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Una mujer eritrea embarazada fue amenazada con su expulsión a Ruanda por el gobierno británico
Una mujer eritrea embarazada, sobreviviente de una violación en Eritrea, ha sido amenazada con la expulsión a Ruanda por el ministerio del Interior del Reino Unido.
Organismos defensores de los derechos humanos dicen que es el caso "más atroz" que han encontrado hasta ahora en el esquema que ensaya el gobierno para externalizar el procesamiento de las solicitudes de asilo del Reino Unido en el país del este de África.
La mujer de 28 años, que tiene 37 semanas de embarazo, se encuentra en un estado de angustia aguda por la amenaza de expulsión. Los médicos dicen que las exploraciones muestran que su bebé ha dejado de crecer y que es posible que deba ser inducida a abortar.
Los funcionarios del Ministerio del Interior sabían que estaba embarazada cuando llegó al Reino Unido en un pequeño bote en julio y dispusieron una revisación de su embarazo para ella. También fue trasladada desde un hotel donde la habían alojado a otro después de que se sintiera mal con náuseas.
La mujer, que usa el seudónimo de Delina, dijo que estaba “realmente asustada” por lo que podría pasarle a ella y a su bebé. Había estado viviendo en un campo de refugiados informal en Calais durante ocho meses antes de viajar al Reino Unido en un bote y estaba luchando por sobrevivir allí como una joven sin hogar.
Delina ha pasado décadas buscando seguridad. Huyó de Eritrea a la edad de tres años con su madre después de que el gobierno matara a su padre. Su madre la llevó primero a Sudán y luego al Líbano. No le quedan familiares. “No he podido dormir desde que recibí el aviso de Ruanda”, dijo.
Un informe reciente de la organización benéfica Medical Justice, que analizó los casos de 36 personas amenazadas con ser expulsadas a Ruanda, encontró que 26 mostraban evidencia de tortura, 15 mostraban evidencia de stress post traumático (PTSD) y 11 tenían pensamientos suicidas.
“Conocía el plan expulsiones a Ruanda antes de venir al Reino Unido, pero tuve que venir aquí porque no estaba segura en Francia, no tenía hogar”, dijo Delina. Y afirma que se sorprendió cuando recibió la carta del ministerio del Interior. “Nunca pensé que tendría que pasar por esto cuando estaba embarazada”, agregó.
“Soñé que mi hijo tendría la vida que yo nunca tuve. Nunca tuve la oportunidad de ir a la escuela y quiero que ellos vayan. Pensé que estaríamos a salvo en el Reino Unido y tendríamos una vida buena y segura. Ahora he perdido toda esperanza”, se lamentó Delina.
Clare Moseley, fundadora de la organización benéfica para refugiados Care4Calais, que brinda apoyo a Delina, comentó que “hemos apoyado a cientos de refugiados que han recibido avisos de Ruanda, pero este es el caso más atroz hasta el momento. El gobierno sabe que esta mujer está embarazada, pero aun así ha considerado oportuno emitir una carta amenazando con la deportación forzosa a Ruanda. Este caso demuestra la falta de compasión, la crueldad y la brutalidad en el corazón de la política del gobierno. Apuntar a una mujer embarazada es repugnante”.
Un portavoz del Ministerio del Interior dijo: “Estamos investigando este asunto con urgencia. Sin embargo, se ha proporcionado información muy limitada para ayudarnos a establecer lo que sucedió o identificar al individuo. Pero tenemos claro que todas las personas que puedan ser deportadas a Ruanda serán evaluadas individualmente y nadie será trasladado si no es seguro para ellos”.
