Peñarol presentó este miércoles, en un gran marco de fiesta en el
Campeón del Siglo, al equipo con el que afrontará el segundo semestre del año. Lo hizo ante un tímido
Estudiantes al que dominó claramente pero no pudo derrotar. De todas formas, el equipo de Leonardo Ramos mostró señales de mejoría con respecto a la pobre imagen que dejó el sábado en su visita a San Lorenzo (0-3).
El aurinegro mostró desde el inicio del juego una tendencia clara a jugar por la derecha, con un Mathías Corujo decidido a vestir el traje que dejó vacante el capitán Nahitan Nandez, quien se fue a Boca Juniors y era alma y motor del equipo con su gran dinámica.
Estudiantes, dirigido por Gustavo Matosas, cedió terreno e iniciativa al local que de la mano de un prolijo Guzmán Pereira intentó sacar la pelota limpia desde el fondo.
Pero eso no se tradujo en dominio, gran volumen de juego ni generación de ocasiones de gol.
Por la banda izquierda, el equipo no tuvo el mismo desdoble en ataque. Al argentino Maximiliano Rodríguez lo buscaron poco, aunque sus apariciones, aisladas, fueron valiosas. Entre ellas, metió flor de remate en el travesaño a los 13'.
A modo de réplica, Estudiantes se hizo fuerte con la velocidad del colombiano Juan Ferney Otero quien sobre la media hora de juego sacó un potente remate que obligó a Kevin Dawson a desviar el peligroso intento al córner.
El primer tiempo no dejó más que eso: un par de opciones de gol por lado.
En el complemento, Peñarol le imprimió mayor intensidad al arranque de las acciones y en los primeros 15' mostró lo mejor.
Rodríguez jugó más suelto. De entrada le faltó potencia para cerrar una excelente diagonal de Petrik.
Poco después obligó a Andújar a una gran atajada con uno de los platos principales de su repertorio: el remate de media distancia.
El aurinegro mandó en el segundo tiempo. Impuso condiciones y dominó la posesión. Mostró más en ofensiva de lo poquito que hizo el sábado contra San Lorenzo. Pero en las contadas ocasiones que generó le faltó puntería.
Después, con los cambios el equipo perdió ritmo de juego y cohesión entre sus líneas. En el balance mostró signos de mejoría. Pero todavía le falta mucho