Nicole Kidman es otalmóloga. También trabaja como encargada de un internado de mujeres durante la Guerra Civil de Estados Unidos. Incluso parece ser una alienígena punk en Londres durante la década de 1980 y además, está conectada a la muerte de una joven china en las costas de Hong Kong.
Esas cuatros caras de la actriz australiana se vieron en la última edición del Festival de Cannes, en el que Kidman presentó sus trabajos en tres nuevos largometrajes (dos dentro del certamen y uno fuera de competición), así como una participación en una serie de televisión.
El pasaje de Kidman por el evento francés de cine auguró uno de los años más productivos para la actriz, cuya carrera retomó un rumbo celebrado con su participación nominada al Oscar en Un camino a casa (2016) y, más recientemente, en la miniserie de televisión de HBO, Big Little Lies (2017).
El drama, emitido en Uruguay desde febrero, es protagonizado por tres madres de Monterey, California (Reese Witherspoon y Shailene Woodley completan el elenco junto a Kidman) cuyas vidas se vuelven muy complejas cuando se ven involucradas en un asesinato.
Big Little Lies -de la que la actriz también fue productora- es considerada uno de los mejores dramas emitidos durante 2017 y la propia Kidman se mostró sorprendida por su éxito.
“De repente empecé a ser reconocida en aeropuertos, aviones, las mujeres se me acercaban en la calle y me hablaban del personaje y qué iba a pasar luego”, dijo la actriz en el programa de la conductora Ellen DeGeneres. Sorprendida por la declaración de la ganadora del Oscar a Mejor actriz por su labor en Las horas (2002), la comediante le pidió a Kidman que se explicara.
“No he tenido una película, además de Un camino a casa, que haya penetrado en la psique del mundo por un largo tiempo”, comentó en un momento de rara sinceridad para una estrella de Hollywood.
Sin embargo, si algo comprobó el Festival de Cannes es que Big Little Lies fue solo el comienzo de uno de los mejores años de la actriz. Allí fue galardonada con un premio especial por la edición 70º, además se exhibió The Beguilded, la nueva película de Sofía Coppola en la que Kidman coprotagoniza junto a Kirsten Dunst y Colin Farrel un thriller dramático ambientado en la Guerra Civil de Estados Unidos.
La intérprete también repitió protagonismo con Farrell en The Killing of a Sacred Deer, del cineasta griego Yorgos Lanthimos.
Fuera de la competencia de Cannes, Kidman apareció en la comedia How to Talk to Girls at Parties, la nueva película del director de Hedwig and The Angry Inch, John Cameron Mithcell.
Los mayores aplausos para la australiana, sin embargo, no fueron por sus papeles en la pantalla grande sino por su nueva incursión en la televisión.
La actriz forma parte de la segunda temporada del drama criminal Top of the Lake, cuya segunda temporada fue recibida como de lo mejor de un festival que será recordado por lograr que el público se rinda ante el talento de Kidman.
El jurado decidió otorgar un premio “especial” por la 70ª edición del certamen, para reconocer a la labor de Kidman. Debido a que la actriz no pudo asistir a la premiación, el reconocimiento fue aceptado por el actor Will Smith –integrante del jurado–, quien lo recibió de forma humorística, imitando el llanto que la actriz hubiese hecho al aceptar la estatuilla.
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