Ortega expulsó a la embajadora de la UE y calificó a la Iglesia como una “dictadura perfecta”

Con relación a la diplomática europea, según los medios locales, Muscheidt había recibió ya una “notificación verbal” de la decisión del Poder Ejecutivo, lo que la obligaría a abandonar el país en las próximas horas y, aunque no existía todavía notificación oficial, se especula sobre un inminente pronunciamiento de los embajadores europeos en Managua, según la agencia de noticias AFP.

En principio, la resolución del gobierno de Ortega estaría relacionada con la postura adoptada el lunes pasado por la Unión Europea, que reclamó en la ONU a Managua "poner fin a la represión contra opositores, sacerdotes y medios independientes”, al tiempo que le exigió restaurar "la democracia".

Según el sitio local 100% Noticias, “la Cancillería de Nicaragua comunicó a la sede central de la Unión Europea que su embajadora es persona non grata en Managua". De acuerdo a la información publicada por el portal, el gobierno justificó la expulsión de la diplomática con el argumento de que hubo "injerencia e irrespeto a la soberanía nacional" por parte de la Unión Europea hacia Nicaragua.

La escalada diplomática se da en el contexto de las sanciones económicas y migratorias que la UE y Estados Unidos han aplicado a decenas de funcionarios del gobierno de Ortega, como así también a familiares y personas que integran el círculo íntimo del mandatario argumentando hechos de corrupción y la violación de los derechos humanos y civiles.

La UE pidió además al gobierno de Ortega la liberación de más de 200 opositores, entre ellos siete excandidatos a la presidencia que fueron arrestados el año pasado antes de las elecciones de noviembre, en las que el mandatario logró otra reelección.

Cuando asumió en Managua, la diplomática había prometido seguir “la promoción y defensa de los valores y principios que guían el actuar de la Unión Europea dentro y fuera de sus fronteras: respeto de la dignidad humana, libertad, democracia, igualdad, Estado de Derecho y respeto de los derechos humanos”.

Por su parte Ortega, en medio de las cada vez más tensas relaciones que mantiene con Bruselas y Washington, volvió a embestir contra la Iglesia Católica. “Es una dictadura perfecta, es una tiranía perfecta. ¿Quién elige a los curas, quién elige obispos, quién elige al papa, a los cardenales, cuántos votos, quién se los da?", cuestionó el mandatario.

"Si van a ser democráticos que empiecen a elegir con el voto de los católicos al papa, a los cardenales, a los obispos", insistió durante una alocución en cadena nacional, con motivo del 43 aniversario de la creación de la Policía Nacional, según informó la agencia de noticias AFP.

Subiendo la apuesta, Ortega tildó nuevamente a los obispos y sacerdotes de "asesinos" y "golpistas" por el apoyo que los templos dieron a las protestas opositoras que sacudieron el país en 2018. Los manifestantes "salían de las iglesias, no de todas, armados para lanzar los ataques contra los cuarteles de policía y algunos curas llamando a la gente para que me metieran plomo", dijo el presidente.

Ortega también criticó a los obispos por haber apoyado una propuesta opositora de recortar su periodo de Gobierno, cuando oficiaron de mediadores de un diálogo que buscaba una salida a la crisis. "Una institución como la iglesia católica utilizó a los obispos aquí en Nicaragua para dar un golpe de Estado", dijo en alusión al obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, quien se encuentra exiliado en Estados Unidos.

Las relaciones entre el Gobierno y la Iglesia católica se deterioraron significativamente desde las protestas del 2018, que el mandatario vinculó a un fallido golpe de Estado urdido por la oposición con el apoyo de Washington. La tensión se disparó en agosto pasado con la detención, bajo arresto domiciliario, del obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez, un fuerte crítico del Gobierno, ocasión en la que también fueron detenidos al menos cuatro sacerdotes y dos seminaristas.

La policía, en tanto, prohibió recientemente las procesiones religiosas, luego que en marzo pasado el nuncio apostólico Waldemar Sommertag fuera expulsado de Nicaragua y en julio el Gobierno ilegalizara a la asociación de Misiones de la Caridad, creada por la Madre Teresa de Calcuta, luego de lo cual las monjas tuvieron que salir del país.

A mediados de este mes, el papa Francisco informó que había un "diálogo" con Nicaragua en torno de la detención de varios miembros de la Iglesia católica, pero se desconoce su avance. "En Nicaragua las noticias son claras, hay diálogo, se ha hablado con el Gobierno. Hay diálogo, pero esto no quiere decir que se apruebe o desapruebe todo lo que hace el Gobierno", dijo entonces el pontífice.

En su discurso, Ortega también arremetió contra el secretario adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental, Brian Nichols, por reclamar la liberación de los opositores nicaragüenses. "Brian Nichols a cada rato está ahí ladrando contra Cuba, Venezuela y Nicaragua. A eso han puesto al pobre negro, que fue bien escogido porque realmente tiene rostro de perro bulldog ladrando, pidiendo por los presos políticos en Nicaragua, exigiendo la democracia en Nicaragua", dijo el mandatario.