Reunión de Alberto Fernández y Angela Merkel para destrabar el acuerdo Mercosur-UE

El tratado económico, político y de cooperación apuesta por consolidar un mercado de 800 millones de consumidores con un comercio preferencial gracias a tasas reducidas o directamente eliminadas. Sin embargo, estudios económicos argentinos demostraron que esto afectaría de forma negativa a la industria nacional y de forma positiva al campo.   

Según informó El Cronista, el gobierno decidió realizar algunas modificaciones al tratado comercial negociado por el gabinete de gobierno del expresidente Mauricio Macri. Este tratado tiene como objetivo crear un mercado común. Sin embargo, Francia, Irlanda, Polonia y Holanda se oponen a su puesta en marcha al ver en Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay una producción de alimentos que sigue prácticas desleales y alejadas de los estándares sanitarios y fitosanitarios exigidos por la UE. 

Pese a que Fernández se mostró reacio en su campaña al acuerdo, durante el encuentro insistió en que este "no debe frenarse". Asimismo, dentro del propio equipo de gobierno, hay posiciones dispares al respecto. Por un lado, están los que se muestran a favor de una "aprobación por partes"; mientras que por otro están a favor de que entre en vigor de inmediato y sin modificaciones. 

A la resistencia europea por la cuestión ambiental, Argentina y Brasil -el principal objetado, a raíz del negacionismo del cambio climático de Jaír Bolsonaro- pusieron sobre la mesa la elaboración de una agenda ambiental que tranquilice los ánimos en Europa.

En su reciente gira por el continente, Fernández incluso evaluó incorporar una escala en su viaje para acudir a Bruselas, la capital política de la unión, junto al primer ministro portugués, Antonio Costa, actual presidente temporario del Consejo de la Unión Europea, para manifestar voluntad política de destrabar el acuerdo.

El Cronista