Un enredo cargado de explosiones

Jurassic World revivió con éxito (económico y de crítica) la franquicia Jurassic Park, que parecía muerta tras el fracaso de sus secuelas anteriores. Mad Max: furia en el camino fue un retorno espectacular para una saga de culto que pasó dos décadas en pausa. Terminator: génesis intenta ahora hacer lo mismo al retomar una franquicia que fue decayendo a lo largo de la última década y media con el lanzamiento de dos películas cada una peor que la anterior.

Terminator (la original, de 1984) fue el primer proyecto importante del director James Cameron y se convirtió en un clásico del cine de acción. Su secuela, Terminator 2: el día del juicio (1991) también es un filme muy bien considerado dentro del género.

Esas dos cintas son las que Génesis (dirigida por Alan Taylor, responsable de Thor 2) considera como parte del "canon" de la saga, descartando las otras dos secuelas. Al mismo tiempo, altera la línea temporal de la primera parte de la serie con una trama algo entreverada para el espectador que no conoce al detalle la historia de la franquicia. Es en resumen, tanto una secuela como un reinicio de la trama.

Esto se traduce en que cuando el soldado de la resistencia contra los robots que dominan el mundo en el futuro, Kyle Reese (Jai Courtney), viaja en el tiempo a 1984 para salvar a Sarah Connor (Emilia Clarke), tal y como sucede en la primera película, se encuentra con que ella no es una moza torpe y asustadiza, sino que ya es una experta en el combate contra los robots Terminator, entrenada desde niña por su "papá", que no es otro que el androide T-800 encarnado por Arnold Schwarzenegger, la cara de la franquicia desde sus inicios.

Lo que sigue son dos horas de persecuciones automovilísticas, explosiones, disparos y peleas entre robots asesinos, mientras el trío protagónico intenta evitar el fin del mundo en 1984 y luego en 2017, y descubrir por qué la historia que Reese (y el público) conocían, ha cambiado.

Terminator: Génesis ha sido apoyada públicamente por Cameron, que la considera una digna sucesora de sus dos películas. Si bien no está a la altura de ellas, es más sólida que Terminator 3 y Salvation, la cuarta parte de la saga. No obstante, tiene el defecto de centrarse demasiado en el espectáculo antes que en la trama.

La adrenalina y acción de la película son entretenidas, pero la historia se hace confusa y no tiene la atracción de sus antecesoras. Los robots que otrora generaban temor, hoy son simplemente una excusa para mostrar llamativos efectos especiales o provocar risas, algo que sucede con el robot encarnado por Schwarzenegger.

El actor austríaco de 67 años tiene menos tiempo en escena que antes y es sobrepasado por los robots "malvados" enviados desde el futuro por la inteligencia artificial Skynet. A pesar de que mantiene su carisma y actitud, no deja de parecer que se trata de una parodia del personaje.

Lo mismo sucede con la película en su conjunto. Durante la primera media hora, se ocupa de recrear algunas escenas de la primera película de forma idéntica que, más allá de ser guiños interesantes, no dejan lugar para el contenido "nuevo" que Génesis intenta aportarle a la saga.

Sin ser nada del otro mundo, esta quinta entrega de Terminator es un buen entretenimiento para ir al cine a comer pop y divertirse un rato. Pero los que busquen una continuación con la creatividad, complejidad y sorpresa de las primeras entregas pueden terminar decepcionados.

De todos modos, será la taquilla la que determinará el futuro de Sarah Connor, Kyle Reese y el T-800. Génesis se presenta como la primera parte de una nueva trilogía, pero lo mismo afirmaba Salvation y su fracaso determinó que los planes fueran abortados.