Kirma Services pasó estos últimos meses bajo un manto de misterio. La firma con sede en Estonia, cuya contratación por parte del Ministerio de Turismo para ejecutar una campaña digital naufragó por dificultades en el pago de los US$ 280 mil que se le habían asignado, se convirtió en uno de los capítulos principales de las denuncias que tumbaron al ministro Germán Cardoso y llegaron incluso a la Justicia, con una oposición que la calificó de “una caja de pandora”.
Esta nota es exclusiva para suscriptores.
Accedé ahora y sin límites a toda la información.
¿Ya sos suscriptor?
iniciá sesión aquí
Inicio de sesión
¿Todavía no tenés cuenta? Registrate ahora.
Para continuar con tu compra,
es necesario loguearse.
o iniciá sesión con tu cuenta de:
Disfrutá El Observador. Accedé a noticias desde cualquier dispositivo y recibí titulares por e-mail según los intereses que elijas.
Crear Cuenta
¿Ya tenés una cuenta? Iniciá sesión.
Gracias por registrarte.
Nombre
Contenido exclusivo de
Sé parte, pasá de informarte a formar tu opinión.
Si ya sos suscriptor Member, iniciá sesión acá