Corea del Norte lanzó un nuevo misil balístico hacia el mar, horas después de afirmar que su reciente serie de pruebas, calificadas por Estados Unidos, Corea del Sur y Japón de "grave amenaza", es una medida de "autodefensa" ante las "amenazas" militares de Washington.
Se trata del séptimo lanzamiento en menos de dos semanas, y sucede al misil de alcance intermedio que sobrevoló el territorio de Japón provocando alarma entre la población y que obligó al gobierno de Tokio a realizar evacuaciones.
El último lanzamiento fue confirmado por la agencia de noticias surcoreana Yonhap, que citó como fuente al ejército del país. Por su parte, la cadena nacional japonesa NHK informó que el misil cayó en el mar, fuera de la zona económica exclusiva del país.
Probar misiles "es una medida regular y planificada de autodefensa para garantizar la seguridad del país y la paz regional frente a las amenazas militares directas de Estados Unidos", dijo la organización de aviación civil de Corea del Norte, según reproduce la agencia de noticias oficial KCNA.
Los medios coreanos publicaron el comunicado después de que la Organización Internacional de Aviación Civil, que celebra su reunión anual en Montreal, condenara los lanzamientos de proyectiles por parte de Pyongyang y alertara sobre el peligro que implican para la aviación civil.
Corea del Norte considera que la resolución aprobada por este órgano es "una provocación política de Estados Unidos y sus fuerzas vasallas para transgredir la soberanía de la RPDC", las siglas del nombre oficial de Corea del Norte, consignó la agencia de noticias AFP.
Por su parte, Estados Unidos, Corea del Sur y Japón intensificaron sus ejercicios militares conjuntos en la zona en las últimas semanas, y el jueves realizaron nuevas maniobras en las que participó un destructor de la marina estadounidense del grupo de ataque del portaaviones nuclear USS Ronald Reagan.
Los lanzamientos se producen en medio de un año récord de pruebas armamentísticas por parte de Corea del Norte, que el líder Kim Jong-un ha declarado como potencia nuclear "irreversible", poniendo fin a la posibilidad de conversaciones de desnuclearización.
Según los servicios de inteligencia estadounidense, Corea del Norte disparó más de 40 misiles desde unos 20 lugares en el último año, mientras el país rechaza retomar los incipientes contactos diplomáticos y negociaciones con Estados Unidos, que había iniciado el expresidente Donald Trump.
Por su parte, la Casa Blanca impuso ayer una serie de sanciones empresas e individuos de Asia, a los que acusa de suministrar combustible a Pyongyang en violación de las sanciones de Naciones Unidas, según el Departamento de Estado.
Washington, Tokio y Seúl asistieron a una reunión trilateral el mismo día y acordaron "seguir coordinando estrechamente nuestras respuestas a corto y largo plazo, incluso con aliados y socios de la ONU", agregó el Departamento de Estado en un comunicado.
Los últimos lanzamientos de misiles de Pyongyang "suponen una grave amenaza para la paz y la seguridad de la región" afirmó Washington, mientras que sus servicios de inteligencia y los de Corea del Sur volvieron a advertir de un posible nuevo ensayo nuclear de Pyongyang, que sería el primero desde 2017.
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