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26 de febrero 2013 - 16:08hs

Una tarde en el pasado mes de setiembre, en una casa de Nueva York, la esposa de un policía abrió su computadora y descubrió que su marido visitaba un sitio web de fetiche. Contó que ingresó al mismo, y vio una fotografía de una joven muerta. Y de acuerdo a lo que testificó este lunes, esto fue solo el comienzo. Así publica el New York Times un caso que ha dado escalofríos a Estados Unidos.

La mujer, Kathleen Mangan-Valle, dijo que una vez que vio eso, siguió investigando y le leyó su historia de chats, en donde encontró que su marido había estado en contacto con otros, haciendo planes de torturar y matar mujeres, incluyéndola a ella.

Declaró que “a mí me atarían de mis pies y me degollarían, y que se iban a divertir mirando la sangre salir de mi cuerpo”, dijo llorando repetidamente mientras que hacía su declaración en el juzgado.

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El acusado de usar internet para planear secuestros, violaciones, asesinatos y canibalismo a víctimas de sexo femenino se llama, Gilberto Valle. Su esposa fue el primer testigo del juicio, que comenzó el lunes en Nueva York.

Dijo también que en la lista de personas de las que él hablaba y deseaba violar, mutilar, torturar y matar, estaban varias de sus amigas. Y agregó que en uno de los chats le sugirieron que si lloraba "no la escuches no le tengas piedad" y que su marido respondió "está bien simplemente la amordazaremos".

De acuerdo a lo que establece el artículo el oficial Valle de 28 años lloró mientras que escuchaba a su esposa testificando.

El autor del artículo Benjamín Weiser, se pregunta, Si bien los cargos contra el policía son escalofriantes, en su esencia, el juicio se basa en una pregunta básica: "¿Desde cuándo fantasear con el crimen es un crimen?".

No existe evidencia de que alguna de las mujeres de las que el oficial Valle se refiere en sus comunicaciones haya sido lastimada.

Así, los argumentos del fiscal fueron en primera instancia que el acusado cometería crímenes reales a víctimas reales, que habría que evitar. Mientras que el abogado defensor, dijo que simplemente había estado fantaseando en internet en salas de chats sin intención alguna de cometer un crimen.

Un experto en estos casos, Joseph V. DeMarco, abogado en temas de internet, dijo que “existen rincones oscuros" en internet "en donde suceden un montón de asuntos inmorales e ilegales y que la gente tiene vago conocimiento de que estos lugares realmente existen”.

Agregó que “Si eras alguien interesado en el canibalismo 30 años atrás, era muy dificil encontrar alguna persona con tus mismos intereses. Mientras que ahora, estas personas forman comunidades, y se validan los unos a los otros, no es extraño pensar que algunas personas de dichas comunidades pueda pasarse del límite".

La fiscalía intentó demostrar en la corte la mayor cantidad de elementos reales posibles. La esposa, la señora Mangan-Valle, dijo que cuando vio esos mensajes en la computadora viajó atemorizada junto a su pequeña hija para la casa de sus padres en Nevada. Dijo que contactó al FBI y les dio las pruebas del caso. Además, el fiscal dijo que "verán que esta conversación contiene detalles estratégicos, sobre mujeres reales que ha identificado", y citó una de las conversaciones en la que el oficial Valle planea meter a una mujer real en un horno".

Además, el oficial había sido acusado de ingresar ilegalmente a distintas bases de datos, para conseguir información de personas que "tenía en la mira".

La defensora, Gatto, hizo todo lo contrario, dijo al jurado que no los culparía por estar asustados por las historias que iban a escuchar, son justamente, las mismas con las que se hacen las películas de terror, "que son pura ficción".

Por otra parte, la defensa alegó que el caso va mucho más allá que simplemente peligrar que una persona pase injustamente el resto de su vida tras las rejas, sino que pone a prueba los “sólidos principios de libertad de pensar, de hablar y de escribir, incluso los más oscuros pensamientos que la mente humana puede imaginar".

Otras descripciones dadas por la señora Mangan-Valle, 27, establecen que dos "iban a ser violadas una en frente de la otra para aumentar su miedo”. Y que otra sería quemada viva. Hubo también conversaciones sobre colocar mujeres en una estaca y cocinarlas en turnos de 30 minutos para poder torturarlas más.

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