Peñarol lucha contra su estigma en la altura de Quito

Más allá del buen rendimiento que mantiene a nivel local, cada vez que viaja al  exterior en los últimos años, se trae una derrota.

El año pasado quedó eliminado de los octavos de final justamente por este tema, ya que de local en el Campeón del Siglo, ganó sus tres encuentros.

Pero claro, cuando visitó a The Strongest en la altura de La Paz –único partido que pudo jugar Walter Gargano por la Copa antes de su lesión de ligamentos cruzados en la rodilla–, a Atlético Tucumán y a Libertad de Paraguay, cayó en todos sus compromisos.

En 2017 le había sucedido lo mismo con Palmeiras, Atlético Tucumán y Jorge Wilstermann en la altura de Cochabamba.

Los jugadores lo tienen muy claro. Tanto es así que en la partida del miércoles en el aeropuerto de Carrasco, tanto Gastón Rodríguez como Agustín Canobbio lo hicieron notar por separado, aunque los unió la misma frase: “Hace un tiempo que venimos en el debe en copas internacionales”, dijeron ambos.

Si se remonta a la última visita de Peñarol a este equipo, el antecedente es muy malo. Data nada menos de 2011, el año en el que los aurinegros accedieron nada menos que a la final que perdieron con Santos de Neymar.

Aquella noche en Quito, Peñarol fue goleado sin piedad por la fase de grupos con un 5-0 contundente.

De aquel equipo se mantiene en el plantel Fabián Estoyanoff –quien en esta jornada será suplente– y Mathías Corujo, que aún no está pronto para volver luego de su doble lesión de rodilla sufrida ante Atlético Tucumán por la Copa y de visitante el año pasado.

La posición de Diego López

El entrenador aurinegro, Diego López, quedó con la sangre en el ojo en sus únicos dos encuentros dirigidos en el club a nivel internacional cuando el año pasado lo eliminó Atlético Paranaense de Brasil por la Copa Sudamericana.

En ese contexto, planteará a priori un esquema táctico bastante diferente al que utilizan los entrenadores uruguayos cuando juegan en la altura y, sobre todo, ante un rival de fuste como es Liga de Quito.

López apuesta en lo previo al mismo sistema táctico que en el Torneo Apertura y que lo ha caracterizado desde que llegó a Peñarol con cuatro hombres en el fondo, un doble 5, dos volantes externos y dos puntas.

Y en este caso, con la ausencia notoria de Cristian Rodríguez, hará jugar allí a Marcel Novick, de buen rendimiento en lo local, pero que es toda una interrogante lo que puede rendir en la altura.

Junto a él en el doble 5 estará Walter Gargano quien llega al encuentro entre algodones, debido a un leve esguince de rodilla –pero esguince al fin– que sufrió en el último partido contra Juventud de Las Piedras que lo obligó a dejar la cancha.

Esa zona del terreno es fundamental y de sus rendimientos dependerá mucho lo que haga Peñarol, no solo en defensa.

Porque Diego López también apuesta a la juventud y velocidad de Brian Rodríguez como volante externo, y al debut internacional de Luis Acevedo, recién llegado de Cerro, y quien nunca siquiera se había subido a un avión.

¿Es una apuesta arriesgada? Puede ser, pero también hay que tener en cuenta todo lo antedicho y que Peñarol necesita conseguir puntos afuera para poder clasificar a la siguiente fase. Como se indicó, el año pasado ganó sus tres partidos de local e igualmente quedó fuera de los octavos.

Repetto, por su parte, cuenta con jugadores experientes y veloces –sobre todo, de mitad de cancha hacia arriba–, aunque no podrá contar con el delantero uruguayo Rodrigo Aguirre –ex Nacional– quien no se pudo recuperar de una lesión.

Peñarol vuelve a la escena internacional con todas las ganas de terminar con ese estigma que lo persigue desde hace tiempo. Mostrará sus armas en la altura.