Música desde las entrañas

El Chaqueño Palavecino anunció su llegada a Uruguay y muy pronto agotó una de las dos funciones previstas en Montevideo. Este folclorista nacido en 1959 es una de las figuras de la música autóctona argentina y su fama se extiende por Sudamérica, donde éxitos como La ley y la trampa son cada vez más populares.

El músico nacido en Rancho El Ñato, en la provincia de Salta, muy cerca de la frontera de Argentina con Bolivia y con Paraguay, dijo a El Observador que está “muy complacido de venir por primera vez a Uruguay, donde parece que hay mucha expectativa”.

La hay, sí, como la hay en cada lugar de Argentina donde se presenta. El repertorio ha ido cambiando con la fama y las audiencias masivas que se fueron formando en su cuarto de siglo de carrera: “Al salir al pueblo grande, cambia la poesía, se hace algo más universal, pero sin perder la esencia”, explica.

Palavecino empezó a cantar como una necesidad del alma, sin pretender nada a cambio, pero pronto empezó a soñar con una dedicación copmpleta a la música, con cantar por toda Argentina los ritmos de su norte querido y “mi sueño se cumplió”.

Ahora, con 15 discos grabados, el Chaqueño elige a los poetas que escriben las letras entre los mejores, y es autor él mismo de la música de algunas de las canciones.

“Me llueven discos de nuevos intérpretes, algunos interesantes, otros no tanto. También me llueve mucha poesía. Yo trato de grabar lo que a mí me gusta”, comenta.

Su último trabajo discográfico, Mi cielo terrenal, está compuesto de canciones escritas, en su mayoría, por Yuyo Montes, músico y letrista que trabajó en muchos temas de Los Nocheros.
El Chaqueño ha definido a este trabajo como “un disco lindo, bien folclórico” y al estilo de las letras como propio, porque “el Yuyo Montes escribió a mi estilo”.

El letrista no conoce en profundidad el Chaco pero sí ola gente de campo y el resultado es un disco clásico del Chaqueño, que además tiene dos temas con música propia. Hay chacareras y zambas, un huayno, una chamarrita y un carnaval. También una rumba, La Ojito Alegre, y un chamamé canción, Pañuelo de sol.

Las letras transitan el corazón de la tradición y narran la añoranza del lugar querido (el mismísimo Rancho El Ñato), la identidad, y los climas románticos, fundidos en lo nativo.
La música, que en la mayoría de los temas también es de Montes, tiene la solidez habitual en la carrera del Chaqueño. Guitarras, bandoneón, acordeón y bombo legüero dialogan con el canto de Palavecino y los violines y las violas y también son capaces de climas épicos.
El recital de Montevideo presentará al público algunos de los temas nuevos pero no faltarán las canciones más populares de su carrera.

El Chaqueño ha recibido propuestas de cantar otros géneros, alejados del folclore, que es su esencia, y algo ha hecho, pero no cree que salirse del folclore lo lleve a buen puerto: “Para mí el folclore es todo. Eran mis canciones de cuna, es lo que me ha hecho conocido, es lo que sigo cantando. Yo soy conservador”.

Sin embargo, afirma que “a algún tango capaz que me le animo” y alentado a elegir dice Consejos de oro.

Pero lo que sonará el miércoles y el jueves en el Plaza será exclusivamente folclore. Chacareras, zambas y otros ritmos que en Uruguay tienen un público fiel y en el Chaqueño, un intérprete de alcance masivo.