumental de la Costa!

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Maria Mujica- La Mojigata (Sobreprima)

1. Es lógico si miramos la historia del género y la historia en general. Las estadísticas se corresponden con el régimen patriarcal. Las mujeres somos desplazadas, subestimadas, discriminadas y despojadas de nuestro derecho a ser murguistas, artistas. La desigualdad participativa y la misoginia en los discursos arriba del escenario y el laburo invisibilizado abajo. Eso es la apropiación de la murga por el varón y es nuestro desplazamiento. Sin nosotras no hay carnaval.

2 No. Por suerte mi contexto nunca hizo cuestionármelo. Ni mi familia –donde casualmente la murga llega a mí por parte de mi abuela, mi mamá y mi tía–, ni la murga donde comencé (Háganse Cargo) que salíamos siete mujeres. Heme aquí, concientizándome a cada momento sobre la responsabilidad que conlleva ocupar este lugar en una murga y en carnaval. Que no debería ser un privilegio. Por más que yo sí pueda hacerlo, porque así se dieron las cosas, no debo sentirme libre, porque no lo soy, porque soy mujer y las mujeres somos desplazadas del género. Gracias a compañeras feministas y pertenecientes al Encuentro de Murgas de Mujeres y Mujeres Murguistas yo salgo de mi lugar de confort, cada día un poquito más. Me falta mucho.

3. Falta muchísimo. ¡Faltan mujeres! Mujeres en la batería, mujeres que no sean sobreprimas, mujeres cupleteando, mujeres recitando, mujeres dirigiendo, mujeres letristas, puestistas, arregladoras musicales, murgas de mujeres. Falta mucho de verdad. Vamos lento, pero vamos bien.

Ana Carriquirry- La Mojigata (Sobreprima)

1. Un 3,8%, ni llegamos a ser una por murga. Es una cifra alarmante, más si pensamos que a las mujeres que siempre estuvimos en las murgas, nos corrieron de la escena (hay datos que confirman que estamos desde la década del ‘30) para que cuidemos a les botijas y, mientras tanto, cosamos lentejuelas calladitas y sin chistar. Igualmente ahí seguimos siempre y hasta nos profesionalizamos vistiendo y maquillando a los murguistos.

2. Si bien es un género hipermachista, no estilo cuestionarme ocupar o no ocupar lugares por ser mujer. Arranqué a los 18 y me hubiese encantado arrancar antes, pero ahí sí se me complicó por ser mujer, la murga de mis amigues ya tenía “las tres mujeres solicitadas”.

3.  La murga sí, con la aparición de murga joven. El carnaval oficial, no. Los discursos masculinos en relación a temáticas de género sí; las voces de las mujeres representadas en esas reflexiones, no. Es abriendo la cancha a la participación de mujeres en la producción de discurso que podemos mover la estructura, no hablando por ellas –por nosotras–.

Victoria Gómez- Agarrate Catalina (Sobreprima)

 1. Durante años el número fue 0, hoy somos 13. Falta muchísimo, el camino es lento y en repecho, pero lo estamos caminando.

3. Evolucionó poco. Falta un cambio de cabeza y real.

4. El carnaval es parte de la sociedad y la sociedad es machista. Si a esto le sumamos el contexto en el que se origina el género, no hay chance. Es una herencia que está vivita y coleando.  Muchas veces me sentí y me hicieron sentir incómoda. “Murga con mujeres no es murga”, es una frase común que se repite por ahí desde tiempos inmemoriales. “Me vengo a sacar fotos con ustedes porque, pobres, todos se sacan con los hombres y nadie con las mujeres”, parece de manual. Con los niños y niñas no pasa, por suerte no se rigen con esos prejuicios. Hacia la interna del grupo, es muy distinto, artísticamente cada integrante cuenta con la misma confianza.

Carolina Gómez- Agarrate Catalina- (Sobreprima)

2. Nunca me lo cuestioné, siempre me sentí en igualdad de derechos y obligaciones dentro de la murga.

3. Creo que la murga evolucionó, mires por donde mires. Siempre vamos a seguir encontrando cosas para mejorar o cambiar, pero a mi parecer, vamos por muy buen camino. Son años de acostumbramiento. Le venimos a mover las estanterías a varios.

4. El ambiente es machista, pero hay que tener cierta cintura y tolerancia también, se va adaptando al presente.

Leticia Tzitzios- La Venganza de los Utileros- (Sobreprima y escribió la retirada de este año)

1. Aún hay muchas personas que creen que el género resta al rendimiento de sus conjuntos. Cierran las mentes y las limitan a eso, sin siquiera pensar en todo lo que puede enriquecer la mujer a lo artístico y lo humano.

2. Siempre lo cuestioné, incluso llegué a creer casi nula la posibilidad de algún día lograr salir en murga en carnaval mayor, porque no es muy común el ingreso de mujeres en el género.

María José Gardiol- La Margarita- (Prima)

1.  Creo que va en un tema de elecciones personales y de cualidades, ambas cosas tienen que darse para integrar cualquier grupo artístico. En este caso creo que no han coincidido en lugar y espacio. Creo que la participación de una mujer –o de quién sea– debe estar sujeta a la cualidad artística y no al género. 

