Presunto homicida de Mateo Urtiaga estaba libre mientras era investigado por tenencia de drogas

El presunto homicida de Mateo Urtiaga, el joven asesinado en la madrugada del pasado 16 de junio en el marco de una rapiña, había sido imputado meses antes –bajo el nuevo Código del Proceso Penal– por un delito de tenencia de estupefacientes, pero se encontraba cumpliendo una medida cautelar diferente a la prisión preventiva a pesar de que tenía un antecedente por rapiña. El hombre fue imputado este martes por un delito de homicidio muy especialmente agravado por el crimen de Urtiaga y deberá cumplir seis meses de prisión preventiva mientras espera por un juicio definitivo.

El fiscal del caso, Juan Gómez, adelantó que, en caso de ser condenado, el hombre (que tiene 30 años de edad) pagará una sanción de entre 15 y 30 años de prisión, aunque difícilmente pase menos de 20 tras las rejas debido a que cuenta con antecedentes por rapiña.

El ahora imputado ya había sido detenido por la policía el pasado 6 de julio, pero como la Justicia se encontraba de feria, la fiscal Diana Salvo tomó el caso. Salvo consideró que las pruebas no habían sido suficientes, aunque por pedido de la policía decidió pedir una prórroga de detención.

Cuando venció el plazo de 48 horas en que una persona puede estar detenida sin un proceso judicial en su contra, el caso pasó a manos de la fiscal Adriana Costa. Como no se agregaron pruebas, Costa lo liberó, aunque en calidad de emplazado y con medidas cautelares, como la fijación de un domicilio y la prohibición de ausentarse, lo que implica que puede ser detenido si incumple esas medidas.

Unos de los elementos claves para conseguir que ahora sí el detenido fuera imputado y puesto en prisión fueron las declaraciones de dos testigos que Gómez interrogó este mismo martes. "Resalto el trabajo en equipo de varios operadores, de las dos fiscales anteriores (en referencia al equipo liderado por Salvo) que estuvieron durante el periodo de feria, todo lo cual nos permite este resultado que nos ofrece certeza", dijo hoy Gómez ante la prensa.

Sobre las 2 de la mañana del 16 de junio, Mateo Urtiaga volvía de la casa de su novia, en el barrio del Prado, cuando el ahora imputado, que viajaba en una bicicleta, lo interceptó para robarle. Por motivos que la investigación aún no logró esclarecer, el delincuente le disparó al joven en el cuello.

En el lugar, un policía que se encontraba custodiando la casa del presidente Tabaré Vázquez, escuchó las detonaciones y se dirigió a dar asistencia al joven que en ese momento yacía en el suelo. Como pudo lo subió a su patrullero y lo trasladó a un centro de salud, donde finalmente falleció.

Antes de que el efectivo policial llegara a asistir al joven, el delincuente había abandonado la escena en su bicicleta sin que pudiera llevarse nada. Luego se dirigió a la casa de un hombre al que le pidió que se deshiciera del arma. El hombre accedió, según dijo, porque había sido amenazado, y tiró la pistola en un contenedor de basura.

Este elemento fue clave para dar con el presunto autor del homicidio, según dijo Gómez. Sin embargo, la fiscal que tomó el caso durante la feria del Poder Judicial no lo había visto de la misma forma, ya que el arma en cuestión nunca apareció.

Asimismo, fue determinante el testimonio de una persona que caminaba por Agraciada cuando vio al imputado con un arma en su mano, razón por la que decidió salir corriendo. Esta situación quedó filmada por cámaras del Ministerio del Interior y por privados.

Ante la Justicia esta persona pudo reconocer al señalado por el asesinato de Urtiaga.