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Talvi elogió "coherencia" macro pero alertó por pujas en gobierno

El experto aseguró que en educación "habrá más de lo mismo" pese a mayores recursos
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12 de agosto de 2015 a las 05:00
El nuevo gobierno recibió un país “sólido” desde el punto de vista financiero, pero “repleto” de desequilibrios macroeconómicos que si no se corrigen pueden “comprometer” la estabilidad económica. A eso se suman déficits estructurales en áreas claves para el desarrollo, como por ejemplo la educación “en donde habrá más de lo mismo”.

Para el director académico del Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (Ceres), Ernesto Talvi, a cinco meses de comenzada la nueva administración, las dudas no tienen que ver con el rumbo que está tomando el gobierno, sino con su capacidad de gestión y ejecución, pero sobre todo su habilidad para administrar las diferencias internas.

A su juicio, existe un equilibrio político “factible” y “relativamente estable” que le asegura al país la gobernabilidad, al menos por un tiempo. No obstante, advirtió que “hay y seguirá habiendo peleas” a la interna del partido de gobierno.

“Si fracasamos una vez más en reformar la educación, el esfuerzo que hagamos en todas las demás áreas nunca van a poder potenciarse”
Ayer durante su conferencia, Talvi entrecruzó fuertes críticas para la gestión anterior de gobierno con elogios para la actual conducción. De todas formas también dejó deslizar algún matiz, por ejemplo en las medidas de combate a la inflación y los planes en educación.

A modo de ejemplo, dijo que las definiciones en materia de política macroeconómica tienen “un alto grado de coherencia” y “un alto grado de factibilidad” de que sean implementadas. Además, consideró que las nuevas pautas salariales “están totalmente alineadas” con los nuevos fundamentos de la economía.

Sobre la inflación dijo que “se fue de mambo” y se mostró de acuerdo con que continué la política contractiva por parte del Banco Central (BCU). Sin embargo, definió el uso de los acuerdos de precios como “poco efectivos”, porque las empresas pueden anticiparse a la medida y remarcar los productos. “En lugar de generar el efecto que queremos se puede generar el efecto contrario. Es un dispositivo que no sirve”, apuntó.

Talvi consideró que el nuevo gobierno heredó un país con un aumento significativo de la producción y de los ingresos, pero con fuertes déficit en áreas claves para el desarrollo económico y social, como inserción internacional, educación e infraestructura.

Sobre la situación de la educación dijo que si bien comparte la necesidad de un mayor gasto por alumno, eso no puede darse si antes no se “alteran” de forma significativa aspectos claves del funcionamiento del sistema de educación pública para asegurar buenos resultados. “En la última década se volcaron una gran cantidad de recursos adicionales sin que ello se haya traducido en mejores resultados. (…) Tenemos un problema grave de calidad. (…) El grado de coherencia entre las definiciones y necesidades del país en materia educativa es nulo”, afirmó.

Comercio exterior

En materia de inserción comercial, el economista dijo que Uruguay “está poco integrado al mundo”, con una inserción muy baja a las cadenas globales de producción y una baja sofisticación y diversificación del paquete exportador, tanto en bienes como en servicios. “Uruguay vende el 23% de su producción en el exterior. De acuerdo a nuestro tamaño y localización debería ser el doble”, señaló.

Por otra parte, dijo que el déficit en materia de infraestructura se da en seis dimensiones: áerea, portuaria, ferroviaria, vial, eléctrica, y tecnológica en menor grado. A modo de ejemplo, señaló que Uruguay debería tener un nivel casi tres veces superior en infraestructura física, y destacó que hay 7.700 kilómetros de rutas pavimentadas cuando debería haber más de 21.000 kilómetros.

Eso implicaría alcanzar un 30% de la caminería total del país, un porcentaje aun muy por debajo de los países pequeños y desarrollados, que tienen un 83%. En este sentido, dijo que si se pretende usar el dinero de las AFAP para financiar inversiones en infraestructura, “sería de una enorme tranquilidad” que esas inversiones aseguren rentabilidad económica.

“Las intendencias se gastaron cada peso que entró durante el boom y cuando se acabó no se ajustaron a la realidad. Si separamos las del Frente Amplio con las de los partidos tradicionales el panorama es idéntico”

Para Talvi los desequilibrios macroeconómicos actuales se deben a “gruesas omisiones” de la gestión del gobierno anterior que “no reaccionó a tiempo” ante el cambio de contexto internacional y el enfriamiento de la economía. “Cuando se desacelera el crecimiento de los ingresos el crecimiento del gasto siguió transitando como si nada hubiera ocurrido. De hecho por cada $100 que generábamos como ingresos durante el boom nos gastábamos $102 y durante en el enfriamiento de cada $100 que generábamos nos gastamos $109”, afirmó a modo de ejemplo.

