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Pistas para aprovechar que la lechuga está más barata que nunca

Por qué el precio se desplomó a $ 10 y cómo beneficiarse de eso no solo con ensaladas o con una hojita en el choripan
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06 de octubre de 2019 a las 16:35

Para muchos la versatilidad de la lechuga para su uso en la cocina es baja. La mayoría menciona la clásica combinación de lechuga y tomate y a lo sumo alguna ensalada un poco más sofisticada. Y alguno va más allá y la cita como valiosa en chorizos y hamburguesas al pan. Como se podrá ver más adelante, hay otras opciones y entre ellas ubicarle un lugar en la parrilla, al costado de carnes o pescados.

En este inicio de primavera la lechuga, tal vez la hortaliza de hoja más subestimada con relación a su potencial gastronómico, tiene el precio por el suelo. Se la puede conseguir a $ 10 la unidad. Y en ese marco conviene conocer algunas alternativas de uso.

 

Rolls, tamales y más

Diego Ruete, educador preescolar, cocinero y director de la escuela de huerta y cocina para niños Petit Gourmet, mencionó a El Observador que además de elaborar múltiples ensaladas “hay otras posibilidades que nos brinda esta hoja llena de betacarotenos, fibra y vitaminas”.

Por ejemplo, indicó, “usarla como sustituto del pan para armar rolls, tamales o  sándwiches”, lo que permite “un excelente uso para las hojas grandes y sanas”.

Incluso aconsejó “trabajar con los niños, enrollando otros vegetales en bastones, hummus o hasta puré de papas frío”.

Por otro lado, en el caso de las lechugas más duras o los centros de las mismas, “podemos asar a la parrilla y aderezar con oliva y ajo para una excelente entrada”.

Para disfrutar la lechuga en una crema, “salteen cebolla y un poco de apio, agreguen la lechuga condimentada a gusto y un poco de caldo, mixer y unos croutons”, para obtener así “una cremita de lechuga para calmar la ansiedad y el apetito”, expresó.

 

 

Otro valor: el nutricional

Más allá de esas sugerencias, la lechuga tiene otro valor: el nutricional. Estefanía Platero, nutricionista del Observatorio de Seguridad Alimentaria del Instituto Nacional de Alimentación (INDA), destacó a El Observador que la lechuga “es una planta herbácea, ideal para ofrecer un plato crujiente, fresco y suave a nuestras comidas”, que posee “un altísimo contenido en agua, contribuye a una buena hidratación, apoyando la ingesta hídrica recomendada que muchas veces es difícil de alcanzar”.

Además, “contiene muy pocas calorías, permitiéndonos preparar platos de gran volumen y baja densidad calórica, aspecto que resulta crucial debido a la alta prevalencia de sobrepeso y obesidad, causada fundamentalmente por el alto consumo de productos ultra procesados, altos en grasas y calorías”, detalló.

Señaló que la lechuga “nos aporta fibra, lo cual mejora la salud intestinal y nos brinda saciedad, evitando el consumo entre horas, el picoteo, que por lo general es dirigido a alimentos no saludables”.

Platero explicó que la lechuga contiene vitamina B9 (folatos), que “es imprescindible que sea consumida durante el embarazo y en la etapa previa de planificación, ya que ayuda a prevenir defectos congénitos del feto”.

A su vez, “contiene una buena dosis de la cantidad diaria recomendada de vitamina A –en cantidad variable según la especie– y está presente la vitamina C, la cual no sólo tiene propiedades antioxidantes, sino que participa en la formación de los glóbulos rojos, huesos, dientes y colágeno”.

Finalmente, es fuente de minerales como potasio, calcio y hierro, “sobre todo en las hojas de color verde más oscuras”.

Dados todos esos beneficios, instó a consumir lechuga porque “es sana, natural y nutritiva”.

 

 

La lactuca sativa

La lactuca sativa, la popular lechuga, tiene entre sus atractivos que se la puede encontrar en el mercado local todo el año, dado que se produce a campo y también en estructuras protegidas (invernáculos), con niveles de oferta suficientes y precios habitualmente estables.

No obstante, excepcionalmente suceden eventos climáticos, sobre todo excesos hídricos por abundantes lluvias, a veces acompañado eso de otros fenómenos como temporales de viento y granizo, que pueden afectar al cultivo de campo. Cuando pasa, los volúmenes (y la calidad) merman y si la demanda supera a la oferta los precios se elevan.

