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Un informe del Banco Mundial considera poco probable la meta de reducción de la pobreza extrema mundial para 2030
En un nuevo informe publicado este miércoles, el Banco Mundial afirma que los precios más altos de los alimentos y la energía obstaculizan una recuperación rápida de la economía mundial después de que el covid-19 propinara el "mayor revés" a la pobreza mundial en décadas.
Es poco probable que el mundo cumpla con el objetivo de larga data de acabar con la pobreza extrema para 2030, se afirma, citando los efectos de los impactos extraordinarios en la economía mundial, incluida la pandemia de coronavirus y la guerra en Ucrania.
De acuerdo con el informe, se esperaba que el ritmo de reducción de la pobreza se estancara aún más este año a medida que las perspectivas de crecimiento mundial se desvanecen tras la invasión de Ucrania por parte de Rusia, la desaceleración económica en China y el aumento de la inflación.
“Dadas las tendencias actuales, 574 millones de personas (casi el 7 % de la población mundial) seguirán viviendo con menos de US2,15 al día en 2030, la mayoría en África”, dice el informe Pobreza y prosperidad compartida.
En un comunicado, el presidente del Banco Mundial, David Malpass, pidió cambios importantes en las políticas para impulsar el crecimiento y ayudar a impulsar los esfuerzos para erradicar la pobreza.
“El progreso en la reducción de la pobreza extrema se ha detenido esencialmente junto con el crecimiento económico global moderado”, dijo, culpando a la inflación, las depreciaciones de la moneda y las crisis superpuestas más amplias por el aumento de la pobreza extrema.
Indermit Gill, economista jefe del Banco Mundial, afirmó por su parte que el hecho de no reducir la pobreza en las economías menos avanzadas tendría profundas implicaciones para la capacidad del mundo para combatir, entre otras cosas, la crisis producida por el cambio climático.
También se limitaría el crecimiento en las economías avanzadas, ya que las tasas de pobreza extrema impedirían que los países en desarrollo, a menudo densamente poblados, se convirtieran en mayores consumidores de bienes en el mercado mundial.
“Si te preocupa la prosperidad en las economías avanzadas, tarde o temprano querrás que estos países tengan grandes mercados, países como India, países como China”, dijo Gill.
Y agregó que “también sería deseable que estos países crezcan para que realmente comiencen a convertirse en fuentes de demanda y no solo de oferta”.
El Banco Mundial afirmó también que los países deberían impulsar la cooperación, evitar subsidios amplios, centrarse en el crecimiento a largo plazo y adoptar medidas como impuestos a la propiedad e impuestos al carbono que podrían ayudar a aumentar los ingresos sin perjudicar a las personas más pobres.
Su informe señaló que más de tres mil millones de personas viven con menos de US$ 6.85 por día, que es el promedio de las líneas de pobreza nacionales de los países de ingresos medianos altos.
La reducción de la pobreza ya se había desacelerado en los cinco años previos a la pandemia, y fueron las personas más pobres las que soportaron el costo más elevado.
El 40 por ciento más pobre de la población mundial experimentó pérdidas de ingresos promedio del 4 por ciento durante la pandemia, el doble de las pérdidas experimentadas por el 20 por ciento más rico, según el informe.
El gasto del gobierno y el apoyo de emergencia ayudaron a evitar aumentos aún mayores en las tasas de pobreza, pero la recuperación económica fue desigual, con economías en desarrollo con menos recursos gastando menos y logrando menos.
La pobreza extrema está concentrada actualmente en el África sub Sahariano que tiene una tasa del 35 % de pobreza extrema y representa el 60% de la población mundial en esa situación.
