Nueva marisquería en el Buceo

[ESTE RESTAURANT CERRÓ]
Redes de pesca, pequeñas boyas, nasas, hélices de motor, gruesas amarras, remos, y una enorme paellera, decoran el techo y las paredes de color azul profundo, de Calandraca.
Sillas y mesas de madera recia, barnizada y rústica, completan el paisaje.
No cabe dudas que estamos en una marisquería, y que quien se encargó de la decoración supo bien cómo transmitirlo.

Calandraca presenta un local diáfano hermoso -más para quienes disfrutamos de las marisquerías y toda su parafernalia típica- que resulta cómodo y amplio, con un buen número de mesas, bien separadas entre sí.
De frente vidriado y refulgente en los mediodías, y de iluminación tabernera pero delicada por las noches, el restaurant nos regala un salón magnífico dentro de su estilo.
En la vereda, unas diez sillas más completan su capacidad, que asciende a unas ochenta plazas.


A LA CARTA
Calandraca ofrece una carta donde, como es lógico, el pescado y los mariscos son amplios dominadores.
Ofrece sugerencias del día, entradas, picadas, diversos pescados en distintas preparaciones, paellas y cazuelas.
Para quienes no gustan del pescado también hay lugar, pero las opciones se reducen drásticamente, a tres de entrecotte, y dos de suprema de pollo.

Nos recibieron con dos aperitivos: miniaturas de pescado y dips, y mejillones en su valva, con aceite de albahaca.
Al mismo tiempo, descorchábamos -en realidad con tapa rosca- un Sauvignon Blanc, línea Don Próspero de bodega Pizzorno.
El vino nos encantó, pero no nos fue servido para probar, sin respetar el correcto servicio del vino.

Para picar, pedimos para los cuatro integrantes de la mesa, una porción de Chipirones al Ajillo, que coincidimos en destacarlos como exquisitos, con abundante salsa, deliciosa para comer con pan.

Como principales tomamos Salmón en fondant de puerro y panceta, Spaghetti a la Vongole, Pez Espada a la plancha, y un Entrecotte en salsa agridulce de Morrones.
Cabe destacar que las porciones son realmente muy generosas -la aclaración va sobre todo para aquéllos de comer frugal, o que gustan de comenzar la comida con una entrada-.

Los Spaghetti a la Vongole estuvieron deliciosos, y el Salmón muy sabroso también.
El Entrecotte tierno y rico, pero el patinazo de la mesa fue el Pez Espada, que vino sobre cocinado, y dejó de ser un suave deleite, para transformarse en una posta seca y correosa, difícil de comer.
Desde la casa, recibimos las disculpas correspondientes por el inconveniente, con el compromiso de revisar el método de cocción de dicho pescado azul.

A la hora de los postres, compartimos una muy apetitosa Mousse de Maracujá, y una apenas correcta Crème Brûlée.


SOBREMESA
Calandraca nos acerca una verdadera marisquería, con una carta bien nutrida.
Esta propuesta de reciente inauguración, se viene a sumar a un exiguo grupo, que en Montevideo prácticamente se ve reducido a Es Mercat y El Italiano.
Si bien la cocina debe ajustar algunos detalles, está en condiciones de ofrecer una profusa variedad de platos de pescado y mariscos, en los que se trasluce la calidad del producto.

El servicio a mesa no fue el mejor, pero sólo motivado por la impericia y no por falta de simpatía y actitud.
El ambiente nos resultó por demás agradable.


MOZO, LA CUENTA
Chipirones: $ 345; Sauvignon Blanc de Pizzorno (x2): $ 285; Agua: $ 50; Salmón: $405; Spaghetti: $ 290; Entrecotte: $ 395; Pez Espada: $ 345; Crème Brûlée: $ 115; Mousse de Maracujá: $ 125, Expresso: $ 55; Cubierto (x4): $ 30. Total de la cuenta para cuatro: $ 2.815.
Precio por comensal: 704 pesos.


Calandraca está ubicado en Luis Alberto de Herrera 1056 y Echevarriarza.
Horario de atención: Lunes a Jueves de 11 a 16 y de 19 a 00 horas; Viernes y Sábado de 11 a 16 y de 19 a 02 horas; Domingo de 11 a 16 horas.
Teléfono para realizar reservas: 2 628 96 94
Para más información sobre Calandraca, se puede visitar este enlace.

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