Un organismo de Derechos Humanos propone prohibir las actividades del partido Alternativa para Alemania

Por ejemplo, señala que AfD está trabajando para “empujar los límites de lo que se puede decir y por lo tanto del discurso, de tal manera que las personas se acostumbren a sus posiciones racistas nacional-populistas, también en la esfera pública y política”. Además, según el DIMR, el curso partidario promovido en particular por Björn Höcke, presidente del grupo parlamentario del partido en Turingia, que se basa en la tiranía del nacionalsocialismo, se impone cada vez más dentro de la AfD.

En el análisis del DIMR titulado “Por qué se podría prohibir la AfD, recomendaciones al Estado y a la política” se afirma que “es de fundamental importancia para la defensa de los cimientos indispensables de los Derechos Humanos y, por tanto, de las libertades democráticas, que la conciencia del peligro que representa AfD aumente tanto en la sociedad en su conjunto como en el sector estatal y que los actores estatales y políticos actúen en consecuencia”.

Este peligro sólo puede contrarrestarse de manera efectiva “si los otros partidos a nivel federal, estatal y local se distancian inequívocamente de la AfD”. Tal demarcación actualmente no es universal, lo que se puede observar especialmente a nivel municipal, continúa el DIMR.

El autor del análisis, Hendrik Cremer, enfatizó que el propio instituto no está a favor de una solicitud de prohibición de partidos políticos. Más bien, el DIMR se preocupa por llenar un “vacío” en el debate social y legal: “Recomendamos que los elegibles para postularse a cargos preparen continuamente material para poder actuar”, agregó.

En su momento, a partir de la detención en 2022 de varios miembros de la organización de extrema derecha Ciudadanos del Reich que planeaban cometer atentados contra el estado alemán, surgieron indicios de vínculos entre ese agrupación y sectores de la AfD, hasta el punto de que una legisladora socialdemócrata, Katja Mast, comentó que “la verdad es que el AfD fue durante mucho tiempo el brazo parlamentario de movimientos antidemocráticos”.

En cualquier caso, la prohibición de un partido incumbe al Tribunal Constitucional Federal, que sólo puede actuar si las personas legitimadas para solicitar la prohibición (el Bundestag, el Bundesrat o el Gobierno Federal) presentan una solicitud de prohibición.

Los partidos se consideran inconstitucionales si sus objetivos o el comportamiento de sus partidarios tienen como objetivo menoscabar o eliminar el orden básico democrático libre o poner en peligro la existencia de la República Federal de Alemania.

Además, debe haber una actitud activamente combativa y agresiva hacia el orden básico democrático libre, que el partido pretende abolir. También es necesario tener indicios concretos de que el logro de los objetivos anticonstitucionales que persigue este partido no parece ser descartable. El DIMR ve esto como un hecho en relación con la AfD.

El DIMR es un organismo que se financia con cargo al presupuesto del Bundestag, en el caso de proyectos individuales también con fondos de terceros, y se describe a sí mismo en su página web como “comprometido únicamente con los Derechos Humanos y políticamente independiente”. El instituto está organizado como una asociación sin fines de lucro.

(Con informe de agencias)