Nacional > asalto y homicidio en joyería
Padre del hombre que le disparó a la joyera Giovana Fernández es policía y ayudó a esclarecer el crimen
El sábado 22 de julio, estaban "satisfechos" porque tenían plata. Tanto, que uno de ellos quiso regalarle una cadena a un vecino de su mismo complejo de apartamentos. Después, contrataron a otro para que se deshiciera de una de las motos que habían utilizado para ir a asaltar la joyería Díaz Píriz el 21 de julio y donde uno de ellos, el que ofreció como regalo la cadena, le disparó a la joyera Giovana Fernández, quien murió al día siguiente. Cuando el contratado entró al apartamento a buscar la moto, con la que le dijeron que habían cometido "un hecho", vio que había "unas cadenitas, pedacitos de plata, pedazos", declaró en forma anticipada el hombre ante la jueza Dolores Sánchez el 2 de agosto de este año, según consta en el registro al que accedió El Observador.
Al hombre que los vio "satisfechos" por tener la plata en efectivo se le imputó, a pedido de la Fiscalía de Homicidios de 3o Turno que encabeza Adriana Edelman, un delito de receptación. Uno de los involucrados en el crimen había comprado una moto con parte del dinero que ganó y este hombre la guardó en su casa. En su celular también tenía una foto de esa cadena que le ofrecieron y él dijo no haber aceptado.
Al hombre que descartó la moto, se lo imputó por encubrimiento. No solo por haberse deshecho del vehículo, del que vendió las ruedas, sacó el aluminio y tiró el resto, sino que también detectaron que el taxi que llevó a los cuatro involucrados en el crimen hasta la zona de la joyería fue pedido desde un celular que está a su nombre, pero que también en oportunidades utilizaba quien finalmente efectuó el disparo.
El domingo 23 de julio, el hombre imputado por receptación, los vio nerviosos, discutiendo entre ellos. Declaró ante la jueza Sánchez que uno de ellos dijo: "Yo no lo quise hacer, yo no quise hacer eso, le salvé la plata a ustedes. Tocó lo que tenía que hacer y le salvé la plata a ustedes".
También le pidió que si tenía la oportunidad de ayudar a sus hijos, lo hiciera, porque él se iba a tener que ir. Días más tarde, uno de los participantes del crimen y el primo de otro se acercaron a pedirle dinero para enviarle al autor del homicidio, quien ya se había ido a Río Negro.
La fiscal adscripta Paula Goyeni manifestó, a la hora de pedir la imputación, que quien efectuó el disparo salió corriendo por 8 de octubre con una mochila llena de cosas que había robado y como Fernández llegó a cinchársela, fue que le disparó. Así se lo manifestó él a un testigo. Incluso llegó a decir que la culpa la tenía otro de los participantes del crimen por no esperarlo más cerca de la puerta.
El segundo imputado que ofreció declaración, y que fue formalizado por encubrimiento, dijo que el joven que efectuó el disparo le dijo que había sido "sin querer".
Otros vecinos ofrecieron información como testigos reservados y junto a más elementos —por ejemplo, la coincidencia entre un reloj que portaba el autor del crimen y fotos que tenía en sus redes sociales— se pudo identificar al ejecutante del disparo que mató a Giovana Fernández. Pero, para ubicarlo, tuvo un rol clave su padre, de profesión policía.
Cuando se enteró que habían allanado la casa de su hijo en la calle Spencer, concurrió a Zona II e informó que se iba a ir a vivir a Rivera debido a la falta de trabajo y que, habiendo visto las imágenes del robo a la joyería, reconocía a su hijo.
Finalmente lo detuvieron en Fray Bentos, hasta donde viajó en un taxi que pagó en efectivo. Al taxista le sorprendió que hubiera elegido ese modo de pago y que le hubiera dado más de $ 300 de propina.
Uno de los testigos afirmó que quienes ingresaron a la joyería fueron el hombre que finalmente disparó y otro del que solo conocen el apodo y que al momento de la audiencia —el 2 de agosto— no había sido identificado. Después, otro de ellos esperó en la puerta y el cuarto lo hizo a unas dos cuadras.
Este último, el que llevó consigo a quien le disparó a la joyera, quiso darle dinero a su expareja, pero ella no lo aceptó "porque no estaba como para esperar 15 o 20 años por lo que él había cometido", señaló uno de los testigos. Fue imputado por la coautoría del homicidio el 3 de agosto, luego de haberse presentado por voluntad propia en la seccional policial dado que sabía que un día antes se había librado una orden de detención en su contra.
Al momento, la Fiscalía logró la imputación de cinco personas. El hombre que efectuó el disparo (que fue imputado por la autoría de un homicidio muy especialmente agravado), la persona que lo llevó en la moto y el conductor de la segunda moto (ambos como coautores del mismo delito). Aún no se ha detenido al otro joven que ingresó junto con el presunto homicida a la joyería, de quien, al momento de la audiencia solo se conocía el apodo.
