¿Qué pasa en el cerebro cuando ocurre un golpe como el que sufrió Ronald Araújo?

Los resultados de los exámenes del defensa uruguayo de Barcelona fueron alentadores, ya que no detectaron lesiones, pero ahora el jugador quedará sujeto a un protocolo médico para evaluar cuándo puede volver a la competencia.

Mientras tanto, una pregunta que muchos ayer se hicieron fue si era un síntoma más grave el hecho de que el jugador se hubiera levantado y luego desvanecido. Aunque hay diferentes opiniones en la comunidad médica, la opinión mayoritaria es que no. Un profesional que trabaja hace mucho tiempo en conmociones cerebrales en el deporte es Marcelo Santunio, jefe médico de la Unión de Rugby del Uruguay (URU) e integrante del panel de expertos de Sudamérica Rugby. Debido al alto impacto de estas conmociones en el rugby, el médico trabaja mucho en el tema y en cómo prevenirlas y enfrentarlas, por lo que fue consultado por Referí.

Según Santurio, para evaluar la gravedad de una conmoción “no se diferencia cuál es el síntoma”, y la lesión puede ser más leve o más grave, independientemente del síntoma visible. De hecho, hay algunas situaciones en las que el golpe parece menor y apenas hay síntomas, pero puede ser grave, y otras más visibles y aparatosas que pueden terminar sin consecuencias. Incluso puede haber una conmoción sin que el jugador haya perdido el conocimiento.

Además del desvanecimiento que sufrió Araújo, otros síntomas de conmoción son que alguna de las extremidades quede rígida, que la que sufra náuseas, vómitos o mareos, que sufra pérdida de memoria o coordinación o que le cueste ubicarse en tiempo o espacio. De hecho, parte del protocolo médico de diferentes deportes ante la sospecha de una conmoción es preguntarle al afectado qué día de la semana es, quién es el presidente de su país, cuál es el resultado del partido que está disputando o decir los días de la semana en orden inverso.

Dicho esto, explica Santurio que hay algunos síntomas que sí pueden indicar una situación grave, ya no para la situación competitiva del jugador sino para su propia vida. Por ejemplo, que permanezca desmayado durante un tiempo largo (lo que se conoce como coma primario) o que vea doble de forma permanente son señales de una lesión cerebral de entidad y debe ser llevado al hospital de forma inmediata.

En el caso de Araújo, como en la mayoría de las conmociones, si el resultado de los exámenes que se le hicieron es positivo, significa ”que no tiene daño anatómico” explica Santurio, la persona sufre “un cortocircuito” en el cerebro, que provoca la conmoción.

Archivo El Observador

De todos modos, que no haya lesión anatómica no significa que el jugador esté libre de riesgo y pueda volver rápidamente a competir. Lo que tiene que controlar el equipo médico es si hay alguna otra lesión que afecte al funcionamiento cerebral, y por eso en los siguientes días el deportista ingresa en lo que se conoce como protocolo de conmoción, que varía según el deporte y los mecanismos de actuación que tenga la competencia, en este caso la Liga española.

“Una vez que se establece esa situación, la evolución es tiempo dependiente. Hay protocolos que se ajustan en función de la evolución del deportista” explica Santurio. “Por ejemplo, si esta misma situación pasa en un torneo regido por World Rugby, el jugador va a pasar siete días sin estar disponible para jugar”. 

Durante esos días, los médicos controlan la evolución de posibles síntomas: por ejemplo, si tiene dolores de cabeza, o si la coordinación motora o la memoria no han tenido alteraciones. De esa manera, la evolución del deportista dentro del protocolo varía según el caso concreto, y de acuerdo con eso también la fecha de regreso. En la medida en que los síntomas desaparecen, y no aparecen nuevos, el deportista va subiendo la intensidad de los trabajos hasta quedar habilitado a poder jugar. Lo mismo ocurre en el fútbol americano de la NFL. Tanto en la NFL como en el rugby, los encargados de auditar el proceso son médicos externos al equipo, de manera de evitar presiones para que pueda volver rápido a las canchas.

Por otro lado, más de una conmoción en un período breve es un signo de alarma, porque amplía las probabilidades de una afectación en el cerebro, por lo que se lo evalúa con más detenimiento antes de decidir su regreso. Gavi, el compañero de Araújo, ya había tenido una conmoción cerebral durante un partido en diciembre (de hecho también se desvaneció en la cancha), pero en ese momento siguió jugando.

En el fútbol español, el protocolo general sigue la pauta “Reconocer, informar, retirar” recomendada por el sindicato internacional de futbolistas (Fifpro), y LaLiga. Según ese protocolo, “en el 85% de los casos, los síntomas de una conmoción cerebral desaparecen en el plazo de 10 días”.

Además, la FIFA dio un paso más en el último Mundial de Clubes, cuando decidió establecer un cambio extra por conmoción cerebral, de manera que los equipos no especulen con la posibilidad de perder un cambio luego que un jugador sufre una lesión.