El tenista australiano Nick Kyrgios perdió la calma una vez más este martes luego de ser derrotado en un partido del Masters 1000 de Miami.
El australiano cayó por 7-6, 6-3 ante Jannik Sinner en su partido de cuarta ronda y discutió con el juez de silla, Carlos Bernardes.
Kyrgios comenzó bien, obligando a su oponente italiano a salvar puntos de quiebre en juegos sucesivos. Pero pronto descargó su frustración en la superficie, que creía que estaba jugando demasiado lento, y luego con el volumen del walkie-talkie de Bernardes.
"¡Increíble!" gritó durante un cambio de lado hacia el final del primer set. “Miami, uno de los torneos más grandes, y ustedes no pueden hacer su trabajo. ¡Es vergonzoso!"
El número 102 del mundo luego estrelló su raqueta contra el suelo y posteriormente se le anuló un punto antes de cometer una doble falta.
Luego, Kyrgios volvió a romper su raqueta al comienzo del segundo set y fue penalizado, lo que le dio un quiebre a Sinner, quien selló un lugar en los cuartos de final.
Como si el partido no fuera lo suficientemente caótico, un fanático corrió a la cancha durante el juego para tomarse una selfie con Kyrgios.
La conducta antideportiva del australiano es normal en el circuito mundial de tenis. A continuación lo que pasó en un partido de 2019.