"Si la pregunta es cómo vamos a mejorar el sistema educativo en Uruguay, la respuesta es: no a través de la privatización". Eso concluyó este jueves el australiano Ángelo Gavrielatos, director de la Campaña Internacional contra la Privatización y el
Comercio Educativo, durante la presentación del informe
Privatización educativa en Uruguay: políticas, actores y posiciones.
El documento, a cargo de la organización Educación Internacional –una corporación que nuclea a 30 millones de trabajadores de la educación de 170 países– advierte sobre el aumento de los establecimientos educativos de iniciativa privada en Uruguay entre 1990 y 2015, que supera la cantidad que incorporó el Estado en el mismo período. "La privatización educativa profundiza la segregación y las inequidades sociales", señaló el experto.
Según
datos de la organización Educación Internacional, el mercado mundial de la educación privada supera los US$ 6,6 trillones.
En 2015, el 27% de los alumnos matriculados en el sistema educativo de Montevideo asistían a una institución privada, mientras que en el resto del país, solo el 9,7% estaba inscrito en un
centro educativo privado.
Por su parte, el secretario general de la Federación Nacional de Profesores de Enseñanza Secundaria (Fenapes), José Olivera, aseguró que "existe casi unanimidad en el sistema político uruguayo sobre que lo privado es mejor que lo público”.
Según Olivera, se habilita a la privatización educativa “con fondos públicos, porque es una constante mundial que el privado se apodere de los fondos públicos para desde allí obtener una ganancia”. En este sentido, el dirigente agregó que en Uruguay “hay sectores enteros que están en esta lógica, como el caso de los niños de cero a tres años o el de los liceos públicos de gestión privada que se benefician de exoneraciones fiscales del Estado".