Mohamed Hamdan Daglo, número dos del Consejo militar, y Ahmed al Rabie, representante de la Alianza para la Libertad y el Cambio (ALC), movimiento impulsor de las protestas, rubricaron la "declaración constitucional", en presencia de jefes de Estado, primeros ministros y dirigentes de otros países. La ceremonia tuvo lugar en Jartum, a orillas del Nilo, y en ella se firmaron los documentos que definirán los 39 meses de transición hacia un gobierno que se espera aporte libertad y prosperidad.
El acuerdo, concluido a principios de agosto, puso fin a cerca de ocho meses de una protesta inédita que provocó la caída del presidente Omar al Bashir, tras 30 años en el poder, antes de volverse contra los generales del Consejo Militar de Transición que lo sucedió.
Alcanzado gracias a una mediación de Etiopía y la Unión Africana, este acuerdo fue recibido con alivio por ambas partes: los manifestantes celebraron la victoria de su "revolución" y los generales se atribuyeron el mérito de haber evitado una guerra civil.
La primera etapa tras la firma del acuerdo será el anuncio de la composición del Consejo Soberano, constituido en su mayoría por civiles y encargado de llevar adelante la transición. El jueves, la ALC designó a Abdalla Hamdok, un execonomista de la ONU, para el cargo de primer ministro. El Consejo Soberano debe anunciar el martes si lo confirma en el puesto y en ese caso tendrá la tarea de poner en pie a la economía del país, que se desplomó después de que la secesión del Sur en 2011 la dejara sin tres cuartas partes de sus reservas de petróleo. La inflación y la escasez fueron los motores de la protesta.
Las elecciones están previstas para 2022, pero muchos sudaneses dudan de la capacidad de las instituciones de transición para limitar el poder de la élite militar. Y aunque las fuerzas armadas serán minoría entre los 11 miembros del Consejo Soberano que debe gobernar a 40 millones de sudaneses, un general estará al frente de ese órgano en los primeros 21 meses. Y los ministros de Interior y de Defensa serán elegidos por los militares.
El primer ministro etíope, Abiy Ahmed, participó en la ceremonia junto a dirigentes de otros países de la región.
Una de las primeras consecuencias del acuerdo en materia diplomática será el fin de la suspensión de Sudán como miembro de la Unión Africana, en vigor desde junio.
El día de la firma debía ser también el de la apertura del proceso contra Al Bashir, inculpado por corrupción, pero el inicio del proceso fue postergado a una fecha aún no determinada.
AFP
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