Qué es el Reporte de Sustentabilidad y por qué hacerlo

Sustentabilidad es una palabra que se utiliza tanto en los ámbitos de gobierno, de las empresas y especialmente entre las personas que integramos nuestra sociedad: es de interés de TODOS.

En los últimos meses y años el avance de los desarrollos en materia de reporte de sustentabilidad ha sido enorme. La demanda para que las empresas divulguen información sobre sustentabilidad de forma consistente a nivel global se ha convertido en una prioridad para la comunidad de inversores así también como para diversos niveles de gobierno en todo el mundo.

¿Qué es el reporte de sustentabilidad?

Tradicionalmente, el reporte corporativo se ha focalizado en reportar la situación financiera, el rendimiento, el flujo de efectivo y los cambios en el patrimonio de una empresa. Este tipo de reporte ha sido utilizado como una forma de medir el valor de una empresa.

Otros factores también impactan sobre el valor de una empresa, los cuales pueden no ser totalmente tenidos en cuenta en el reporte financiero tradicional y están vinculados a la sustentabilidad del modelo de la empresa en un sentido más amplio.

El reporte de sustentabilidad es un documento formal e informativo donde las empresas comunican su desempeño en tres aspectos fundamentales: la dimensión ambiental, la dimensión social y la dimensión económico-financiero de forma objetiva, abarcando un periodo específico, generalmente un ejercicio económico.

Cada uno de los elementos del reporte debe ser verificable y comparable con el resultado histórico de la empresa, para analizar la evolución de la compañía.

Existen varios formatos estandarizados para realizar un reporte, a modo de ejemplo, podemos nombrar: GRI (Global Reporting Initiative), Pacto Mundial, ISO 26000 y la más reciente, en vías de construcción, la IFRS Foundation está elaborando un nuevo estándar, por intermedio del International Sustainability Standards Board – ISSB, identificado como las IFRS Sutainability Disclosure Standards – IFRS SDS.

¿Por qué los inversores y las partes interesadas exigen este tipo de información?

Es cada vez más común que los inversores soliciten información que afecta el valor de una empresa pero que no se ve reflejada en el reporte financiero tradicional. A modo de ejemplo, el cambio climático puede afectar el valor de una compañía porque los incendios forestales causados por la sequía pueden generar un cambio determinante. en sus actividades comerciales o requerir de gastos de capital adicionales. O el caso de una empresa que emite cantidades significativas de gases de efecto invernadero puede eventualmente sufrir consecuencias financieras como resultado de la intervención gubernamental, demanda decreciente de sus bienes y servicios que quedan "en desuso" porque deben ser reemplazados por alternativas y/o activos "más verdes", lo que genera una asignación de capital ineficiente.

Varios inversores institucionales han comenzado a exigir una mayor transparencia sobre la sustentabilidad en las comunicaciones públicas, así como cambios en sus propias políticas de inversión, las cuales han sido diseñadas para alentar a los receptores de la inversión a divulgar información relativa a sustentabilidad.

Este cambio en las exigencias de los inversores en cierta medida ya ha impactado sobre el costo del capital para las empresas en todo el mundo, puesto las demandas del inversor modifican la asignación de capital global hacia empresas que demuestran un compromiso con iniciativas relativas a la sustentabilidad.

Desde hace algunos años, tenemos los bonos verdes que se destinan a la financiación o refinanciación de proyectos verdes, o sea, financian proyectos en activos sostenibles y socialmente responsables en áreas muy diversas.

Aunque esto pueda parecer muy lejano, no lo es, Uruguay con la mira puesta en reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero hacia 2025, decide este año emitir un bono soberano con una tasa de interés atada a su meta ambiental. Esto coloca a nuestro país como puntero a escala latinoamericana y mundial.

A nivel privado, la principal empresa de celulosa en Uruguay financia con “bonos verdes” parte de sus inversiones y su proyecto de celulosa en Uruguay, con el compromiso de generar un impacto positivo en la biodiversidad de sus plantaciones y reducir las emisiones de CO2 de sus actividades.

A nivel de la plaza financiera local, algunos bancos privados tienen líneas de créditos para proyectos sustentables y cuyo destino sea apoyar y acompañar a las empresas que tienen un compromiso con la sustentabilidad y medio ambiente.

Otra entidad bancaria, pero en la misma sintonía, ha presentado un nuevo producto destinado a la compra de vivienda con máxima eficiencia energética (LEED, EDGE), que bonifica (em tasa y comisiones) a aquellos clientes consustanciados con la protección del medioambiente.

Conclusión

Para conseguir este objetivo del Acuerdo de París, acuerdo internacional sobre cambio climático, se necesitarán importantes reducciones de las emisiones de gas de efecto invernadero. Esto requerirá de amplias mejoras tanto del nivel de eficiencia en el uso de energía, como de las formas en que esta se produce. En consecuencia, se necesitarán cambios fundamentales en las formas en que los negocios son dirigidos, independientemente del sector industrial y la empresa.

Los Estados nacionales se ha comprometido a realizar esfuerzos concretos y Uruguay no es ajeno a ellos.

Estas exigencias de los inversores y los compromisos asumidos por los gobiernos precisan de la participación de las empresas de todo el mundo. Varias jurisdicciones están sancionando leyes y regulaciones que requerirán la divulgación de información de sustentabilidad en el relativo corto plazo. La divulgación está evolucionando de manera rápida, dejando de ser optativa y convirtiéndose en obligatoria.

A nivel empresarial, no asumir la responsabilidad y llevar adelante acciones en pro de la sustentabilidad en su negocio, podría estar relegando a las empresas a un nivel inferior, encareciendo el crédito o no siendo favorecido de tasas preferenciales y probablemente, perdiendo mercados, por la conciencia del consumidor que apunta a preferir a empresas amigables con el entorno y sostenibles en el tiempo.