Fútbol > HISTORIAS: EL SUEÑO HECHO REALIDAD
Ocampo, de viajar todos los días en la combi de los juveniles de Nacional a vivir con las estrellas de la selección en el Complejo Celeste
El juvenil Brian Ocampo vive por estos días uno de los momentos soñados en toda carrera de un futbolista uruguayo: ser convocado a la selección mayor y estar en las horas previas de su primer partido con la celeste, que puede concretarse este jueves cuando el combinado reciba a Paraguay desde las 19:00 en el Estadio Centenario (VTV) por las Eliminatorias al Mundial de Catar.
El delantero de Nacional entró a último momento y en una situación ajena al fútbol a esta convocatoria luego de que el lunes por la tarde se confirmara que Giorgian De Arrascaeta tenía covid-19, por lo que fue desafectado.
Ante esa baja inesperada, pero previsible en el actual contexto de pandemia, el cuerpo técnico de la selección convocó a un nuevo jugador y Óscar Tabárez se decidió por el atacante que pasa por un gran momento en los tricolores, siendo figura en el torneo local y en la Copa Libertadores.
De Florida al Complejo
Ocampo vive por estos días uno de los mejores momentos de su carrera, la que comenzó en el fútbol de Florida donde jugaba para Quilmes local y las selecciones juveniles albirrojas.
Llegó a Los Céspedes a los 14 años para incorporarse a las inferiores tricolores y tras ser fichado, viajaba a entrenar todos los días desde su ciudad en una camioneta que el club dispuso para los juveniles que llegan desde la Piedra Alta.
En esa combi, en la que también venía Alfonso Trezza, los juveniles iban y venían todos los días haciendo unos 100 kilómetros de ida y otros de vuelta. A las 7 de la mañana iniciaban el viaje de ida y regresaban después del almuerzo.
En 2018, luego de ganar la Copa Libertadores sub 20, Ocampo fue subido al plantel principal que dirigía Alexander Medina y tuvo su debut en Primera.
A pesar de eso, de que ya era reconocido y su nombre aparecía entre las promesas del club, el delantero seguía radicado en su ciudad natal y viajando todos los días en la camioneta para practicar y luego estar junto a su familia.
El juvenil priorizó hacer el recorrido que quedarse en una de las casas de juveniles de los albos.
El 2018 lo cerró con nueve partidos por el Uruguayo y dos presencias por Copa Sudamericana, sin goles.
Hasta que, en 2019, luego de su primera temporada en la máxima categoría, Ocampo decidió instalarse en Montevideo, lo que implicó un cambio en sus costumbres, como a cualquier joven del interior que llega a la capital y que debe valerse de sí mismo para todo, desde cocinarse, mantener el hogar y movilizarse en la ciudad.
En ese año tuvo su último contacto con la celeste, cuando en marzo fue convocado por el entrenador de la sub 20, Gustavo Ferreyra, para una gira europea de preparación para el Mundial de Polonia.
El delantero marcó un gol ante Arabia Saudita y jugó ante Ucrania, pero finalmente no fue convocado para el certamen.
En Nacional tuvo altibajos, pero cerró el año con el campeonato conquistado por Álvaro Gutiérrez con las recordadas dos finales en cuatro días. Marcó sus primeros tres goles en el Uruguayo, en el que disputó 20 partidos, y tuvo una participación por la Libertadores.
Bicampeón y celeste
El 2020, marcado por la pausa por la pandemia de covid-19, comenzó con Gustavo Munúa como DT y sin que el delantero lograra la regularidad esperada en el club.
Como todos los jugadores, el atacante realizó y realiza trabajos con los psicólogos que están a la orden de los futbolistas, con sesiones individuales y también en equipo.
Además, según supo Referí, por fuera de los albos, el delantero concurrió a una coach deportiva.
Con esos trabajos, más la estabilidad en Montevideo, donde vive junto a su novia y la mascota de ambos, la perra India, una integrante más de la familia según muestra en sus redes sociales, Ocampo fue madurando, hasta que en el cierre de la temporada, con Jorge Giordano como técnico, se consolidó en el equipo, lo que le permitió tener continuidad y confianza.
En un plantel disminuido por los contratos que no se renovaron a fin de año, el floridense pasó a ser un jugador clave, indiscutido, y cerró la temporada en gran nivel, siendo el dueño de las pelotas quietas tras perfeccionarse con Álvaro “Chino” Recoba.
Recoba llegó a Nacional en 2020 como integrante del cuerpo técnico en calidad de asistente técnico institucional, y la transmisión de su conocimiento se transformó en otro elemento clave en el proceso de consolidación del joven floridense, aunque no fue el único, en un combo en el que el apoyo sicológico, la confianza de Giordano, aprender a manejar la frustración y la madurez propia que fue logrando lo colocaron en su mejor versión futbolística.
Ocampo fue figura para la consagración del bicampeonato uruguayo. Cerró la temporada con 28 partidos y un gol por el torneo local, en el que tuvo varias asistencias en el tramo final, y con cinco partidos por la Libertadores.
En esta temporada 2021, que se inició en abril, arrancó en gran nivel, con el título de la Supercopa y siendo el jugador más destacado de los albos en la fase de grupos de Copa Libertadores, en la que marcó dos goles.
En Nacional celebran el momento de Ocampo y se ilusionan con una transferencia que le pueda dejar una cifra millonaria.
El atacante de 21 años tiene contrato con los albos hasta diciembre, y por esa razón desde hace ocho meses Nacional negocia con sus representantes para extender el vínculo. Aún no llegaron a un acuerdo.
El futbolista es representado por el Grupo Casal. Desde el año pasado Nacional y Sebastián Taborda, el exfutbolista que trabaja con Casal, están negociando la extensión.
Aún no existe acuerdo porque Casal también representa al golero Guillermo Centurión y a Thiago Vecino, que también finalizan sus vínculos este año, el golero en agosto y el delantero en diciembre.
En Nacional confían en que el diálogo que hay entre el presidente José Decurnex y el empresario Francisco Casal pueda dar buenos resultados y que el dueño de la ficha, el club, complete los pasos que pensaba seguir adelante con el jugador, que inició con su formación a los 14 años y que concluirá con una transferencia al exterior con los beneficios que corresponde al club (70%), el jugador (20%) y al intermediario (10%).
Desde los tricolores no se ha dado a conocer la cotización que tiene el delantero, la que se elevará en caso de que juegue sus primeros partidos con la selección uruguaya mayor.
Mientras tanto, y lejos de los números y los rumores sobre transferencias, el delantero que hasta madrugaba todos los dias y a las 7 de la mañana viajaba con los juveniles en la combi desde su ciudad natal, hoy concentra en la selección uruguaya en el Complejo de la AUF, junto a las estrellas celestes y con el camino despejado, en caso de mantener el crecimiento que mostró, de ser uno más en ese grupo de elite.
