Según un ex presentador de Fox News la represa de Kajovka fue atacada por Kiev y no por Moscú

El 6 de junio a la madrugada el alcalde de la ciudad de Nueva Kajovka, una zona ocupada por tropas rusas desde el inicio de la invasión, reportó una serie de ataques que atribuyó a tropas ucranianas.

“Si es necesario, estamos listos para evacuar a los residentes de las aldeas costeras del río Dniéper. Ya preparamos autobuses”, señaló el gobernador de Jersón impuesto por el ejército ruso, Andréi Alekseenko, en un mensaje de Telegram.

Esa represa es estratégica para Rusia, ya que suministra agua a la península de Crimea, con autoridades pro-rusas desde 2014. Al menos tres tramos de la represa colapsaron bajo la presión del agua, luego de que de tres proyectiles impactaran en la compuerta en la parte superior de la instalación.

El resultado fue una descarga descontrolada de agua que inundó la ciudad de Kajovka. El ataque derrumbó parcialmente la planta de energía y liberó aguas que arrasaron con pueblos cercanos. Las autoridades de la ocupación rusa iniciaron la evacuación de más de 2.500 personas. También advirtieron de la muerte de efectivos rusos.

El propio Volodímir Zelensky se trasladó a la zona para supervisar las tareas de evacuación del lado donde están los efectivos ucranianos.

Ante este escenario, buena parte de la prensa consideró que se había tratado de un ataque de soldados rusos. Incluso el primer ministro británico Rishi Sunak advirtió que, si era un sabotaje ruso, la guerra requería más apoyo de parte de sus aliados al gobierno de Zelensky.

Sin embargo, el periodista y ex presentador de la cadena norteamericana Fox, Tucker Carlson, publicó esta mañana en su cuenta de Twitter que “la presa de Kajovka era en realidad rusa. Fue construida por el gobierno ruso. Actualmente se encuentra en territorio controlado por Rusia. El embalse de la presa suministra agua a Crimea, que fue la sede de la flota rusa en el Mar Negro durante los últimos 240 años. La destrucción de la represa es mala para Ucrania, pero aún más perjudicial para Rusia. Razón por la cual el gobierno ucraniano consideró destruirla”.

Carlson agregó en su mensaje de este jueves: “Cualquier persona en su sano juicio llegaría a la conclusión de que los ucranianos la volaron, así como probablemente volaron el gasoducto ruso Nord Stream el pasado otoño. Y, de hecho, como ahora sabemos, los ucranianos efectivamente lo hicieron. No es previsible que el gobierno de Vladimir Putin pretenda desencadenar una guerra contra sí mismo”.

Los explosivos mensajes de Carlson, que trabajaba en una cadena de noticias opuesta al presidente Joe Biden y que apoyó a Donald Trump, resulta un mensaje a la sociedad estadounidense, pero también advierte al mundo sobre un acto de Kiev y se basa en datos que parecen contundentes.

En efecto, Biden se mostró en los últimos meses proclive a aumentar su apoyo a Zelensky mientras Trump toma distancia de la guerra y dejó declaraciones de que él hubiera evitado que el conflicto se profundizara. No es un secreto el vínculo cambiante pero muchas veces de coincidencia que Trump establecía con Putin mientras estuvo en la Casa Blanca.

La llamada contraofensiva ucraniana aun no cobró forma de ataque militar combinado, aunque las reiteradas advertencias del gobierno de Kiev indican que este sabotaje puede ser parte de ella. Sobre todo, porque Crimea es una región culturalmente pro-rusa y además en el puerto de Sebastopol está gran parte de la flota del Mar Negro desde hace más de dos siglos.

Como señala Carlson, desde el embalse de Zaporiyia, ubicado 130 kilómetros aguas arriba de la represa, se provee agua potable a la península de Crimea

Por otra parte, si la contraofensiva ucraniana se pone en marcha, hay un dato de este sabotaje que la favorecería. Tras la inundación provocada por el ataque, sobrevendrá una baja general del nivel de las aguas. Los mandos ucranianos compensan eso al abrir las compuertas de las represas superiores del río Dniéper.

De modo que, con un nivel bajo de las aguas, se evitaría que los vehículos y tropas de Kiev se vean imposibilitados de avanzar hacia el este, que es el objetivo de la anunciada contraofensiva.

En ese eventual escenario, la línea defensiva de los rusos se alargará y obligaría a Moscú a destinar más soldados para evitar el paso de las tropas ucranianas.