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15 de agosto 2023 - 5:04hs

Según se señala en su página web (https://www.unesco.org/gem-report/es/node/45), “el Informe GEM es un informe con independencia editorial, albergado y publicado por la UNESCO” que desde el 2002 y mandato por los estados miembros de UNESCO, supervisa e informa sobre: (i) “el progreso de la educación en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), con especial referencia al marco de seguimiento del ODS 4; y (ii) “la aplicación de estrategias nacionales e internacionales para ayudar a que todos los socios pertinentes rindan cuentas de sus compromisos, como parte del proceso general de seguimiento y revisión de los ODS”.

Uruguay tuvo el enorme honor de oficiar de anfitrión del lanzamiento del Informe GEM 2023: Tecnología en la educación (UNESCO, 2023). Fue la primera vez que se realizó el lanzamiento de un informe GEM en América Latina. Ciertamente el Uruguay cumplió con creces dando muestras de compromiso, solvencia y capacidad en albergar tan transcendental e iluminador evento coorganizado por la UNESCO, la Fundación Ceibal y el Ministerio de Educación y Cultura (MEC).

Sin ningún ánimo exhaustivo, destacamos seis atributos del informe: posiciona la discusión sobre tecnologías en educación al nivel insoslayable de la política educativa; matiza oportunidades y evidencias; tensiona debates y dilemas; alimenta discusiones impostergables; transparenta visiones y resultados; y hurga en señalar omisiones, reduccionismos y cortoplacismos en el abordaje del tema (ver https://www.unesco.org/gem-report/en/technology).

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Entre otras maneras posibles de encarar el análisis del informe, nos permitimos señalar ocho varas para contribuir a visualizar cómo las tecnologías y en particular la Inteligencia Artificial (IA), pueden servir de referencia, soporte e instrumental de la educación a la luz de cimentar futuros mejores, sostenibles, democráticos, justos, inclusivos y pacíficos para las nuevas generaciones, y de contribuir a forjar un renovado orden civilizatorio que despeje dudas o más bien, alimente esperanzas sobre la supervivencia y el desarrollo de la especie humana.

En primer lugar, la vara política que implica la necesidad de un upgrade de la política y de la política pública como construcción plural, colectiva, profunda y disputada de la educación como vía privilegiada de transformación de las vidas individuales y colectivas. Bajo una política jerarquizada en su esencia, se trata de asumir la transformación digital en su globalidad potenciada por las tecnologías digitales y la IA generativa, como posibles palancas de democratización de las oportunidades de aprendizajes de todos los alumnos y todas las alumnas por igual. Podemos en efecto aspirar e inspirar a que las tecnologías puedan cumplir un rol igualador en oportunidades si efectivamente existe la voluntad política de imaginarlo y concretarlo, y de usarlas para fines altruistas como es el caso de los “enormes beneficios de la robótica en la medicina, la ciencia, la exploración espacial, la seguridad en industrias y servicios” como asevera la escritora Verónica Klingenberger (2023).

En segundo lugar, la vara democrática e inclusiva que supone fortalecer la integración de las competencias personales, interpersonales, sociales y ciudadanas orientadas a afianzar la democracia como modus de vida y de convivencia, con acento en promover la libertad del alumno y de la alumna, su pensamiento autónomo, crítico y creativo, y de disponer de los antídotos necesarios frente a los abusos, manipulaciones, discriminaciones y odios generados por los usos espurios de la IA.

Bajo esta vara, resulta clave transversalizar la formación en la alfabetización mediática e informacional en alumnos y alumnas, y en educadoras y educadores como procesos concatenados, que, orientados en el sentido de fortalecer la libertad y la democracia, supongan, asimismo, el reconocimiento y el análisis de realidades y verdades más allá de las opiniones, subjetividades y relatividades. No puede estar todo sujeto a las opiniones sin sustentos en la consideración de evidencias, así como de sopesar datos y realidades.

Asimismo, la vara democrática e inclusiva supone jerarquizar el lenguaje humano entendido como una capacidad cognitiva, esto es, el sistema de conocimiento o facultad que nos permite aprender y usar una lengua cualquiera como asevera el catedrático de lingüística general en la Universidad de Zaragoza, José Luis Mendívil Giró (2023). Tal como argumenta la Asistente de la Directora General de Educación, Stefania Giannini, en una pieza seminal de pensamiento titulada “Generative AI and the future of Education”, el lenguaje importa ya que se encuentra en el corazón de la identidad y la diversidad cultural (Giannini, 2023).

