Un nuevo caso golpea a la iglesia católica y pone en el centro del debate al accionar de los curas pocos días después de que el papa Francisco celebrara una cumbre con 190 obispos para tratar el tema de los abusos sexuales del clero.
El cardenal francés Philippe Barbarin, uno de los prelados con más poder y representante de las tesis más conservadorasde la iglesia católica, renunció este jueves tras ser condenado en Francia por haber ocultado durante años casos de pederastia en su diócesis de Lyon.
Sentenciado a seis meses de cárcel exentos de cumplimiento y a pagar un euro simbólico a las víctimas, el cardenal anunció que en los próximos días presentará su renuncia al papa Francisco.
"Al querer evitar el escándalo (...), el cardenal prefirió tomar el riesgo de impedir el descubrimiento por la justicia de numerosas víctimas de abusos sexuales e impedir la expresión de su dolor", indica el fallo.
La defensa alegó que muchos de los hechos ya habían prescrito pero no logró que los jueces lo tomaran en cuenta.
La sentencia es una victoria para la asociación "La palabra liberada", que durante años reunió los diferentes testimonios y peleó para obtener una sentencia contra el silencio de la iglesia.
"Es el final de una dura batalla. Nunca hemos dejado de creer en que obtendríamos esta sentencia", afirmó a EFE el presidente de esa asociación, François Devaux.
La dimensión dentro de la iglesia del cardenal Barbarin otorga una relevancia muy superior a esta condena, ya que fue uno de los que puso el rostro a todas las batallas del sector más conservador de la Iglesia en Francia, como la lucha contra el matrimonio homosexual, contra el preservativo o el aborto. Esa postura le generó relevancia mediática, pero también un distanciamiento de sus colegas en la Conferencia Episcopal, donde le reprocharon sus múltiples salidas de tono, como cuando, en plena batalla contra el matrimonio gay, dijo: "Luego pedirán matrimonios de tres o cuatro. Luego, quizá caiga la prohibición del incesto".
El resultado de este juicio, que comenzó en enero, era muy esperado en Francia. "No veo de qué soy culpable", había dicho Barbarin ante el tribunal el 7 de enero. "Nunca traté de esconder y mucho menos encubrir estos hechos horribles".
Este caso salió a la luz en 2015 después de que varias víctimas, ex niños scouts, tomaran acciones legales contra el padre Bernard Preynat, que será procesado en un juicio aparte. También presentaron una denuncia contra Barbarin por no haber acudido a la Justicia, pese a que estaba al tanto de los hechos.
El mes pasado en la cumbre contra la pederastia de los curas, el papa Francisco se comprometió a tomar "medidas concretas y eficaces" contra esa "plaga" que ha desacreditado a la institución.
El Observador con EFE y AFP
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