Superheroínas recargadas: mujeres con más que poder

Diciembre de 1941. Estados Unidos acaba de ingresar a la segunda guerra mundial. Los hombres parten a Europa y el Pacífico, y atrás quedan las mujeres, que pasan a tomar sus puestos de trabajo en diversos rubros. En ese contexto, el psicólogo de la Universidad de Harvard, William Moulston Marston se basa en su esposa y en la joven que vive con ellos en una relación poligámica para crear un personaje que represente los mejores valores femeninos. Su creación es vendida a DC Comics y comienza a publicarse de inmediato. Ha nacido La Mujer Maravilla.

"Ni siquiera las niñas querrán ser mujeres en tanto nuestro arquetipo femenino no tenga poder y fuerza. Y al no querer ser mujeres, no querrán ser dulces, sumisas y amantes de la paz como son las buenas mujeres. Las cualidades fuertes de las mujeres se han dejado de lado por su debilidad. El remedio obvio es el de crear un personaje femenino con la misma fuerza de Superman, además de todo el atractivo de una buena y hermosa mujer". Este era el hoy anacrónico razonamiento de Moulston Marston al momento de crear a su personaje, que acabó convirtiéndose en su opuesto ya que es uno de los íconos feministas más firmes del mundo de los cómics.

Sí, su figura hipersexualizada y la escasa vestimenta que la identifica responden a la lógica masculina que domina en ese rubro, pero el personaje ha demostrado con actos esa faceta. Ya desde sus primeros números, la Mujer Maravilla animaba a las mujeres que encontraba en sus historietas a no someterse a la sociedad machista, dominada por la agresividad y el ansia de dominación. "Si me casara contigo tendría que aparentar que soy más débil que tú para hacerte feliz, y eso es algo que ninguna mujer tendría que hacer", le dice en un momento a Steve Trevor, el espía estadounidense con el que se enamora en las páginas de las historietas.

Y en eso el personaje fue prácticamente único durante décadas. Unos 20 años después de su primera aparición, por ejemplo, nacían los Cuatro Fantásticos, en los que la Mujer Invisible tenía como rol principal meterse en problemas y ser secuestrada para ser rescatada por sus tres compañeros masculinos: su hermano, su esposo y un amigo que en un principio busca arrebatársela a su colega. Y ese es solo un ejemplo de los roles de las mujeres en los cómics, donde recién en las últimas décadas la tendencia cambió.

De una forma no tan explícita (al menos no hay frases tan directas), la película sobre el personaje estrenada en 2017 mantuvo el mensaje feminista, marcado sobre todo por convertir a la heroína en un ejemplo moral y en un faro de esperanza en el contexto de la primera guerra mundial, que además implicaba su primer contacto con el mundo humano (ya que el personaje es una semidiosa creada por el dios griego Zeus, y que vive en una isla apartada del mundo, habitada solo por mujeres).

La película es buena, salvo por su final, que cae en lo mediocre del cine de superhéroes, pero eso no impidió que se convirtiera en una de las cintas más aclamadas del género por el simple hecho de ser la primera película del género de moda en estar protagonizada por una mujer, dirigida por una mujer y que no cayó en los horrores de antecesoras nefastas (a nivel estético, narrativo y visual) como Gatúbela, con Halle Berry o Elektra, con Jennifer Garner al frente.

Esa versión cinematográfica de Mujer Maravilla fue clave, además, por marcar un cambio en la industria cinematográfica, que por un lado se dio cuenta que los personajes femeninos proporcionan tanto dinero como las lideradas por hombres, y que por otro lado responde a un movimiento social general en el que se reclama una mayor variedad en los relatos y en los roles protagónicos cinematográficos, algo que se resaltó, por ejemplo, en los últimos premios Oscar.

En un momento de la ceremonia se presentó un video en el que se resaltaba la necesidad de contar con nuevas voces y mayor diversidad tanto delante como detrás de la cámara. El director Barry Jenkins recordaba en ese segmento oír a las mujeres llorar de emoción durante la proyección de Mujer Maravilla.

"Me di cuenta que algo hizo clic durante esa película de acción. Es lo que los hombres blancos sienten todo el tiempo y ahora las mujeres lo sentían por primera vez".

Dos años antes del estreno de esa película, Marvel (la gran competencia de DC) estrenó dos series. La primera en televisión: se llamó Agente Carter y tenía como protagonista a Peggy Carter, una espía británica al servicio del ejército de Estados Unidos interpretada por Hayley Atwell. El personaje debutó en la película Capitán América: el primer Vengador, pero en la serie se presentaba como una mujer en un mundo de hombres. Trabajando para una agencia secreta es despreciada y humillada por sus colegas, pero acaba demostrando que es mejor que ellos en su trabajo. Duró dos temporadas, ambas de buena calidad.

La segunda se estrenó en Netflix, y lleva también el nombre de su personaje principal como título: Jessica Jones. Es una mujer con superpoderes (fuerza sobrehumana, vuelo y resistencia), víctima de abuso y violación por parte de un villano que regresa a atormentarla años después. Acosada por el trauma y por esta figura, Jones (con ayuda de un elenco principalmente femenino), deberá enfrentarlo.

Dicho así no parece mucho, pero es una historia claramente feminista que además está contada con madurez y potencia.

Mujer Maravilla fue dirigida por Patty Jenkins (que dirigirá además la segunda entrega). Melissa Rosenberg (guionista de Dexter, la saga Crepúsculo y The O.C.) es la responsable de Jessica Jones, que en su segunda temporada, estrenada justamente el 8 de marzo, cuenta con directoras mujeres en cada uno de sus 13 episodios.

Y no solo en las historias protagonizadas por mujeres se marca un cambio con respecto a los roles femeninos. Actualmente los cines de todo el mundo están siendo dominados en taquilla por lo más reciente de Marvel, Pantera Negra. Su protagonista es hombre, pero sus cuatro personajes principales femeninos son clave, y todas ocupan posiciones de poder y poseen habilidades militares, científicas y de espionaje.

Y en un mundo donde el feminismo y la igualdad de género son temas claves, los personajes de ficción y los superhéroes en concreto reflejan eso. DC prevé la segunda película de la Mujer Maravilla y también películas de personajes como Batichica o Harley Quinn, la versión femenina del Guasón que popularizó Margot Robbie. Marvel estrenará en 2019 Capitana Marvel, protagonizada por Brie Larson y que tiene como eje a un personaje que en los cómics fue violada y secuestrada en la década de 1980, pero que hace cinco años fue reconvertida en una heroína feminista y uno de los personajes principales de la editorial en los cómics.

Esos son solo algunos de los proyectos anunciados. Los íconos de la ficción se suman a la lucha de la realidad.