Fútbol > EL ANÁLISIS

La final que blanqueó todo: la imprudencia de Cepillo González, el castigo a Aguirre, el dolor de Peñarol, las manos de Britos y un 2-0 de Liverpool que es clave

Los negriazules ganaron 2-0 en Belvedere y quedaron en la puerta del título del Campeonato Uruguayo 2023
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13 de diciembre de 2023 a las 19:54

La imagen del triunfo de Liverpool en la primera final del Campeonato Uruguayo entre los negriazules y Peñarol está representada en todos los portales, en la televisión y en las redes sociales por el festejo de los goleadores del equipo que se llevó la victoria.

Sin embargo, hoy elijo resumirla, luego de analizar lo que ocurrió en el estadio de Liverpool, en estas dos imágenes.

La primera son las atajadas de Sebastián Britos, que se transformó en el mejor jugador del partido y en el futbolista que terminó cimentando este miércoles en Belvedere el triunfo.

Sin las tres atajadas del golero en el primer tiempo (a cual de todas mejor), nada hubiera sido posible.

Además, Britos no fue la figura no solo por las intervenciones bajo los tres palos que aliviaron los nervios, aflojaron tensiones e inseguridades que se generaron en la defensa de Liverpool como consecuencia de los errores, en donde Izquierdo tuvo una muy mala tarde y terminó arrastrando al equipo local a una versión defensiva que no fue la que acostumbró hasta la última fecha del Clausura. También fue clave porque el golero tiene tan buena lectura del juego que sale rápido con las manos, y le da una velocidad a la propuesta de su equipo que termina siendo clave para el funcionamiento colectivo.

La segunda imagen del partido, es esta:

Todavía estoy buscando explicaciones para encontrar respuestas a la imprudencia que cometió Cepillo González que derivó en su expulsión y que fue la que implosionó a un Peñarol de una fragilidad pasmosa, pero que había encontrado en la fórmula de Aguirre la solución para atar con alambre los serios problemas que tenía el aurinegro de cara a esta definición.

El representante de Cepillo González, en una entrevista que brindó en Carve Deportiva en los últimos días habló de lo que estaba viviendo el jugador de Peñarol y cómo le costaba atravesar todo este proceso de transformaciones, que implican llegar a un equipo grande, y todo lo que representaba en su día a día.

Este miércoles, en un partido clave, en donde el aporte futbolístico del Cepillo iba a ser la diferencia entre ganar o perder (como en la primera final, cuando le dio el gol del triunfo a Abel Hernández) respondió con una irresponsabilidad propia de un chiquilín que recién está empezando, que aún no controla sus impulsos, pero  que esta vez tuvo el alto costó de la expulsión.

Por supuesto que es un chiquilín y que se va a equivocar, pero estos errores tiene un costo muy elevado.

Porque esa tarjeta roja no solo cambió el partido de este miércoles en Belvedere, porque le pisoteó el buen plan estratégico que había sembrado Aguirre y que se había transformado en una telaraña para Bava, incluso hasta la expulsión, porque Liverpool no podía desplegar el juego con el que había ganado el Clausura.

También esa expulsión, bien decretada por Ostojich, cambió la final del sábado próximo, porque dejó a Peñarol sin esas extraordinarias gambetas del jugador formado en Danubio que son la llave para cualquier éxito.

En esos dos jugadores queda representado el triunfo de Liverpool ante Peñarol en la primera final y la explicación de un partido en el que Peñarol había estado más cerca del triunfo, Aguirre le seguía tomando los puntos a Bava y lejos de quedar reflejadas las diferencias, el entrenador aurinegro había conseguido neutralizarlas.

En el análisis más profundo de la primera final, además Britos y Cepillo González, surgen otros elementos que van acompañando esos dos pilares:

1) Aguirre le había tomado los puntos a Bava. Otra vez, con sus tres zagueros y dos carrileros había incomodado a Liverpool. Esta vez no lo sorprendió como en la semifinal, pero sí lo maniató y lo incomodó. Eso ocurrió hasta la expulsión que cambió el partido y dejó a Peñarol frágil en el lugar en donde había respondido con una solidez increíble, por ese ajuste del entrenador en la figura táctica.

2) A Marcelo Meli le quedaron enorme las finales. El volante que llevó a Liverpool hasta la final, se apagó en los dos partidos más importantes. Tampoco Samudio es el lateral todoterreno. Eso lo extraña este Liverpool que no termina de encontrar su mejor juego.

3) Inexplicable la expulsión de Napoli. Es el mismo caso del Cepillo González, aunque con menor incidencia en el funcionamiento del equipo de Bava. Napoli no es para Liverpool lo mismo que el Cepillo para Peñarol, pero, ¿con qué necesidad va a ponerle un codo en la cara al jugador de Peñarol? 

4) El valor agregado que le da Mathías Vecino a Liverpool. El exgoleador de Nacional es una pieza clave en el funcionamiento del equipo. En el primer gol se aprovechó que Leo Coelho perdió su referencia, y puso el 1-0.

5) Bava descubrió que el doble "9" de Vecino-Bentancourt será la fórmula para ganarle en el Campeón del Siglo. Esto, por dos razones: a) de local, Peñarol tendrá que salir a levantar el 0-2; b) porque Bentancourt está pasando por un gran momento, y pudo anotar un segundo gol este miércoles.

6) Ahora se explica por qué Palma no quiere construir el estadio en Belvedere, porque en el mejor escenario estará un año o un año y medio sin jugar de local y para este equipo de Liverpool su estadio es todo. En el análisis previo a este partido explicaba que Liverpool había ganado el 80% de los puntos que disputó este año en su cancha, o el 73% si se consideran las dos últimas temporadas. 

Este miércoles en Belvedere, Liverpool prácticamente sentenció la serie que definirá el título del Uruguayo.

Dirás que es una locura expresar esto, sin embargo, hay razones para sostenerlo:

- Peñarol tiene argumentos futbolísticos para pelear el partido, pero cuando ello ocurre se le parte el equipo a Aguirre y queda en serios problemas, porque si sale a buscarlo se descuidará en su ajustado plan defensivo (que fue lo que ocurrió este miércoles) y terminó sufriendo la voracidad del fútbol de Liverpool.

- La línea de tres ya no es fórmula para ir a pelear el triunfo, necesita tomar más riesgos y si lo hace frente a Liverpool lo pasará mal.

- El equipo de Bava tiene la ventaja en el marcador y se sacó el freno que le impedía avanzar en su juego. Estaba atado. Limitado. Liberado de presiones, el sábado jugará como lo hizo para ganar la Tabla Anual y allí, en su mejor juego, no hay nada que pueda vencerlo, mucho menos este Peñarol que llegó al final totalmente desalineado y Aguirre le hizo un afinado rápido, pero el Cepillo González lo terminó chocando.

- Peñarol es Peñarol, pero Liverpool es Britos, el mejor golero del campeonato y ya le ganó el duelo a Arezo.

En cualquier escenario, el sábado asistiremos a una gran final del Campeonato Uruguayo en el Campeón del Siglo, que lucirá colmado, con 40 mil hinchas que serán los únicos que podrán llevar a Peñarol a ganar el título que, a esta altura, le empezaron a poner el nombre de Liverpool.

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