Fútbol > EL ANÁLISIS
Peñarol mejoró su semblante con un Gargano notable y con la audacia de Torres
¿Qué era lo primero que podía pedir el hincha de Peñarol para este partido ante Wanderers más allá de mejorar el rendimiento? Que mostrara la actitud necesaria que no se había visto en partidos anteriores como contra Deportivo Maldonado y sobre todo, Cerro Largo.
Primer punto a favor: Peñarol cambió de actitud y mejoró 100% en ese aspecto.
Sus jugadores tenían muy claro que esta era una final anticipada, no solo porque ya había ganado Liverpool por goleada 3-0 a Defensor para ser más líder que nunca del Clausura, sino porque enfrentaban a Wanderers que, de ganarle por dos goles, le hubiera quitado la posibilidad de ser Uruguay 3 en la Copa Libertadores en la foto que la Asociación Uruguaya de Fútbol (AUF) tomará el martes cuando culmine esta fecha.
De todas maneras, el presidente Ignacio Ruglio sigue manejando hasta ahora -y lo volvió a confirmar luego del partido- que no aceptará ser Uruguay 3 porque está ilusionado con que su club sea el campeón y pueda acceder directamente a la fase de grupos. Es un riesgo importante, ya que si no llega entre los dos primeros lugares, se quedará sin Libertadores, pero es entendible en un grande que se precie de tal.
Peñarol fue el dueño del partido de punta a punta, algo que no se le daba desde hacía muchísimo tiempo. Hay que ir muy atrás para ver un dominio tan grande de un conjunto aurinegro sobre un rival. Desde el 19 de diciembre del año pasado cuando superó claramente a Danubio 4-1 en Jardines. Habían pasado ocho encuentros hasta el de la noche del sábado.
Walter Gargano fue quien marcó el ritmo del partido con un notable desempeño. Se reconcilió con su juego y fue el verdadero factótum de la mejoría del juego, junto con un cambio táctico fundamental del técnico Mauricio Larriera a quien desde estas mismas páginas se lo había criticado.
El Mota generó fútbol, metió varios pases de gol en la primera parte, y si bien recibió la quinta amarilla y no podrá estar el viernes contra el líder Liverpool, fue figura.
Peñarol defendió mejor y explotó errores del rival que dejó muchos espacios, sobre todo, de mitad de cancha hacia atrás.
Esa es otra virtud que supo corregir a tiempo y en momentos difíciles desde el punto de vista deportivo como era este partido en el Viera.
¿Cuál fue ese cambio táctico que se le halaga a Larriera? Como se expresó en más de una ocasión, pero sobre todo, luego del pobrísimo desempeño ante Cerro Largo, a este equipo le sobraba un volante de marca y aprender del error, es una virtud del entrenador.
Se dio cuenta de que había sido una equivocación que aplicó en los partidos pasados, y colocó a otro hombre por la banda que fue Giovanni González. ¿Sorpresa? Para nada. A Giovanni le gusta mucho jugar en ese sector y de esa manera, con ese nuevo planteamiento táctico, Peñarol condicionó al rival. Fue una figura táctica que los de Daniel Carreño no se esperaban y allí sí se vieron sorprendido.
Con Giovanni como extremo derecho, la mejor versión de Gargano junto a Jesús Trindade como doble 5, el equipo de Larriera aprovechó los piques del siempre eficiente Facundo Torres y el desconcierto total de los rivales.
La presión fue otra de las cosas muy positivas de Peñarol. No dejaba salir al adversario desde su arco con pelota dominada y para ello, Facundo Torres, Matías Britos y Álvarez Martínez debieron hacer un esfuerzo físico muy importante. En eso sí se puede destacar el trabajo del Canario, quien falló esta vez en la red contraria.
Pero no se puede dejar de ponderar el desempeño de Facundo Torres. Con sus 20 años a cuestas, demuestra que no le pesa la camiseta de Peñarol y lo más importante, nunca esconde sus virtudes, siempre pide la pelota y, para las delicias de sus hinchas y el dolor de cabeza de sus rivales, es de los mejores futbolistas de este Clausura tan apagado futbolísticamente.
Es tan importante lo suyo, que se destaca incluso en este Peñarol tan irregular, tan inconstante. Su audacia para elaborar, su criterio para saber dónde ubicarse, su velocidad, su repentización y su forma de definir, lo ponen un escalón por encima de los demás. Esta vez quizás y como excepción, se puede decir que Gargano fue más influyente, aunque no en el resultado.
Peñarol no ganó por goleada por dos cosas: primero por el nivel espectacular del arquero de Wanderers, Ignacio De Arruabarrena, y luego, porque no fue la noche del Canario Agustín Álvarez Martínez, quien marró varios goles.
¿Qué le sigue faltando a este equipo aurinegro? Ganar en confianza, en orden y en tranquilidad. El mazazo de Melo aún lo lleva en el recuerdo. El mal partido ante Deportivo Maldonado, también.
Lo importante más allá de la actitud, del cambio positivo de sistema táctico y del resultado, es que Peñarol mejoró en todas sus líneas. Le queda generar más sincronización, más asociaciones, mejorar en transiciones y no errar tantos goles. Pero por algo se empieza.
Los detalles
Wanderers 0-Peñarol 1
Wanderers: Ignacio De Arruabarrena; Gerardo Alcoba; Paulo Lima, Darwin Torres; César Araújo, Santiago Martínez, Kevin Rolón; Diego Riolfo; Maximiliano Pérez y Hernán Rivero. Director técnico: Daniel Carreño.
Peñarol: Kevin Dawson; Juan Acosta, Fabricio Formiliano, Gary Kagelmacher, Joaquín Piquerez; Giovanni González, Jesús Trindade, Walter Gargano, Facundo Torres; Matías Britos y Agustín Álvarez Martínez. Director técnico: MauriIcio Larriera.
Cancha: Parque Viera
Juez: Ch. Ferreyra
Cambios en Wanderers: 45' Lucas Morales x Rolón y Diego Hernández x Alcoba, 69' Nicolás Quagliatta x M. Pérez, 75' Guillermo Wagner x Araújo y 84' Mauro Méndez x Riolfo
Cambios en Peñarol: 71' Ariel Nahuelpán x Álvarez Martínez, 81' Valentín Rodríguez x Torres y Agustín Álvarez Wallace x Britos
Goles: 20' Torres (P)
Tarjetas amarillas: Rivero, S. Martínez, Morales, Wagner, Bengua (AT) (desde el banco) (W) y G. González, Kagelmacher, Piquerez, Gargano, Acosta (P)