También se refirió a que el nuevo gobierno hereda un fuerte desequilibrio de la balanza comercial. Según dijo en el “boom” por cada peso que se exportaba se importaba igual cantidad, pero en el “enfriamiento” por cada $100 exportados se importaron $107.

A eso se suma un “fuerte desalineamiento” de los salarios privados. Según dijo, durante el “boom” los salarios crecieron de acuerdo a lo que la economía “permitía”, pero desde el comienzo del “enfriamiento” a mediados de 2012 crecieron dos veces y media por encima de lo que se hubiera justificado.

Eso tuvo como resultado “una reducción drástica en el crecimiento del empleo que pasó de expandirse a una tasa de 3,3% anual en el “boom” a otra de 0,7% en la etapa de “enfriamiento”.

“Se pasó de crear 9.000 empleos por cada punto porcentual que crecía la economía a 2.500 empleos. Si no se ajusta por precio las empresas ajustan por cantidad. Eso es lo que nos está pasando”, indicó Talvi.
Ese desalineamiento también puso presión sobre los costos y precios e incentivó el uso de tarifas públicas como instrumento antiinflacionario, lo que las ubicó por debajo de su nivel de equilibrio. Según Talvi, eso explica en parte el deterioro en el resultado de las empresas públicas que pasaron de un superávit de 0,6% durante el “boom” a un déficit de 0,2% en la etapa de contracción de la economía.

En este sentido, explicó que la falta de acompasamiento de la política fiscal, salarial y tarifaria llevó a que también se desalineara la competitividad del país con la región. “El Uruguay está en caro en dólares, no solo contra el dólar sino también contra la región y eso sí que debiera preocuparnos”.

Además, Talvi mencionó que “paradójicamente” el país tiene “presiones inflacionarias” mucho mayores que durante el “boom” en momentos donde la economía se está enlentenciendo.

“Las reservas son un seguro que reduce el riesgo financiero del país. (...) Por eso se invierten en bonos del tesoro de Estados Unidos y no en carreteras”

La gestión de Ancap

El magro desempeño de los números de ANCAP también formó parte de los temas abordados ayer por el economista de Ceres. Según expresó el analista, los precios actuales de los combustibles están 7% por encima de los valores que el ente debería fijar .

A su juicio, es oportuno que se constituya una comisión investigadora, pero no para que sea una “caza de brujas”, sino para contestar preguntas sobre la gestión.

Talvi planteó a modo de ejemplo interrogantes cómo: ¿qué lógica empresarial y comercial ha llevado a que ANCAP se transforme en un holding de 13 empresas, de las cuales siete daban pérdidas en 2013?
También se preguntó por qué el ente paga el bioetanol a ALUR entre tres y cuatro veces el precio del valor de importación, y si una empresa del Estado puede dar un subsidio de “esa magnitud” sin aprobación parlamentaria.

Utilizar las reservas sería una "imprudencia"

El economista Ernesto Talvi indicó que la idea de algunos sectores del Frente Amplio de utilizar las reservas internacionales del gobierno para financiar inversiones domésticas “es una imprudencia de grado superlativo” y “no tiene sentido. Revela una falta total de comprensión sobre cómo funcionan los mercados financieros”, afirmó. Talvi advirtió que si bien se dice que el país tiene US$ 18.000 millones de reservas, si se le restan los depósitos en dólares de los bancos comerciales en el BCU esa cifra baja a US$ 10.000 millones. Y si se le resta los depósitos que el sector público mantiene en el BCU por razones de caja, la cifra baja a US$ 7.500 millones. La cantidad disminuye a US$ 400 si se le restan los pasivos de corto plazo en pesos emitidos por el BCU (Letras de Regulación Monetaria) para adquirir esas reservas. “Reservas internacionales no tenemos, las debemos”, afirmó Talvi.

Exoneraciones y aplausos

Durante un pasaje de la disertación, Talvi hizo una fuerte defensa de las exoneraciones impositivas para los proyectos sociales que los particulares quieran apoyar, como la educación bajo gestión privada. Eso generó un fuerte aplauso por parte del auditorio de empresarios que colmaba los salones del complejo Kibón Avanza. La aprobación a sus dichos fue tal que lo obligó a elevar el tono de su voz para que se pudiera escuchar con claridad el remate de su razonamiento.

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