2. Nunca, no siento que sea un género machista la murga. Viene evolucionando con la misma sociedad y, la verdad, nunca me sentí excluida. En mi murga han habido mujeres desde hace años y creo que siempre tuvieron espacio, voz y voto en el conjunto. Siempre lo viví como un tema natural a pesar de la evidente minoría dentro de la categoría.

Ximena Kornecki- Queso Magro (Sobreprima)

1. Es lamentable que tengamos que traer a colación el tema igualdad de género cuando hablamos de expresiones artísticas y que no se les dé un lugar hoy a las murgas de mujeres –que las hay y tremendamente buenas– o a las mujeres dentro de las murgas integradas 100% por hombres y que, en aquellas que sí nos integran, igual seamos minoría.

3. No creo que haya evolucionado. Todavía son las mismas murgas que integraron en sus inicios mujeres las que hoy siguen integrando mujeres, y somos las menos.

4. No en el ambiente de mi murga, porque históricamente siempre se le dio lugar a la mujer. Sí en el ambiente murguero de carnaval. Comentarios como "No me gustan los timbres femeninos en las murgas, la murga tiene que ser un coro solo de hombres", son de los más comunes de escuchar.

Luz Viera - Queso Magro (Sobrprima)

1. Va a llevar su tiempo, el carnaval es una consecuencia de capas más amplias aún. Es un cambio que tiene que ser con amor y paciencia.  Algo evolucionó. Se están aceptando propuestas creativas distintas, ahora hay más mujeres y hay movimientos enormes de mujeres que están haciendo movidas maravillosas y eso es gran ganancia, quizá no dentro del concurso. Es como volver a educar, darse cuenta que puede haber muchas maneras de hacer murga.

2. En el único momento que lo cuestioné fue al dar la prueba de admisión con Cero Bola en 2014 (salió con esta murga cinco años y con Sophi Jones, también integrada por mujeres, cuatro). No pasamos, pedimos devolución al jurado y, la verdad, su respuesta fue poco acertada haciendo alusión a que por ser mujeres teníamos desventaja. Creo que si una murga de mujeres llega a dar una prueba en este momento que estamos viviendo y plantea una propuesta artística contundente, tengo toda la fe que entraría como una más al concurso.

Maite Erro- Metele que son pasteles (Sobreprima)

Maite Erro prefirió responder todo bajo una misma reflexión.

Creo que la participación de la mujer en carnaval está relegada. En carnaval de las promesas y en murga joven hay muchas mujeres ocupando diferentes roles, entonces ¿qué pasa en la murga que somos pocas y mayoritariamente ocupamos el rol de sobreprimas? Incluso en este rol muchas veces se prefiere que sea un hombre el que lo ocupe. Estas cosas se están visibilizando y cuestionando mucho más y creo que esa es la forma para que, de a poco, la mujer ocupe otros lugares en carnaval.

La mujer siempre estuvo y está presente en Carnaval, pero mayoritariamente en roles de estética del espectáculo, maquillaje, vestuario, puesta en escena, en roles de cuidado en el hogar. El discurso sigue siendo casi en su totalidad de los varones, hay pocas mujeres en la creación de los textos y los arreglos. Creo que la lucha está en que estemos cada vez más presentes en roles visibles, cantando, actuando, creando el discurso, dirigiendo. Esa creo que es la forma de que la murga evolucione en igualdad de género, más que hablando del machismo en lo que se canta, abriendo estos espacios a las mujeres.

Maira Sepúlveda- Cayó la Cabra (Sobreprima)

1. También hay un montón de otros roles que está bueno que se hagan visibles y son altamente feminizados como la elaboración de los trajes y el maquillaje. A nivel del escenario sí, a la mujer –como en la mayoría de los ambientes de trabajo o artísticos– se le exige mucho más que a un hombre. Eso hace que haya un montón de voces que no están siendo escuchadas. La realidad este año llama mucho la atención y hay que ponernos a trabajar para poder tener un carnaval que sea cada vez más diverso.

2. Mi cuestionamiento tuvo que ver con entender la responsabilidad de ser mujer murguista, por todo el recorrido que han hecho otras mujeres en carnaval y por el recorrido que muchas intentan hacer y no se les permite.

3. Estamos todos y todas cuestionándonos un montón de cosas que hasta hace poco teníamos súper naturalizadas. Se ha evolucionado pero aún es insuficiente. Creo que tendría que ser apoyado por medidas y políticas públicas que permitan que la igualdad de género sea un hecho y no solamente una opción. Podrían mediar esto las instituciones que tenemos que actualmente gestionan el carnaval.

Virginia Gervasio- Cayó la Cabra (Prima)

1. No va a ser fácil el cambio. Tampoco pienso que tiene que ser 50 y 50. Es una construcción que se va a ir dando. Es un proceso muy lento y recién desde hace un tiempo se está intentando revertir.

2. De niña amaba el carnaval.  Era hincha de Falta y Resto y decía: “Imposible que una mujer salga en la Falta”. La misma murga lo decía. Hace unos años cuando se empezó a formar con mujeres, Leandro (Castro) me escribió. Eso que en algún momento pensé que era imposible, no lo fue. También lo busqué, sabía que iba a ser difícil pero empecé a salir en carnaval.

4. El trato distinto por ser mujer se siente desde algunos tipos de carnavaleros y comentarios. Dentro de la murga me siento recontra bien en el espacio donde estoy, cuando ocurre algo que no nos gusta lo planteamos y somos oídas y respetadas.

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