Un conflicto mundial

Mucho se ha hablado en las últimas horas de lo que ha sido el desplante que tuvo la selección argentina con su par israelí al no concurrir a jugar el encuentro que estaba pautado para este sábado en Jerusalén como último compromiso de la albiceleste antes del Mundial de Rusia 2018.

La Asociación de Fútbol de Israel asegura que aún no han recibido una notificación oficial de que se ha cancelado el amistoso entre su selección y la argentina y dijo que planean emitir una queja formal a la FIFA.

"Hemos pedido a la asociación argentina que aclare estos rumores que oímos desde anoche, pero no hemos recibido ninguna respuesta", dijo el presidente de la Asociación israelí, Ofer Eini, durante una rueda de prensa en Tel Aviv.

Hasta ahora, fuentes del ministerio de Exteriores argentino, de la Asociación de Fútbol Argentina (AFA) y jugadores han hecho referencia a la suspensión del partido.

El representante israelí aseguró que se han puesto en contacto con la FIFA y que en las próximas horas presentarán "una queja formal" por el asunto.

"El objetivo es usar el fútbol para hacer daño a nuestro país y todas las excusas sobre el juego en Jerusalén o en otra ciudad, no son más que eso", argumentó.

Los palestinos protestaron que la ministra de Cultura y Deporte de Israel, Miri Reguev, promoviera la organización del amistoso en Jerusalén en lugar de en Haifa, como estaba previsto, y acusaron a Israel de "intentar utilizar a Messi y las otras estrellas como herramientas políticas", en parte por incluir el encuentro en las celebraciones del 70 aniversario del establecimiento del estado.

Además, el presidente de la Asociación de Fútbol Yibril Rayoub, encabezó una campaña para pedir a Argentina que no disputara el encuentro porque "normalizaba" la ocupación israelí de la parte Este de Jerusalén, reivindicada como capital de su Estado, a pesar de que el partido se iba a jugar en un estadio en el oeste de la ciudad.

"Yibril Rayoub hace todo lo que está en su mano para sacar al fútbol israelí del circuito de fútbol mundial, con propuestas y acciones frente a los organismos internacionales. A lo largo de los últimos tres años hemos logrado evitar todos sus intentos, pero esta vez ha sido mucho más grave", declaró Eini.

"Hemos visto cómo un presiente de un equipo, miembro de la FIFA, llama a través de los medios de comunicación a todos los árabes del mundo quemar una camisa de un jugador de fútbol. He escuchado que también jugadores y familias de jugadores han recibido amenazas y he oído también que si hay cancelación, la cancelación se deberá al miedo de los propios jugadores de las amenazas de las que son objeto de manera individual", condenó el israelí.

Y protestó que "esto empieza contra la selección argentina, pero si se convierte en algo sistemático, lo de amenazar a los jugadores, la FIFA no podrá oponerse a este fenómeno".

Eini dijo que esta noche hablará con el presidente de la UEFA con el deseo de encontrar soluciones "a este fenómeno de intentar dañar a Israel a través del fútbol".

Y concluyó: "La selección argentina aún no ha dicho nada de cancelación y espero que sea capaz de diferenciar qué es un evento deportivo de opinión política".

Según informaron medios argentinos, la AFA ya percibió por este partido que finalmente no jugará, nada menos que US$ 3 millones.

Los palestinos, por su parte, aplaudieron este miércoles la anulación del amistoso.

La Federación de fútbol israelí acusó a la federación palestina de "terrorismo futbolístico".

Los palestinos rechazaron estas acusaciones indicando que los argentinos desistieron jugar el partido al darse cuenta de que Israel utilizaba su presencia con fines políticos.

El encuentro fue suspendido el martes luego de una campaña palestina iniciada tras el anuncio de que se disputaría en Jerusalén.

Las localidades para ver el partido el sábado estaban agotadas, pero los palestinos se opusieron con fuerza. Reivindican la parte oriental de Jerusalén, ocupada y anexada por Israel, para que sea la capital del estado al que aspiran.

La decisión del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de reconocer a Jerusalén como capital de Israel irritó a los palestinos que protestan regularmente en particular en la frontera con el Estado hebreo con la Franja de Gaza.

El partido debía disputarse en un primer momento en Haifa, en el norte de Israel, pero se decidió que se jugaría en Jerusalén luego de que la ministra de Cultura y Deportes israelí, Miri Regev, presionara para ello.

Israel considera a Jerusalén como su capital indivisible.

Para Israel, que organizó el partido coincidiendo con el 70º aniversario de su fundación, la anulación del evento sigue a otros similares, relacionados con el conflicto con los palestinos.

Israel está sometida desde hace décadas a una campaña mundial de boicot por la ocupación y la colonización de los territorios palestinos. El partido también suscitaba interrogantes en Argentina, sobre todo en lo deportivo, en un periodo crucial de la preparación del Mundial de Rusia.

El presidente de la Federación Palestina de Fútbol, Jibril Rajub, aseguró este miércoles que la anulación supone una "tarjeta roja" a Israel.

Rajub había pedido el domingo a Messi, una estrella en los territorios igual que en el resto del mundo, que no jugara y pidió a los palestinos que "quemaran" su camiseta si fuera necesario. (En base a agencias)