Martín Gandolfo tiene 24 años y estudia veterinaria, pero tiene otra pasión, la guasquería. Relacionado con ese oficio y sin que lo haya imaginado el destino le puso por delante algo que definió como “un orgullo tan grande que me cuesta explicarlo”: con la asistencia de otros dos jóvenes y la ayuda de su familia es el creador del premio que este año la Asociación Rural del Uruguay (ARU) le entregará a los cabañeros expositores de los grandes campeones en la Expo Prado, un maletín campero.
“Primero nos surgió la idea de hacer un maletín, para colgar de un lado, pero luego se nos ocurrió hacerlo doble, como quien dice enyuntado, para que el jinete lo coloque sobre el recado y le quede un maletín para cada lado del caballo”, explicó.
Es una pieza con al menos tres atractivos para quien la obtenga –unos pocos elegidos–, dado que será el recuerdo de un logro destacado en la Rural del Prado, pero a la vez una artesanía de alta calidad y además útil.
Los jinetes la suelen utilizar para colocar en su interior sobre todo productos veterinarios que pueden necesitar en algunas de sus labores camperas, como un curabicheras, por ejemplo.
Martín contó que una persona –Carlos López– que trabaja en la ARU ofició de nexo e informó a las autoridades de la gremial sobre sus trabajos en guasquería.
“Se pusieron en contacto, les pasé fotos de lo que solía hacer como llaveros, cintos, materas, posa mates y también piezas de trabajo de campo como riendas y cabezadas, me preguntaron si me animaba a fabricar un maletín, lo probé, les mandé una muestra, les gustó y al final terminamos haciendo 120 para los premios”, contó.
Que cada una de esas piezas tengo como destino la cabaña de un gran campeón del Prado “me hace sentir muy contento”, expresó, sobre todo considerando que es un reconocimiento a todo lo que el cabañero debe hacer en inversión y esfuerzo para imponerse en su pista en la exigente muestra ganadera de la ARU.
Martín, si bien es protagonista de esta historia, habla en plural aludiendo al aporte que para todo este trabajo hicieron otros dos jóvenes: su hermano, Juan Ignacio Gandolfo –estudiante de agronomía–, y un amigo, Duván Cabillón –estudiante de veterinaria–.
Sobre los materiales utilizados para fabricar los maletines, fueron pocos, algo habitual en la guasquería tradicional que nació hace siglos cuando las personas camperas debían fabricar sus herramientas y obtener otras necesidades con lo que tenían a mano.
“Utilizamos cuero crudo que me proporcionó otro amigo que comenzó a estudiar veterinaria conmigo, Juan Manuel Murieda, usamos tiras de cuero vacuno, hilo encerado y para enyuntar a los dos maletines tiento de cuero”, contó.
Volviendo al tradicional oficio de guasquero, en diálogo con El Observador Martín se sinceró: “La verdad me cuesta decir que soy guasquero, creo que es demasiado habiendo tanta gente que sabe mucho más que lo que yo he podido aprender”.
Martín es de Tacuarembó. Vive en Paso de los Toros. Allí tiene un taller donde fabrica sus piezas, aunque en el caso de estos maletines inició allí el trabajo pero sobre todo lo realizó en el campo donde trabajan sus tíos, aprovechando que había más espacio para ir a la velocidad necesaria como para hacer la entrega en tiempo y forma.
“Mis tíos nos dieron una mano muy importante”, destacó.
Sobre sus vínculos con todo lo campero, es algo que como en tantos casos viene de familia. Su abuelo fue productor ganadero hasta que se jubiló y dos tíos trabajan en campaña.
A la hora de los agradecimientos, mencionó a su madre y enseguida a su abuelo, a sus tíos y amigos, a quien lo recomendó y a la ARU por esa oportunidad que “no la esperaba” y es algo que “me quedará para toda la vida”.
Martín reside en Salto, donde cursa segundo año de veterinaria. Esta en días de rendir exámenes parciales, por lo tanto al cierre de esta nota no tenía claro si iba a poder viajar a Montevideo para estar en la Expo Prado, algo que dijo le gustaría mucho.
Allí, donde está viviendo, cada vez que los estudios le dan un respiro aprovecha para seguir practicando la guasquería y elaborar piezas que no vende en ningún local, solo a conocidos y gracias a la promoción que “boca a boca” se realiza de sus creaciones.
Obviamente, ahora, a tono con las herramientas modernas, ya hay una página en instragam: “Hangar del cuero”.
“Aprendí de a poco, como un hobby, uno de mis tíos en campaña me fue enseñando algunas cosas, le fui tomando el gusto y hablando con otros guasqueros se aprende cómo mejorar, de todos se sacan enseñanzas, viendo videos también, internet te ayuda mucho”, dijo sobre cómo aprendió y sigue aprendiendo.
También se refirió a la reciente declaración del oficio de guasquero como “Patrimonio Cultural Inmaterial” de Uruguay: “Es algo muy merecido para gente que a diferencia de mi caso que estoy arrancando tiene muchos años y sabe mucho del oficio y lo ha ido sosteniendo y enseñando”.
Sobre su futuro, sobre si va a priorizar la veterinaria o la guasquería, dijo que sin abandonar el tradicional oficio artesanal tiene como prioridad la veterinaria y concretamente dedicarse a la producción ganadera.
2020: un pedazo de la historia en madera
En la Expo Prado 2020 –que fue la primera de las dos que se realizaron teniendo como marco la emergencia sanitaria por la pandemia de covid-19– los expositores de los grandes campeones recibieron como premio especial una pieza artesanal elaborada con base en un trozo de la historia de la muestra ganadera, madera de uno de los históricos y centenarios galpones de la Rural del Prado, estrenados en 1913. Para diseñar y elaborar ese premio participaron varios artesanos, pero el aporte especial correspondió a Sergio Sueiro, destacado carpintero de Trinidad, Flores. Utilizando madera de las cerchas que sostenían el techo del Galpón Nº 1 –desinstalado en 2014 dado su deterioro– se elaboraron cerca de 500 piezas artesanales que se entregaron a los dueños de los mejores en cada raza, pero esa vez también a todos los expositores de la muestra empresarial, que fueron más de 200 firmas, en un año muy especial, en el que participar tuvo un valor relevante según lo destacó la organización de la muestra ganadera.
2021: boina, vino y un jergón o manta
En 2021, expositores y cuidadores de los grandes campeones de la Expo Prado se llevaron al campo, según corresponda, un vino, una boina y una prenda en lana, por ejemplo un jergón o manta. La boina, fabricada en el país, tenía el logo de la Asociación Rural del Uruguay (ARU) y el logo de los 150 años de la ARU, más la frase “Gran Campeón” en la zona de atrás. El jergón y la manta tenían, en ese caso en cuero, un aplique que también exhibía el logo diferencial de los 150 años de la entidad organizadora de la tradicional muestra ganadera que se desarrolla cada año en la Rural del Prado. Se trató ese año de productos de fabricación 100% nacional, naturales, de alta calidad, típicos y lindos, se destacó desde la organización.
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