Oferta: tres lechugas por $ 30

Este año, en junio, hubo días en los que la lechuga escaseó y llegó a costar $ 50 la unidad. Pero ahora, con la primavera instalada, sucede lo contrario, el precio se desplomó. La de buena calidad podía adquirirse este viernes a razón de tres por $ 30 la mantecosa y dos por $ 30 la crespa en el puesto De la Quinta en el Mercado Agrícola Montevideo.

No se recuerda un precio tan bajo. Y eso le viene bárbaro a quien desee comer por pocas monedas, pero al granjero le dan ganas de llorar.

Hay productores que están recibiendo apenas $ 50 por la plancha con 12 lechugas y con eso lejos están, muy lejos en realidad, de cubrir los costos productivos.

Leonardo Domingo, quien produce y comercializa lechugas procedentes de predios de Punta Espinillo, Libertad y Sauce, explicó a El Observador que en junio hubo dificultades productivas, debido al mal estado del tiempo y, como suele suceder, “el precio subió y todo el mundo se puso a plantar a lo loco, el que plantaba 1.000 plantó 3.000, eso ahora se está manifestando con una sobre producción, hay mucha lechuga por todos lados y el precio cayó”.

En su caso ha recibido por lechuga de excelente calidad, de invernáculo, $ 100 por la docena, pero admitió que otros han vendido por mucho menos, “para rescatar algo y no tirar la mercadería”.

Pablo Pacheco, técnico del área Desarrollo, Información y Promoción del Mercado Modelo, afirmó a El Observador que la lechuga “es un cultivo súper rústico”.

Dado eso y que el estado del tiempo en las últimas semanas fue propicio para una buena producción en las quintas, la oferta de lechuga es muy importante.

En general, dijo Pacheco, “hay muy buenos niveles de oferta, en volumen y en calidad”, con precios accesibles, lo que se sostendrá a corto plazo, salvo que exista un evento meteorológico adverso.

“La lechuga es un rubro muy perecedero y, además, lo genera un sector productivo muy atomizado, con muchos pequeños productores”, detalló, por lo cual el impacto adverso en la granja es fuerte cuando no hay precios adecuados para el productor.

 

 

Un tecito de lechuga

En el sitio mundodelyoga.com se plantea una solución diferente para el insomnio, recurriendo a la lechuga, producto de un cultivo que se indica data desde hace 2.500 años y fue desarrollado por persas, romanos y griegos. Se aconseja usar el tronco de la lechuga y la parte central, no las hojas externas. Se pone a hervir agua y cuando hierve se agregan en la olla esas partes de la lechuga y se deja hervir por cinco minutos, se retira la olla del fuego y se deja reposar por 10 minutos y posteriormente se hace el colado. Se aconseja beber el té unos 20 minutos antes de acostarse.

 

 

La cifra
50 días en promedio tarda en cumplirse el ciclo productivo de la lechuga en invernáculo y en verano eso se reduce a 35 días por mejores condiciones de temperatura y luminosidad; que en pocas semanas se pueda cosechar permite normalizar rápidamente el abasto tras una adversidad productiva.

 

Originaria de India

Según el diccionario de la Real Academia Española, la lechuga es una planta herbácea de la familia de las compuestas, con tallo ramoso de 40 a 60 cm de altura, hojas grandes, radicales, blandas, nerviosas, trasovadas, enteras o serradas, flores en muchas cabezuelas y de pétalos amarillentos, y fruto seco, gris, comprimido, con una sola semilla. Es originaria de la India, se cultiva en las huertas y hay de ella muchas variedades. Las hojas son comestibles, y del tallo se puede extraer abundante látex de sabor agradable.

 

Precios mayoristas bajos y estables

En el informe de precios de referencia para frutas y hortalizas que se elaboró al inicio de esta semana, el Observatorio Granjero (a cargo de técnicos del Mercado Modelo, la Dirección General de la Granja y de la Unidad Agroalimentaria Metropolitana), se estableció que el valor mínimo para la lechuga mantecosa fue $ 70 la docena con un máximo de $ 120. En el caso de la crespa, los extremos fueron $ 80 y $ 150. Las oscilaciones dependen del tamaño y la calidad.

 

 

 

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