La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OECD) ha iniciado una serie de seis informes sobre el currículum –esencialmente el para qué y en qué educar– con el objetivo de posicionar, entre otras cuestiones fundamentales, el bienestar y el desarrollo integral del estudiante en el centro de los procesos de diseño y de rediseño curricular (Schleicher, 2020). Uno de los informes, de los tres ya publicados, se denomina “Lo que estudiantes aprenden importa. Hacia un currículum del siglo XXI” (traducción al español del título original en inglés). Entendemos que el documento, publicado a fines del 2020, aporta una mirada punzante, constructiva, clara y basada en evidencias sobre cuestiones fundamentales que podrían tenerse en cuenta a la hora de idear transformaciones educativas y curriculares en la era pospandemia. Sin la pretensión de ser en modo alguno exhaustivos con las puntas de análisis e implicancias del informe, destacamos cinco aspectos que entendemos como medulares. Veamos cada uno de ellos.
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