Tenemos ciertamente que enfrentar el riesgo de estar atrapados en un mundo dominado por loros estocásticos tal cual señalan la lingüística Emily Bender y otros autores refiriéndose a los modelos masivos de lenguaje (Bender et .al, 2021). Dos de los rasgos esenciales de dichos modelos son “que no entienden lo que dicen y se basan esencialmente en calcular las probabilidades que tiene una palabra de aparecer después de otra” como argumenta Mendívil Giró (2023).

En tercer lugar, la vara de la política pública sustentado en la responsabilidad moral que implica idear e implementar una nueva generación de políticas públicas intergeneracionales, intersectoriales e interinstitucionales que sustancien el derecho a la conectividad gratuita en educación como un bien común global alineado a lo señalado en la “Rewired Global Declaration on Connectivity for Education” del 2021, que pivoteada por la unesco con el apoyo de Dubai Cares, constituye un alegato fundamentado, convincente y convocante sobre que el derecho a la educación implica necesariamente el derecho a la conectividad tecnológica, no solo en el sentido del acceso a plataformas, recursos y contenidos educativos, sino sobre todo en orden a democratizar el conocimiento y los aprendizajes sin barreras ni fronteras (UNESCO, Dubai Cares, 2021). Necesariamente esto implica dignificar y reforzar el rol indelegable del estado garante de oportunidades y de la calidad de la educación, así como de estratega y orientador (Opertti, 2022).

Asimismo, se trata también de reafirmar que la responsabilidad moral de las acciones de las máquinas (IA) debe recaer en los seres humanos tal como asevera el catedrático de lógica y filosofía de la ciencia en la Universidad de Málaga, Antonio Diéguez. No se le podría considerar a las máquinas como agentes morales ya que como Diéguez argumenta, “no lo serán mientras que su acción no cumpliera con los requisitos mínimos de autonomía en el sentido de la voluntad libre y consciencia” que se le suele exigir para ello (Diéguez, 2023).

En cuarto lugar, la vara curricular, pedagógica y docente que supone desarrollar renovados modos híbridos de educar, aprender y evaluar sin umbrales sin fronteras, sustentado en usos complementarios de diversidad de tecnologías y a la luz de conectar las diferentes piezas del conocimiento para que tengan sentido y relevancia para el universo de alumnas y alumnos. Se trata de progresar desde una educación concebida en formatos separados o con tenues vinculaciones entre presencialidad y virtualidad, a una educación en formatos de complementariedad e integralidad entre la presencialidad y la virtualidad para expandir y democratizar oportunidades de aprendizaje.

Bajo esta vara identificamos por lo menos cuatro órdenes de desafíos, a saber:

  1. Fomentar la personalización de la educación en ambientes colectivos, colaborativos y solidarios de aprendizaje – por ejemplo, por medio de foros y escrituras colaborativas de textos - reconociendo las diferencias y la diversidad de contextos, circunstancias y perfiles de los alumnos, y, asimismo, fortaleciendo los aprendizajes entre pares, y entre educadoras y educadores, y alumnas y alumnos, como coagentes educativos y codesarrolladores del currículo.
  2. Combinar enfoques, estrategias, contenidos, modos educativos, ambientes de aprendizaje y conocimientos para hurgar en la complejidad de los temas que se anclan en la conjunción de los conocimientos disciplinares, inter y transdisciplinares, y, asimismo, en la porción o varianza no explicada de los mismos por las propias disciplinas.
  3. Avanzar hacia currículos equilibrados e interdisciplinares en enfoques e integración de diversidad de experiencias y áreas de aprendizaje y orientados hacia los temas que hacen al bienestar y al desarrollo integral de las nuevas generaciones. Entre otras competencias que los currículos podrían promover, figura lo que, Georges Nahon, que es el antiguo director del Centro de Innovación de Orange en San Francisco, define como una nueva competencia crítica, que refiere a la capacidad de saber hablarle eficientemente a la inteligencia artificial. Nahon alude a “prompt engineering”, que implica desarrollar competencias sólidas para dialogar combinando disciplinas – lingüística, psicología, historia del arte, seguridad informática y filosofía – que contribuyan a comprender el aprendizaje profundo que subyace a los modelos de inteligencia artificial (Nahon, 2023).
  4. Diversificar el abanico de estrategias pedagógicas para que educadoras y educadores, y alumnas y alumnos puedan conjuntamente producir, compartir, diseminar y validar conocimientos con valor agregado para sus vidas individuales y colectivas.

En quinto lugar, la vara de más y mejores aprendizajes que implicaría aprovechar la oportunidad tecnológica a partir de los desarrollos recientes de la Inteligencia Artificial y los nuevos Modelos de Lenguaje de Gran Tamaño (LLM), para avanzar significativamente en la calidad y equidad de los aprendizajes.

