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Nacional y los milagros de Gutiérrez: una paliza en el clásico

Los aciertos tácticos del técnico, la convicción de los jugadores y las fortalezas anímicas llevaron a Nacional a firmar un triunfo clásico que a Peñarol lo deja en ruinas
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01 de septiembre de 2019 a las 21:34

Como una especie de elegido para quedar en la historia y de esos gurúes que son capaces de generar con sus palabras y sus gestos convicción en lo que hacen, este Nacional volvió a rendirse a los pies de Álvaro Gutiérrez. Ese ser especial de la vida deportiva de los tricolores, que en 2014 consiguió el primer milagro, este domingo se transformó en el líder intelectual de una goleada 3-0, inesperada y que pudo ser más amplia, ante Peñarol, que expresó su peor versión futbolística de un proyecto que empezó a desflecarse el 20 de abril y que, definitivamente en el partido más importante del fútbol uruguayo, tocó fondo.

Nacional le dio una paliza a Peñarol. Una similar al 5-0, más allá del matiz de los dos goles menos que marcó el tricolor. Desde el partido del 27 abril de 2014 no había un clásico que expresara tanta diferencia entre uno y otro. En el marcador y en el juego. Nacional manejó el partido con autoridad deportiva, y Peñarol fue rehén de todas sus debilidades. Perdió en la marca, en el juego, en el fútbol aéreo. Perdió las segundas pelotas. Perdió en la actitud, y también lo perdió Diego López, quien se quedó sin argumentos.

Gutiérrez lo ganó desde el conocimiento del plantel y de su capacidad para dibujar en la cancha lo que quería que sucediera. La propuesta con tres volantes con vocación defensiva y un cambio táctico (4-1-4-1, con Rafa García hundido en la zaga como volante tapón, Gabriel Neves y Felipe Carballo, uno de cada lado), le dieron el control del juego, pero no por tener el balón, sino por jugar con inteligencia. ¿Cuál fue el acierto del técnico albo? Qué conocía sus limitaciones. Sabía que no tenía capacidad para jugar el partido en la cancha de Peñarol, hasta que no ganara la posesión del balón y controlara el fútbol del mediocampo. Y así lo hizo. Dominó y con los tres volantes que asomaban como marcadores, jugó a un toque, con el que hicieron quedar a Guzmán Pereira y Walter Gargano como principiantes. Además, en el desarrollo de su propuesta, Gutiérrez, como todos los entrenadores que triunfan, le adosó a su éxito la cuota de fortuna. La lesión de Gonzalo Bergessio le permitió poner en campo a un jugador que pide titularidad a gritos, como Vecino.

Entre la propuesta del DT, la convicción de los jugadores, la paciencia para esperar el error del rival, la incapacidad de Peñarol por resolver con la pelota y la suerte, Nacional le dio forma a su goleada.

Entonces, el triunfo, que parece milagroso, resulta natural en la forma en que se desarrolló el juego a partir de los 20 minutos, cuando el partido transcurrió en un solo sentido, y plasmó la diferencia de los tricolores.

Este milagro que logró Gutiérrez trascendió el clásico, que es donde más luce la obra del técnico. Esta campaña sabe de una remontada de nueve puntos de Nacional en los últimos 11 partidos. Tras el clásico del Campeón del Siglo, cuando Peñarol tenía 27 y Nacional 18. Ahora, Nacional está segundo en la Anual, pero encima de los aurinegros, con 41 y Peñarol con 40.

Esta expresión de Nacional devuelve la confianza a los hinchas. No hay nada dicho aún para el Campeonato Uruguayo, pero arranca el segundo semestre con la seguridad de que con este impulso, sin actividad internacional y concentrado en el torneo local, podrá cortar el tricampeonato a su eterno rival.

La caída libre de Peñarol

Así como el “milagro” de Gutiérrez no se concretó en el clásico, sino que lo viene procesando lentamente, los problemas aurinegros tampoco comenzaron este domingo. Se empezaron a escribir el 20 de abril, incluso antes de que se consagrara campeón del Apertura. Aquella tarde, la del empate ante Fénix, cuando venía de rendimientos que lo hacían el equipo invencible del Uruguayo, sucedió algo extraño.

Desde esa fecha (19 partidos, cinco triunfos, ocho empates y seis derrotas), quedó planteada la realidad de la caída libre de los aurinegros, que no está atada exclusivamente a las transferencias de Darwin Núñez y Brian Rodríguez, que se produjeron en los últimos 10 días. Ni a la falta de incorporaciones, que hubieran revitalizado al grupo. El problema de Peñarol es que Diego López no logró sacarle el mismo rendimiento en los últimos cuatro meses como en los tres primeros de la temporada.

¿La culpa es del técnico? Es el primer responsable porque tiene la capacidad de corregir en el campo. Diego López no lo consiguió. Cargó, sin solucionar, el problema de conseguir un sustituto ante la ausencia de Cebolla Rodríguez, lesionado. Sin el capitán, se empezó a desmoronar todo, y no supo sostener el fuego del equipo.

Este domingo en el clásico, Peñarol ofreció su peor versión en mucho tiempo y, más allá de lo futbolístico, el costado más triste que dejó para el hincha el equipo mirasol fue mostrarse vencido en el campo. En otros tiempos, sin fútbol, pero con carácter fue capaz de salir adelante. Esta vez, ni con respuestas anímicas. Y terminó sufriendo una derrota que marcó. Que lo revolcó. Que lo dejó en el fondo, y más allá de estadísticas que se interrumpen y otras referencias que surgen después de estas derrotas, también pueden ser el momento para volver a encontrar la mística que tuvo este equipo. 

Las soluciones están en las manos del técnico, sin embargo, volver al camino que recorría está en la capacidad de estos jugadores de abandonar el malhumor (el corte que sufrió Cebolla Rodríguez en el vestuario, tras la derrota, resume el momento de Peñarol) y volver a jugar al fútbol como supieron hacerlo. Si lo consiguen, el Clausura les regalará más de lo que ofrecieron al comienzo de la temporada, porque los rendimientos de los equipos a lo largo de un año son cíclicos, pero si empieza a pesar el tricampeonato, si no regulan las tensiones y no equilibran el humor, difícilmente puedan encontrar el juego adecuado. Y los milagros de Gutiérrez seguirán despertando admiración entre los fieles albos.

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