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Sud América con el corazón en la mano
Luchó, corrió y dejó todo pero también jugó. Como para no traicionar su idea y como para convencerse, también, de que aún cuando las papas queman y el fantasma del descenso se prueba el traje, se puede lograr el objetivo jugando con la pelota al pie y el arco entre ceja y ceja.
Sud América le ganó 1-0 a El Tanque Sisley en el Parque Viera y lo hizo sin salirse un minuto de su libreto, ese que pregona la lucha y el sacrificio con el juego atildado en dosis iguales.
El gol de Mathías López en contra a 15 minutos del final fue el desahogo perfecto para un equipo que tuvo un gran apoyo popular en una tarde donde se jugaba el trabajo de todo el año.
El buzón no tenía mañana, debía ganar para forzar un tercer partido y cualquier otro resultado lo condenaba a bajar. Por eso no sorprendió que el Prado de Montevideo se tiñera de anaranjado con niños corriendo detrás de una pelota y veteranos con la radio prendida al oído buscando el milagro.
El rival era El Tanque Sisley, que había ganado un partido de ida en Florida cargado de polémica por 3-2 y que podía darse el lujo de especular con el correr de los minutos, con la desesperación del rival y hasta con un empate que lo mantenía en el sitial de privilegio del fútbol doméstico.
"No nos quedaba otra que ganar para forzar la tercera final. Llegamos al último partido con vida, mejoramos en defensa, estuvimos más firmes y a partir de ahí este equipo propone. Cuando no tenemos la pelota hay que correr y trabajar, pero de mitad de cancha hacia arriba tenemos grandes jugadores y la intención de jugar Sud América siempre la tiene", dijo Gustavo Bueno, el estratega buzón, a Referí una vez terminado el martirio en el Viera.
Hizo su juego en el inicio
Ya en el primer tiempo el partido estuvo a la altura de lo que se jugaba con mucha pierna fuerte, la pelota volando por el aire la mayor parte del tiempo y con la premisa de defenderse primero para construir a partir del error rival.
Lo cierto es que ninguno de los dos rechazó el papel que tenían asignado en la previa y con el que terminaron el Torneo Clausura antes del repechaje. El Tanque Sisley salió a morder la cancha con una zona media combativa y los toques de calidad de Diego De Souza que fue controlado por detrás de Alexis Ramos. Sud América fue la cara opuesta. Se apegó al libreto impuesto por Bueno, ese que habla de ser un equipo ordenado, de buen tratamiento de pelota y juego a ras del piso para defenderse desde la posesión.
Pero las intenciones de ambos duraron poco porque Enzo Herrera se hizo expulsar por doble tarjeta amarilla antes de los 20 minutos y el partido se desdibujó.
El juego, vale decirlo, sostuvo el atractivo durante los primeros 45 minutos porque se trataba de la última oportunidad de mantenerse en Primera. El fútbol parecía faltar con aviso. En el complemento todo cambió, porque Sud América salió a jugar con Agustín González como gran protagonista junto a la sociedad siempre efectiva de Mariano Miño y el desgaste de Gastón Colman. El buzón se adueñó del trámite y el propio Bueno fue un factor fundamental también desde los cambios, ya que Nicolás Freitas y Rodrigo Pollero ingresaron muy bien. El Tanque apeló al oficio de su experiencia y aplicó una maestría en el arte de hacer tiempo para aguantar el empate.
Pero el fútbol, al menos este miércoles, fue justo con la propuesta, el trámite y las intenciones. Tras un centro, los jugadores buzones cargaron todos con el último aliento y la pelota rebotó en López para vencer su propio arco y devolverle a la IASA un hilo más de vida.
