Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), especial para El Observador
FAO declaró a 2020 como Año Internacional de la Sanidad Vegetal. Las plantas son la fuente del aire que respiramos y de la mayoría de los alimentos que comemos, sin embargo a menudo no pensamos en preservar su salud. Esto puede producir consecuencias devastadoras.
La FAO estima que cada año hasta el 40% de los cultivos alimentarios se pierden por culpa de las plagas y enfermedades de las plantas. Esto deja a millones de personas sin alimentos suficientes y daña gravemente la agricultura, actividad que constituye la fuente de ingresos principal de las comunidades rurales pobres.
La sanidad vegetal se encuentra cada vez más amenazada. El cambio climático y las actividades humanas han alterado los ecosistemas, reduciendo la biodiversidad y creando nichos ecológicos nuevos donde las plagas pueden desarrollarse.
Al mismo tiempo, el comercio y los viajes internacionales han triplicado su volumen en la última década y pueden contribuir a la propagación rápida de plagas y enfermedades en todo el mundo, dañando considerablemente las plantas autóctonas y el medio ambiente.
La protección fitosanitaria contra plagas y enfermedades es mucho más rentable que la gestión de emergencias de sanidad vegetal a gran escala.
Las Naciones Unidas han declarado 2020 Año Internacional de la Sanidad Vegetal (AISV). Este año es una oportunidad única e irrepetible para sensibilizar a escala internacional sobre cómo la protección de la sanidad vegetal puede ayudar a acabar con el hambre, reducir la pobreza, proteger el medio ambiente y estimular el desarrollo económico
Las plagas y enfermedades de las plantas son a menudo imposibles de erradicar una vez que se han establecido, y su manejo requiere mucho tiempo, y es además, costoso.
La prevención es fundamental para evitar el efecto devastador de las plagas y enfermedades en la agricultura, los medios de vida y la seguridad alimentaria, y muchos de nosotros tenemos un papel que desempeñar.
Podemos prevenir tanto las plagas como las enfermedades de las plantas y abordarlas de manera favorable al medio ambiente, como por ejemplo a través del manejo integrado de plagas.
Este enfoque ecosistémico combina estrategias y prácticas de gestión diferentes para producir cultivos saludables mientras minimiza el uso de plaguicidas.
Evitar las sustancias tóxicas cuando se manejan plagas, no solo protege el medio ambiente, sino que también protege a los polinizadores, a los enemigos naturales de las plagas, a los organismos beneficiosos y a las personas, y animales que dependen de las plantas.
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