Esto supondría poner a disposición pública y en claves globales y regionales interconectadas, el desarrollo y mantenimiento de plataformas y bibliotecas públicas y regionales que, alineadas con los currículos nacionales, faciliten que: (i) educadoras y educadores, y alumnas y alumnos, puedan producir, colaborar e intercambiar sobre contenidos digitales; y (ii) curar y monitorear la adaptación y aplicación de los recursos digitales y su contribución efectiva al mejoramiento de la enseñanza y de los aprendizajes con foco en evidenciar los procesos y los impactos generados por las innovaciones pedagógicas.

Contrariamente a asumir cierto grado de fatalismo sobre que las tecnologías agudizan las brechas sociales en la adquisición de los aprendizajes, quizás las tecnologías puedan devenir un factor igualador potente de oportunidades de aprendizaje si efectivamente su foco es facilitarte las herramientas a educadoras y educadores, y a alumnas y alumnos, para mejor conocerse y aumentar sus capacidades para generar aprendizajes relevantes y sostenibles.

En sexto lugar, la vara de un mundo y planeta sostenibles que implicaría plantearnos como las diversas tecnologías, ancladas en realidades glo-locales, pueden abordar colaborativa y solidariamente los desafíos de sostenibilidad política, social, cultural, territorial y climática frente a futuros posibles de no supervivencia de la especie humana. Las tecnologías pueden ser una referencia insoslayable y un gran soporte para revitalizar y jerarquizar conocimientos locales que pueden ser claves para la sostenibilidad a presente y a futuro, y que se relaciona con lo que la UNESCO denomina como conocimientos comunes a la humanidad —en inglés, knowledge commons—. Tal cual asevera el documento seminal sobre futuros de la educación, la diversidad lingüística y, más aún, la cultural y comunitaria son atributos fundamentales de los conocimientos comunes —knowledge commons— que pueden beneficiar a todas las personas por igual con el objetivo de forjar el futuro que se imaginan o al que aspiran (Comisión Internacional sobre los Futuros de la educación, 2021).

Asimismo, la sostenibilidad es un proceso de ida y vuelta que implica también realizar usos sostenibles y cuidadosos de las tecnologías de cara a la protección del planeta como señala el Informe GEM 2023 (UNESCO, 2023).

En séptimo lugar, la vara de la comprensión de los temas que supondría preguntarnos como las tecnologías digitales pueden ayudarnos a fortalecer la comprensión en profundidad de los desafíos en torno a los aprendizajes, de cómo contribuir a abordarlos, gestionarlos y concretarlos, de integrar enfoques y conocimientos, y de testar, evidenciar y escalar intervenciones eficaces sobre temas candentes como las alfabetizaciones fundacionales y transformacionales, y con foco en las personas y grupos más vulnerables (por ejemplo, los aprendizajes en torno a la lectura y la escritura).

La generación, triangulación, análisis e interpretación de datos en formatos multivariados, interactivos y dinámicos es un camino para profundizar haciendo usos calibrados de los instrumentales de learning analytics para fortalecer la comprensión del entramado de factores que inciden en los aprendizajes de cada alumna o alumno.

En octavo lugar, la vara de la inversión estratégica que implicaría reafirmar que la mayor de las inversiones radica en el fortalecimiento de las inteligencias y las capacidades humanas para direccionar y sustanciar las tecnologías digitales, y en particular de la IA. Uno de los más perentorios desafíos yace en calibrar los momentos, tiempos, contenidos y secuencias en los aprendizajes donde tendrían mayor impacto las tecnologías digitales y los usos de la IA, y determinar efectivamente su valor agregado en base a la triangulación de las evidencias.

La interacción humana profunda y empática entre educadoras y educadores, y alumnas y alumnos, haciendo usos variados del lenguaje y de la pluralidad de lenguas, así como sostenido por una fuerte inversión en materiales impresos y en los libros en particular, forma parte del ADN de la educación que se complementa con los usos múltiples de las tecnologías digitales y de la IA para potenciar y democratizar aprendizajes.

En síntesis, el “Informe GEM 2023: Tecnología en la educación” constituye un punto insoslayable de referencia para posicionar la discusión en torno a las tecnologías en educación en el marco de repensar el sentido y rol de la educación, así como el modus de organización y funcionamiento de los sistemas educativos como facilitadores de oportunidades de aprendizaje para todos los alumnos y todas las alumnas por igual. Identificamos ocho varas para contribuir a analizar la potencialidad de las tecnologías a la luz del tamaño desafío de formar a las nuevas generaciones para futuros mejores y sostenibles. Las varas se refieren a la política; a la democracia e inclusión; a la política pública sustentado en la responsabilidad moral; al currículo, la pedagogía y la docencia; a más y mejores aprendizajes; a un mundo y planeta sostenibles; a la comprensión de los temas y a la inversión estratégica.

Temas:

Educación

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